Discos de Rock Esenciales – IX

By on mayo 28, 2020

Envío un saludo lleno de afecto desde la Tierra de los Mayas a todas las amigas y colegas que aman el rock, en esta novena entrega de los álbumes que conmovieron mi existencia debido a su alto nivel de calidad, así como estoy seguro impactó la vida de cada uno de ustedes.

En esta ocasión compartiré tres trabajos de artistas de los Estados Unidos que formaron parte de la escena roquera de la década de los sesentas, por lo tanto, integrantes del selecto club de los autores del cambio musical, pioneros en un estilo de hacer rock que sembró las bases para su desarrollo con obras que siguen frescas en la memoria de millones de personas en todo el planeta.

Con el paso del tiempo es una obviedad señalar que Janis Joplin, Jim Morrison y John Fogerty forman parte del Olimpo de los Dioses del Rock por méritos propios: la primera por su calidad interpretativa y convertirse en la voz blanca más reconocida de la historia de este género; el segundo por su aportación lírica y su magnética presencia que llevó a otro nivel las actuaciones en vivo, demostrando que no existían límites; y en el caso de John por el arsenal de temas de enorme calidad que nos obsequió principalmente en su etapa con Creedence, aunque su producción como solista también cuenta con temas excelentes.

Así que no queda más que invitarlos a recordar parte de la historia de estos tres álbumes que no dejan indiferente a nadie y que estoy seguro traerán a todos grandes recuerdos, que al final de eso se trata esta sección.

Que el Rock sea con ustedes.

JANIS JOPLIN, ‘IN CONCERT’ – Aunque ya había escuchado a la “Bruja Cósmica” en algún recopilatorio donde también venían Creedence, The Doors, Grand Funk y otras grandes bandas norteamericanas, tuve la fortuna de recibir mi flechazo de amor con este trabajo en vivo lanzado en 1972 en el que es palpable la energía que imprimía en cada interpretación. Tras la muerte de Janis, como era de esperarse, la compañía Columbia decidió editar este doble álbum que resultó exitoso porque, como todos ya saben, con su deceso ella se volvió inmortal, un ícono del rock.

La colección es de agasajo, pues contiene la mayoría de sus himnos, tomados de conciertos con su primera banda Big Brother and the Holding Company y con la Full Tilt Boogie Band, grabados en actuaciones realizadas en 1968 y 1970. Disfrutamos de ‘Down on Me’, ‘Piece of My Heart’, ´Ball and Chain’, ‘Kozmik Blues’, ‘Summertime’, entre otras. Siendo fan de grandes cantantes de colmo como Aretha Franklin, sabía distinguir entre una vocalista promedio y una verdadera intérprete. Lo que me atrapó era la intensidad con que cantaba, lo que terminé interpretando como un catalizador, pues Janis expiaba todo el dolor vivido en su infancia y juventud al ser parte de una familia disfuncional, huyendo de casa para iniciar su ruta al éxito como cantante de bares de mala muerte.

No estoy descubriendo el hilo negro; todos saben lo que sufrió nuestra amada Brujita Cósmica, pero sostengo que el escenario era para ella liberador en muchos sentidos. Por supuesto, en vivo las versiones adquieren otra dimensión, más pegadora, lo que se puede comprobar escuchando, por ejemplo, “All Is Loneliness”, “Bye, Bye Baby” o “Half Moon” donde parece que la Diva nos canta a la oreja. Una maravilla que demuestra la importancia y el poder que la mujer aporta al rock mundial. Te amo, Janis, y te extraño.

THE DOORS, ‘THE DOORS’ – El debut de la emblemática banda norteamericana fue uno de los discos que me obsequió mi hermano mayor cuando andaba en busca de nuevas propuestas cuando apenas entraba a la adolescencia, así que el impacto con esta obra lanzada en enero de 1967 fue total. Este debut incluía cuatro talentosos artistas que estaban ansiosos de dar a conocer su propuesta musical, la cual resultó ser sumamente original. Ellos eran el poeta cantante Jim Morrison, el tecladista Ray Manzarek, el guitarrista Robby Krieger y el baterista John Densmore, apoyados por el bajista Larry Knechtel en algunos temas, pero que no formó parte de la banda.

