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Hacia un Sólido Mercado Interno

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Hacia un Sólido Mercado Interno

Pequeñas y medianas empresas, al igual que ciudadanos comunes que contribuyen obligatoriamente con la contribución fiscal anual, atribuyen la parálisis económica del país al factor importante de las elevadas condonaciones dispensadas a los grandes grupos financieros trasnacionales, como el de Atlacomulco al que pertenece Peña Nieto.

Los responsables de la aplicación del gasto público como la burocracia, instituciones y los políticos urgidos de recursos para las campañas del 2017 se quejan públicamente de los recortes con la expectativa de ajustes que les beneficien. Hicieron viaje en grupo organizado varios gobernadores para gestionar ante el Ejecutivo mejoras a su déficit presupuestario estatal. Y con la intención también de cuestionar si se van a obedecer los lineamientos dictados por las fuentes financieras internacionales y si hay o no voluntad política para negociar ajustes al Presupuesto de Egresos para 2017.  Inocentes los pobres, en cuanto a la esperanza de posibilidades exitosas.

Por el Palacio Nacional aparecieron juntos los gobernadores de Morelos, Tabasco, Oaxaca, Michoacán, y Ciudad de México, quienes se reunieron en privado con el Secretario de Hacienda Meade, a quien plantearon las urgentes necesidades de sus estados en inútil grilla porque hasta la fecha en Hacienda se tiene la consigna de respetar y aplicar el plan del gasto público anual recomendado por el difunto Videgaray.

Por supuesto, y es mi opinión, el jefe del Ejecutivo tiene un mayor compromiso de atender los intereses de su consorcio de Atlacomulco, que son prioritarios ante sus indiferentes obligaciones de resolver las urgentes carencias económicas, de salud, educación, empleo, seguridad y bienestar general de la población.

¿Esperan estos gobernadores que el gobierno eleve la deuda pública, que la ha hecho llegar a múltiples billones? Tal deuda, por cierto, en la actualidad es utilizada únicamente en el pago de los elevados intereses que la misma ha generado. Ningún centavo se destina para el gasto público.

Una alternativa es llamar a cuenta a los socios de las grandes corporaciones trasnacionales, como las del Estado de México que han amasado fortunas escandalosas con el apoyo de Peña, para invertir en el país y así fomentar el empleo bien remunerado.

Mercado y cánones financieros del exterior son las que predominan y dominan (sic mío) el rumbo de la economía nacional.

¿Porqué no centrar la atención en las posibilidades tan prometedoras del mercado interno para iniciar un nuevo modelo de vida para los mexicanos?

En lo personal no he oído que algún economista brillante o ch´em´pó haga alusiones a la importancia que reviste el mercado interno para el inicio de un nuevo modelo económico nacional con miras a un sistema más prometedor al breve y mediano plazo.

En una insólita y fresca nota – “El alma Económica del PRI: 34 años de neoliberalismo” – entre otros comentarios nos dice que:

“El modelo neoliberal ha estado vigente en México por más tiempo que el Modelo de Sustitución de Importaciones, y es obvio que está agotado y no responde a lo que el país quiere y puede hacer… 34 años son suficientes para saber si algo va a funcionar o no…” Ahí está, agrego: reformas estructurales fallidas, desempleo, moneda devaluada y, en vez de crecimiento, déficit económico.

El autor de “Crónicas Meridanas” nos da un sacudón de conciencia:

“El nuevo modelo económico – que urge – tiene que construirse sobre bases intelectuales y académicas sólidas, sobre opiniones expertas probadas, tiene que estar respaldado por instituciones reconocidas más allá de las instituciones académicas privadas y capitalistas.”

Y termina la Crónica Meridana: “Todavía no tenemos las respuestas o las soluciones, estamos buscándolas.” (¿Pero no será que llevamos todos también 34 años buscándolas?, me pregunto. Suficiente tiempo de búsqueda).

El mercado interno

La verdad, mis estimados, este servidor con su modesta opinión sin ser economista, siempre ha creído que los sistemas capitalistas que nos han esquilmado y defraudado en estos 34 años nunca han prestado atención a la importancia y trascendencia de mirar hacia nuestro quinto patio pródigo en recursos naturales – minería, fuentes hidráulicas, tierras fértiles, técnicas tradicionales de desarrollo – y, sobre todo, fuerza humana noble y leal de trabajo.

Por aquí es urgente empezar. Es por lo que debemos luchar y exigir a los gobiernos adictos a los escenarios de producción, finanzas y endeudamientos con el exterior.

Las familias incorporadas a este punto de partida de mejoramiento económico tendrán un sustento seguro, el alcance de su capacidad de adquisición del consumo. Todo con miras a un desarrollo partiendo de nuestra propia fortaleza, hoy explotada por los mercados extranjeros.

Y a la pregunta inicial al método, al “¿Cómo hacerle, pues?”, me ha venido siempre a la mente que entre las medidas primeras por adoptar sería contar, desde un principio, con Consejos Fiscales de ciudadanos honestos que administren razonable y honradamente los fondos y los avances que se van logrando, como medida real contra la opacidad y la corrupción. Un auténtico buen fin, no como el chafa Buen Fin que cada año esquilma a los consumidores.

Se trata, mis compas, de lograr un mercado doméstico sólido.

Se reciben sugerencias al respecto de los lectores.

Gilberto Balam Pereira

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