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La Pirotecnia Daña A Las Mascotas – Primera Parte

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Cada año, en medio de los festejos de Navidad y Año Nuevo, son muchas las mascotas y animales domésticos que sufren graves consecuencias debido a los daños que les causan los estallidos de la pirotecnia. Esta es una costumbre ya muy arraigada y por lo tanto lo que nos queda por hacer, mientras no logremos su prohibición, es tomar las precauciones necesarias y difundirlas para que todos estén al tanto de cómo actuar en esos momentos.

Todos los fines de año, y con bastante anticipación, solemos tener perros accidentados y perdidos: al asustarse, salen como disparados y en su carrera, atraviesan vidrios, los cercos que habitualmente los contienen, a veces hasta rejas. No sólo se lastiman sino que, si se enfrentan a la calle, se pierden, y pueden ser atropellados ya que salen sin rumbo y enloquecidos.

Otras afectaciones que se dan, provienen de los perros que están acostumbrados a recoger objetos. Lamentablemente, existen casos en los que alguien tira un petardo, el perro corre a buscarlo, como un juego, y les estalla en la boca, causándoles heridas muy graves. Lo peor es que, en ocasiones, algunos se divierten con ese tipo de actitudes, verdaderas maldades que generalmente sufren los canes de la calle.

Los gatos son tal vez los que más sufren las consecuencias de la pirotecnia. A veces no les prestamos atención a los gatos porque, cuando se habla de mascotas, se mencionan los perros. En realidad, hoy día creo que hay más gatos que perros como mascotas en los hogares, por cuestión de comodidad y economía.

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Sobre los efectos de los fuegos artificiales, en la raza felina se produce un estrés muy fuerte que los afecta muy profundamente en su fase psicológica durante períodos, a veces, muy prolongados. Hay cambios de hábitos, de conductas, en su alimentación, cosa que en los perros no sucede. Pareciera que el centro neurológico del felino es más sensible a este tipo de cambios. Diría que es más difícil comprar la mente de un gato que la de un perro. A lo mejor, a este último con un hueso lo podemos distraer, pero a un gato no y, debido a su independencia natural, se hace más difícil lograrlo.

Se sabe que estas condiciones se presentan por dos motivos. El primero es la mayor sensibilidad que tiene el oído de estos animales: ellos perciben sonidos que nosotros ni siquiera escuchamos. Un ejemplo es el silbato que usan los adiestradores que emite un sonido ultrasónico y nosotros escuchamos nada más que alguien al lado nuestro sopla pero la mascota enseguida actúa ante él. Además, influye la potencia y el tipo de ruido. El segundo motivo es que no debemos olvidar que no podemos explicarles que no va a pasar nada, que no tengan miedo, pero si está con su dueño, con su familia, la mascota se distrae más. No es que no sientan, pero están más contenidos, no entran en pánico. Por estas razones cada uno debe hacerse responsable en estos días tan especiales del cuidado de sus animales.

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Cuando utilizas pirotecnia, tu perro, gato, caballo, ave,  etc. puede sufrir desde palpitaciones, taquicardia, jadeo, salivación, temblores, sensación de insuficiencia respiratoria (deja de respirar por un minuto y después piensa  cómo te sentiste), falta de aire, náuseas, aturdimiento, sensación de irrealidad, pérdida del control, y hasta miedo a morir.

Estas alteraciones provocan en la conducta animal intentos de escapar descontroladamente, incentivado por el estado de pánico, durando varios minutos y, en los casos severos, desde una a varias horas, dependiendo el tiempo que dure el estímulo provocado por el ruido (fiestas de fin de año).

Las reacciones suaves o de baja intensidad incluyen deambulación, temblor, encogimiento, inapetencia, intensos deseo de ingerir agua, deseo de estar en permanente contacto con el propietario. Las reacciones más graves o de alta intensidad provocan gemidos, intensa salivación o babeo, jadeos prolongados y muy fuertes, eliminación y/o retención de heces u orina, correr en forma desenfrenada sin rumbo (escape frenético), que en muchas ocasiones incluyen arañado o masticar barreras (Fractura de dientes) y saltar a través de ventanas, vidriados o alambrados, provocándose heridas de suma gravedad.

Los problemas más comunes en perros que tienen miedo a los fuegos artificiales son:

1.- Destrucción y escape

  1. En estos días, si es que se deben dejarlos solos en los lugares habituales, revisen previamente si existen vidrios que puedan atravesar, si hay rejas peligrosas; lo que normalmente permite que todo esté bien y en orden, cuando el perro se enloquece y se asusta, puede convertirse en un peligro en su contra.
  2. Los problemas de comportamiento más comunes asociados con el miedo a los ruidos fuertes son la destrucción y escapar. Cuando su perro se asusta, instintivamente trata de reducir su miedo y puede tratar de escapar a un lugar donde los sonidos de truenos o petardos sean menos intensos. Si el perro siente menos miedo al dejar el jardín o ir a un cuarto o un área determinada de la casa, entonces la fuga o comportamiento destructivo se ve reforzado porque disminuye con éxito su miedo.
  3. Otra cosa a tener muy en cuenta cuando están atados es que en la cercanía no exista una pared baja, maderas sueltas o un sillón (cuando están atados dentro del hogar), porque pueden saltar y quedar colgados del otro lado, y no tienen manera de zafarse de esa situación si están solos y esto, lamentablemente, sucede con bastante frecuente también.
  4. En caso de que sea imperiosa la necesidad de atar a un perro, porque no hay otra alternativa, hay que tener cuidado y cerciorarse de que la cadena y el collar tengan al menos dos giratorios; esto impide que la mascota se enrosque en su ataque de locura porque generalmente, cuando empiezan a girar, lo hacen para el mismo lado y se produce en muchos casos el ahorcamiento, muy frecuente y no sólo en estas épocas.
  5. Hay que evitar en lo posible el uso de jaulas transportadoras, ya que hay que asegurarse de que el perro la tolere; si no está acostumbrado, puede ser peor y lastimarse dentro de ella tratando de salir de su encierro, golpeándose locamente contra las paredes.

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 2.- Temor por asociación

Tu perro también puede asociar un sonido particular, chocar con otras cosas en su entorno o golpearse, y puede crecer el miedo a estas otras cosas porque los asocia con el fuerte ruido que le asusta. Por ejemplo, los perros que tienen miedo a los truenos más tarde pueden tener miedo del viento, las nubes oscuras, y destellos de luz que a menudo preceden el sonido del trueno. Los perros que no les gusta el sonido de los petardos pueden llegar a ser temerosos de los niños que tienen cohetes, o pueden tener miedo de ir al patio, si ahí es donde habitualmente escucha el ruido.

(Continuará)…

DRA. CARMEN BÁEZ

PRESIDENTA

EL MURO MÉRIDA A.C.

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