Destacó el trabajo de Manzarek con los teclados, al incorporar diferentes tipos de piano, órganos e incluso un Marxophone, que es una cítara sin trastes que se toca a través de un sistema de martillos metálicos, lo que aporta mucho en la propuesta sonora, complementada por un percusionista que traía la escuela del jazz, y un guitarrista bastante creativo. La arrolladora personalidad de Jim Morrison fue el complemento perfecto para una banda que entregó un producto inteligente, en lo lírico y lo musical, una propuesta fresca que terminó revitalizando la aportación cultural de los genios del rock de esa época. Al escuchar ahora ‘Soul Kitchen’, ‘The Crystal Ship’, ‘End of the Night’ o ‘The End’, siguen sonando vigentes, efectivos, intensos, lo que también es palpable en ‘Alabama Song (Whiskey Bar)’, original del músico Kurt Weill y el poeta Bertolt Brecht (ambos alemanes), y el cover de Willie Dixon ‘Back Door Man’.

Otra conexión muy fuerte con este disco a título personal es que, durante mis años como cantante con la ‘Fuente del Poder’, canté dos temas del mismo: ‘Break on Through’ y ‘Light My Fire’, que eran infalibles en casi todos nuestros conciertos, pues son de esas canciones que The Doors crearon para nosotros, para alegrarnos la vida.  Un disco imprescindible.

CREEDENCE CLEARWATER REVIVAL, ‘PENDULUM’ – El primer álbum que escuché de estos magníficos músicos norteamericanos fue el sexto de su discografía, lo que para mí resultó fabuloso porque, tras descubrirlos y disfrutarlos como enano, con estos diez temas pude ir escuchando sus anteriores discos, hallando en todos canciones increíbles que los convirtieron en parte de mi altar de grupos consagrados. Desde el inicio con ‘Pagan Baby’, esta producción lanzada en diciembre de 1970 atrapa al escucha y no le permite retirarse hasta terminar de engullir todo el paquete. Esto es lógico porque contiene buenísimas canciones: ‘Hey Tonight’, ‘Molina’ (con un rico solo de saxofón), ‘It´s Just a Thought’, ‘Chamaleon’ (con metales complementarios), ‘(Wish I Could) Hideway’ (con predominio de órganos), ‘Born to Move’ y la instrumental experimental ‘Rude Awakening #2’.

Algo que siempre admiré de Creedence es que toda esa sonoridad era lograda por tan solo cuatro músicos: Mr. John Fogerty, como compositor, productor, cantante y guitarrista principal, su hermano Tom Fogerty en segunda guitarra, Stu Cook en bajo y Doug Clifford en batería y percusiones, abiertos a incorporar nuevas sonoridades como lo hicieron con ‘Sailor´s Lament’, donde incluyen un rico saxofón y un coro góspel muy efectivo.

La conexión afectiva con su gran clásica ‘Have You Ever Seen the Rain’ fue inevitable, no solo porque la convertí en parte de la banda sonora de aquellos años familiares de aprendizaje, sino también porque muchos años formó parte del repertorio de la ‘Fuente del Poder’, convirtiéndose es imprescindible en nuestras presentaciones. “Pagan Baby’ también es importante para mí, porque me recuerda el cariño que tengo a mi hermano Enrique que me permitió conocerla, además que pude darme el gusto de cantarla con ‘El Legado’, aquel proyecto que formé con Matías Martin en guitarra, Jorge Cervera en batería y Mike Barrera en bajo. Discazo por donde se le mire, y digno de formar parte de nuestras respectivas colecciones.

RICARDO PAT

riczeppelin@gmail.com

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