A un año más de su partida
Más allá de las idealizaciones banales, basadas estrictamente en lo artístico, la figura de John Lennon se mantiene vigente gracias a su gigantesca aportación musical, llena de obras magistrales. También considero que fue el Beatle más cercano a la gente, no solo por las acciones que emprendió como activista político y social, sino también por aceptar sus imperfecciones como ser humano.
Este factor tormentoso de John siempre atrajo mi atención: mientras más me adentraba en su historia de vida, en una época en la que no existía internet, a través de libros, revistas o fanzines con entrevistas realizadas a lo largo de su vida, confirmé que la tragedia estuvo presente en su entorno, debiendo en cada caso asimilar un dolor insoportable.
Vamos, estamos hablando de un niño que primero fue abandonado por su padre, Alfred Lennon, después por su madre, Julia Stanley; crecido por su tía Mimi, perdió a Julia en un accidente justo cuando se reencontraba con ella; su padre se dignó aparecer cuando ya era un Beatle (John lo mandó a la mierda); fue dependiente del tabaco, en una etapa abusó del alcohol, consumió pastillas, marihuana y, como todos saben, también LSD. Por si fuera poco, ya viviendo en Nueva York, libró una batalla de cuatro años con la administración de Richard Nixon, que buscaba deportarlo.
John siempre reconoció que fue un mal esposo y un mal padre. Su matrimonio con Cynthia Powell se concretó poco antes de que la Beatlemania irrumpiera en sus vidas, lo que lo orilló a ser ‘un padre ausente’ con Julian.
Admitió ser extremadamente celoso y posesivo. Durante las sesiones de terapia psicológica con el Dr. Arthur Janov, confrontó 30 años de carencias afectivas no resueltas. El creador de la denominada terapia primal señaló que John cargaba un enorme nivel de dolor, lo que lo orilló a ser una persona disfuncional que, aunque había alcanzado la fama, rodeado de riqueza y adulación se sentía más como un niño abandonado.
La terapia y el amor que encontró en Yoko Ono fueron ayudándolo a entender sus errores como ser humano. Ella fue importante para que, finalmente, en ese segundo matrimonio pudiera disfrutar de una vida plena, siendo sus mejores años los que pasó criando al pequeño Sean, mientras su esposa se hacía cargo del negocio.
Debemos recordar que, si bien Lennon pasó varios años retirado del negocio musical, realmente no abandonó del todo su amor por la música, sobre todo al mudarse a la ciudad de Nueva York. Dijo a la prensa en aquellos años: “Parezco ser el tipo en Nueva York al cual todos los ingleses pasan a saludar. Y eso es algo bueno, ¿sabes? Mick (Jagger) viene a la ciudad. Paul (McCartney) viene a la ciudad, David Bowie viene a la ciudad. Todo el mundo viene y es algo que me encanta. Todos los roqueros pasan y dicen: ‘Hola, ¿cómo va todo?’. Se supone que yo debo ser quien les muestre lo que ocurre actualmente acá; aunque varios de ellos ya estén enterados de las novedades.”
Ahora que se cumple el 41 aniversario de su trágico asesinato (adquiriendo la categoría de leyenda), es necesario resaltar que no solo fue capaz de reescribir su historia de vida, sino que se encargó de compartir su filosofía a través de sus canciones, sobre todo las que escribió tras abandonar a Los Beatles.
Una buena manera de recordarlo o de redescubrirlo es escuchando en YouTube sus temas más emblemáticos, muchos de los cuales están traducidos al español. No me refiero necesariamente a los más conocidos, sino a otros que considero son igual de importantes o atemporales, algo que considero fundamental para entender que John Lennon fue alguien más que un Beatle: fue uno de nosotros, un humano imperfecto que tuvo el valor de redimirse.
RICARDO PAT
