XV
SANTIAGO NAVARRO SILVA
(1903 – 1980)
Maestro Distinguido 1993
La lucha a favor de las personas invidentes es muy difícil. Pocas personas han demostrado el tesón y la determinación de realizar el anhelo de darles una vida digna y el respeto de la sociedad. Este deseo fue trabajado durante toda su vida por un incansable maestro que convirtió en tangible tan loable misión.
Santiago Navarro Silva, profesor de educación especial, nació en la ciudad de San Luis Potosí en 1903. Se enlistó en el ejército siendo estudiante preparatoriano y, a la edad de 24 años, tuvo un accidente con explosivos que le ocasionó la pérdida de la vista. Después del accidente se le presentaron dos opciones: aceptar la pensión que le otorgaban o una beca para ingresar a la Escuela Nacional para Ciegos (ENC) en la ciudad de México. El joven Santiago optó por la beca y se trasladó a la capital del país con la finalidad de iniciar sus estudios. La ENC fue fundada, a instancias del filántropo veracruzano don Ignacio Trigueros, el 24 de marzo de 1870 en el antiguo Colegio de San Gregorio, siendo presidente don Benito Juárez García (1).
En 1871 la escuela fue reubicada en el antiguo Convento de la Enseñanza. Sus ingresos provenían de un porcentaje otorgado por la Lotería Nacional. Impartía asignaturas académicas; talleres de manualidades, carpintería, tejido de bejuco, latón, sastrería, zapatería, imprenta y encuadernación; clases de canto e instrumentos como violín, flauta, oboe, fagot, arpa, piano y bandolón, además de talleres de gimnasia; todo ello a cargo de personal capacitado (2).
El 19 de enero de 1877, siendo presidente don Porfirio Díaz, la escuela se nacionalizó, por lo que dejó de depender de la Beneficencia Pública y pasó a manos de la federación como Escuela Nacional para Ciegos, siendo su director don Antonio Martínez de Castro. Desde ese año hasta la segunda década del siglo XX la escuela impartió cuatro grados de primaria y cuatro de secundaria a la par con las clases de música (3). Se familiarizaba al niño invidente con algún instrumento musical, el canto coral, la teoría de la música, el solfeo y la escritura de la música: tres horas diarias para el aprendizaje de un instrumento y una hora adicional para las clases de solfeo. La instrucción se complementaba con algún oficio manual que le permitiera a la persona ganarse la vida al egresar de la institución (4).
La ENC le otorgó al profesor Santiago las herramientas necesarias para desarrollarse como persona. Ahí aprendió a leer y escribir perfectamente en Braille y la habilidad para ejecutar varios instrumentos. En su época de estudiante promovió cambios en la escuela con la finalidad de capacitar y formar personas capaces de llevar una vida digna.
Siendo presidente don Plutarco Elías Calles (1924-1928) formó parte de las misiones culturales de jóvenes invidentes que auspiciaba el gobierno. La consigna era promocionar la educación y la atención de los discapacitados visuales, por lo que fue necesario que viajara a Centro y Sudamérica para llevar a cabo la misión. En Argentina adquirió novedoso material didáctico para la aplicación del sistema Braille; en Guatemala y Honduras promovió la fundación de escuelas para invidentes; en Nicaragua contrajo matrimonio con la maestra y soprano Guillermina Lacayo; y en Mérida, Yucatán, concluyó la gira y se dio a la tarea de abrir una escuela para carentes de vista. En aquellos años la ciudad se encontraba en una crisis económica que le dificultó el proyecto de la escuela. El profesor contaba con el apoyo del Dr. Eduardo Urzaiz Rodríguez, jefe del Departamento de Educación Pública, y los profesores Santiago Herrera y Ramón Góngora, así como con el empeño del Dr. Gonzalo Cámara Zavala en avalar su trabajo ante el Prof. Bartolomé García Correa, gobernador de Yucatán (1930-1934).
Sus esfuerzos, apoyados por el Dr. Eduardo Urzaiz Rodríguez, culminaron cuando el 28 de septiembre de 1930 fue inaugurada la Escuela para Carentes de la Vista en el local de la Secundaria Adolfo Cisneros Cámara, donde funcionó en un salón hasta 1940 que fue clausurada durante el gobierno del Ing. Humberto Canto Echeverría (1938-1942). La clausura se debió a que el profesor Navarro simpatizaba con el grupo de Juventudes Socialistas, motivo por el que también fue cesado como profesor estatal (5).
La Escuela de Carentes de Vista era una institución educativa especializada en la rehabilitación de los discapacitados visuales de la época. El profesor Santiago implementó el sistema de escritura y lectura en Braille y la enseñanza de la ejecución de instrumentos musicales. Los conocimientos adquiridos en la ENC y la gira por América Latina fueron fundamentales para el funcionamiento de la recién creada escuela. Al ser clausurada en 1940, él y su esposa Guillermina Lacayo de Navarro, famosa intérprete de la Orquesta Típica Yukalpetén, adaptaron su domicilio particular para continuar con las labores de enseñanza.
