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En busca de Rector

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Letras

IX

Alma Mater

 

EN BUSCA DE RECTOR

17 de septiembre de 1998

El viejo abuelo instituto, el Alma Máter, la hoy Universidad Autónoma de Yucatán, se encuentra en busca de rector. Deberá seleccionarlo previsiblemente, de un grupo de 9 personajes de su planta académica, que al más puro estilo de la usanza política tradicional, han venido compareciendo ante los miembros del H. Consejo Universitario.

En este desfile conocido como pasarela, los aspirantes a ocupar tan elevada distinción, deberán demostrar y persuadir a los 51 integrantes del próximo cónclave, que poseen las aptitudes y cualidades de competencia y trayectoria académica para ocupar el cargo.

La comunidad universitaria afronta las consecuencias del incremento demográfico y de la creciente demanda de cupo escolar. Aproximadamente 14,000 alumnos asisten a sus aulas, de los cuales cerca de 6,000 estudian bachillerato y 8,000 licenciatura en sus 15 facultades, atendidas por 784 profesores de tiempo completo, según declaraciones a POR ESTO! (Septiembre 14) del candidato y director de la Facultad de Economía, Lic. Jorge Luis Canché Escamilla.

Este universo de seres dedicados a la enseñanza, el aprendizaje, la investigación y la extensión universitaria, afrontan los problemas derivados de la crisis económica del país, la falta de recursos suficientes para el mejor cumplimiento de su misión. Y no obstante es imprescindible que su noble tarea no se detenga, porque sólo el saber hace libres a los hombres.

Surge la universidad en el Siglo XIII en Europa occidental, como una comunidad autónoma de maestros y discípulos dentro de la concepción cristiana del mundo; en los siglos posteriores se distingue por la lucha entre la cultura burguesa, humanismo y liberalismo, y la concepción original, ligada primero a la iglesia y después al absolutismo, sin dejar de cumplir en ambos casos, con su función de formadora de élites de los grupos sociales dominantes:

Hace 76 años, durante el gobierno del líder socialista Felipe Carrillo Puerto, se fundó la Universidad con el noble fin de brindar oportunidades iguales, a los hijos del pueblo, de manera que la única aristocracia que prevaleciera, fuese la de la inteligencia.

Carrillo Puerto no se equivocó. A partir de entonces la sociedad yucateca ha sufrido grandes transformaciones, donde la Universidad jugó un papel preponderante, formando pensadores, gobernantes, médicos, abogados, ingenieros, químicos, odontólogos, maestros, etc., en su mayoría, provenientes de familias muy pobres, que jamás hubiesen podido cubrir los costos de la educación de sus hijos.

Allí donde hay un profesionista destacado que ha rendido grandes servicios a la sociedad, generalmente hubo un padre trabajador y una madre proletaria, que lograron hacer con el Estado, de sus hijos, hombres útiles a la colectividad. Esto no hay que olvidarlo, ahora que las nuevas tendencias, quisieran privatizar la enseñanza pública, en una regresión histórica, mercantilista, para que sólo pueda estudiar el que tenga dinero para pagar.

Es posible que con la muerte del Dr. Eduardo Urzáiz Rodríguez, hombre sabio, dedicado a la ciencia, el arte y las letras, quien falleció siendo Rector de la Universidad, el 16 de febrero de 1955, se haya perdido el espíritu progresista y revolucionario de nuestra máxima casa de estudios y poco a poco, a partir de entonces, se haya venido inclinando por una filosofía conservadora y derechista, lo cual no es un secreto para nadie, pero sí una grave contradicción de sus orígenes, porque la universidad debe ser universal, foro para la libre discusión de las ideas, sin prejuicios políticos, abierta al conocimiento, laica y comprometida con el cambio social.

De esto nos dio muestra en 1968, Javier Barros Sierra, Rector de la UNAM, quien encabezó y respaldó abiertamente las demandas de los estudiantes, en defensa de las libertades y de la autonomía universitaria.

Cuando la generación a la que pertenezco llegó a la Universidad, a principios de la década de los años 50, precisamente el 21 de mayo de 1953, estudiantes y maestros, resistimos en las barricadas, el ataque de la policía con bombas de gases lacrimógenas a la Universidad, en respuesta a un movimiento que pedía el pago de sueldos atrasados a los maestros, el equipamiento de laboratorios de física y química y la reparación del observatorio.

La insensibilidad política del Gobernador Tomás Marentes provocó una grave crisis que posteriormente habría de concluir con su salida del Gobierno.

Entonces la comunidad universitaria ocupaba el edificio que ahora se denomina central, donde funcionaban la Escuela Preparatoria y las distintas Facultades, con excepción de Medicina, edificada frente al Hospital O’Horán.

El crecimiento de los últimos años ha sido notorio. La sociedad yucateca y su universidad han experimentado grandes cambios. La juventud de hoy piensa de manera diferente y tiene otros intereses. Antaño las sociedades estudiantiles y la propia Universidad, alentaban certámenes literarios y de oratoria. Ahora se efectúan concursos de simpatía y belleza. Parece que el estímulo y reconocimiento al talento y la inteligencia han quedado rezagados.

Por esto es muy importante seleccionar un buen Rector para la Universidad. El perfil ideal sería el de un profesionista comprometido con el cambio, progresista, libre de prejuicios religiosos y políticos, con experiencia en la docencia, méritos académicos, conciliador, con vocación de servicio, con autoridad moral.

Los años por venir no serán fáciles. Habrá que enfrentar grandes intereses. La presión conservadora sobre la universidad será más intensa.

Las nuevas universidades privadas quieren demostrar que, la excelencia académica, solamente se puede lograr con elevadas colegiaturas para las minorías pudientes. Con gran generosidad, ofrecen en cambio algunas becas con muchas restricciones. Pero este no es el modelo a seguir. La universidad debe servir al pueblo porque de éste provienen sus recursos. A su vez, los egresados deben tender la mano generosa a la sociedad y no vengarse de ella. El H. Consejo Universitario tiene ante sí una gran responsabilidad. De su decisión depende el futuro de su Alma Máter y por ende el desarrollo social de Yucatán.

Luis F. Peraza Lizarraga

Continuará la próxima semana…

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