La escuela se sostuvo con las actividades musicales que el profesor Santiago producía. A veces impartía clases en los domicilios de sus alumnos, o bien era ayudado por su familia para que continuara con tan difícil labor: impartir clases y rescatar al mismo tiempo a aquellas personas que corrían el riesgo de caer en la mendicidad. Siete años después, en 1947, en el gobierno del Profr. José González Beytia, se aprobó el funcionamiento de la Escuela de Carentes de Vista. Con recursos privados se rentó el predio 409 de la calle 55. El Ayuntamiento de Mérida colaboró parcialmente con los gastos de la escuela y luego ésta pasó a manos de la Dirección de Educación Especial (6).
En 1949, después de 19 años de ardua labor por parte de él y de su esposa, la Escuela de Carentes de Vista fue reconocida en el país y el extranjero, teniendo desde entonces comunicación con todas las instituciones, fundaciones y organizaciones dedicadas a la educación especial. El profesor Santiago fue miembro de la Organización Nacional de Ciegos y del Comité Internacional Pro Ciegos, con quienes sostuvo relaciones que favorecieron al plantel.
Una de las actividades que se realizaba en la Escuela era el festival dedicado a las madres; había música, cantos, declamaciones, platillos; todos los asistentes, entre niñas, niños y padres de familia, se divertían sanamente. El día más celebrado y emotivo fue el 14 de noviembre de 1958 cuando el gobernador Agustín Franco Aguilar inauguró la biblioteca Braille de la escuela.
El profesor Santiago enseñaba a sus alumnos a tocar algún instrumento y les brindaba la seguridad de formar y mantener una familia. Ellos llegaban a las universidades como personas capaces de desenvolverse en la sociedad. En 1960 fue creado el programa de convivencia escolar de los alumnos videntes e invidentes, acontecimientos de gran valor para la integración pedagógica y social.
En 1978 la presidenta municipal del DIF, Gloria Soria de Luna, brindó apoyo y promovió la formación del Patronato Pro Escuela de Invidentes, el cual remozó el local y adquirió el mobiliario adecuado para sus actividades. Al año siguiente la señora Consuelo Gutiérrez viuda de Berzunza dispuso en su testamento la creación de la Fundación Berzunza Gutiérrez para la Superación de los Carentes de la Vista y Disminuidos Visuales de Yucatán. El profesor Santiago impartió clases de música en esta fundación durante algunos meses, antes de su fallecimiento acaecido el 22 de febrero de 1980 (7).
El 11 de noviembre de 1980, a través del DIF Yucatán y el Patronato, la institución fue denominada Centro de Educación Especial para la Integración de Carentes de la Vista y Disminuidos Visuales (CEEICVDV), mediante convenio con la SEP, el Gobierno del Estado, el DIF y la Fundación Berzunza Gutiérrez. Ésta donó al Centro una mansión de la calle 60 núm. 333, antes residencia de la familia benefactora, y ayudó con alimentos y material didáctico. En el mismo local se contaba con un albergue para niños invidentes de poblaciones rurales lejanas, incluso de estados vecinos, que requerían tratamiento médico (8).
Los niños, al concluir la primaria, decidían si continuaban la educación media en el Centro o si estudiaban la secundaria abierta en el grupo de nivelación pedagógica que coordinaba el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA). En esos años fueron creados los centros de asesoramiento y atención de Tekax (1980) y Espita (1983).
El CEEICVDV realiza diversos programas que van desde la detección temprana de los niños con problemas visuales para prevenir la ceguera, pasando por la formación preescolar y primaria, hasta la capacitación laboral, educación para jóvenes y adultos y asistencia social (9). Desde 1974 Mirna Navarro Basto, nieta del profesor Santiago, dirigió la institución.
Por la gran dedicación del profesor Santiago Navarro Silva en pro de la integración a la sociedad de las personas invidentes, en 1993 la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado de Yucatán (SEGEY) le confirmó el reconocimiento de Maestro Distinguido.
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(1) Sánchez Regalado, Norma Patricia (coord.). Memorias y actualidad en la educación especial de México: Una visión histórica de sus modelos de atención, Dirección de Educación Especial, Secretaría de Educación Pública, México, 2010, p. 44.
(2) Ibid., p. 45.
(3) Ibid., p. 47.
(4) Ibid.
(5) Navarro Basto, Mirna “Labor de 56 años en la Escuela de Carentes de Vista en Mérida”, en Diario del Sureste, 4 de octubre de 1986.
(6) Casares G. Cantón, Raúl (director). “Escuela de carentes de vista”, en Yucatán en el tiempo: enciclopedia alfabética, tomo II, Inversiones Cares, 1998, p. 533.
(7) Navarro Basto, Mirna, Op. cit.
(8) Casares G. Cantón, Raúl (director). Op. cit.
(9) Ibid., p. 333.
MARION GUADALUPE GARRIDO MAY