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Obesidad en perros

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¿Sabías que un perro tiene mayor probabilidad de ser obeso cuando su dueño también lo es?

La causa principal de la obesidad, tanto en perros como en cualquier otro animal, es una ingesta de calorías superior a la energía que se gasta. Pero esto es muy obvio, y no es la única causa. Otros factores que influyen en que un perro acabe obeso. La obesidad es una enfermedad multifactorial en la que puede haber diversos factores de riesgo.

Raza

La proporción de tejido adiposo y masa muscular varía en función de las razas, de manera que perros como el Labrador (con mayor proporción de tejido adiposo), son muy propensos a engordar mientras que otros, como el Bóxer (con mayor proporción de masa muscular), lo son mucho menos. La raza marcará la proporción corporal de masa magra y de masa grasa que tiene el animal.

Edad

Con la edad disminuye la actividad física y aumenta el riesgo de sobrepeso. Pero también es cierto que los perros a partir de los 12 años normalmente empiezan a perder peso. Con el aumento de los años, las mascotas van perdiendo su nivel de actividad, y por lo tanto disminuyen el gasto energético. Pero la edad no solo afecta al animal, y es que, ¡lo mismo le sucede a su dueño! Con los años, los propietarios cambian el estilo de vida aumentando el sedentarismo y las actividades más tranquilas, que son las que compartirá con su mascota: paseos en lugar de excursiones, gozar de una película en el sofá en lugar de una tarde de juegos. Adaptar cantidad y la calidad de la dieta a los requerimientos energéticos en cada caso es fundamental para la prevención del sobrepeso y la obesidad.

Sexo

Existe una mayor predisposición de las perras frente al perro a la obesidad. Están “diseñadas” para cuidar y alimentar a su camada y para ello cuentan con reservas de energía (depósitos de grasa).

Esterilización

Puede duplicarse la incidencia de la obesidad en el perro si no se toman las medidas dietéticas preventivas adecuadas después de la esterilización. La castración de los perros altera la producción de hormonas sexuales y supone un cambio en el metabolismo. Especialmente durante los 6 meses posteriores a la operación conviene reducir el consumo de calorías en un 30% para evitar que aparezca el sobrepeso.

Enfermedades endocrinas

La obesidad puede estar relacionada a ciertas enfermedades endocrinas como la diabetes, el hipotiroidismo y el hipoadrenocorticismo.

Medicamentos

Algunos fármacos, principalmente los antiepilépticos y los glucocorticoides pueden dar lugar a hiperfagia y, de forma secundaria, a un sobrepeso.

Sedentarismo y malos hábitos

La vida sedentaria junto a un consumo excesivo de energía son los principales responsables del aumento de la incidencia de la obesidad. Los propietarios, en general, tienen poco tiempo para pasear o jugar con sus perros, y a esto se suma la costumbre de darles golosinas o restos de la mesa, que suponen un importante aumento del aporte calórico diario.

Dieta no adecuada

La administración de dietas demasiado grasas o de alimentación casera no adecuada para el animal puede desencadenar el aumento de peso. Especialmente en animales con tendencia al sobrepeso, conviene administrar dietas adecuadas que mantengan el peso ideal y ayuden a reducir el peso.

Consecuencias de la obesidad

Los animales obesos tienen una menor esperanza de vida. Se ha demostrado que una disminución del consumo de alimento del 25 por ciento puede llevar a una diferencia de 2 años en la esperanza de vida de los animales.

Los perros con sobrepeso desarrollan alteraciones osteoarticulares irreversibles. Ocurre en perros de cualquier tamaño, aunque sobre todo se manifiesta en los grandes, cuyos problemas comienzan ya en la fase de crecimiento. Además un perro con trastornos articulares es menos activo, lo que favorece la ganancia de peso. De esta forma el animal entra fácilmente en un círculo vicioso del que es difícil salir.

También hay una conexión entre obesidad y diabetes bien probada en el perro. La obesidad modifica el metabolismo y favorece la resistencia a la insulina y como consecuencia, la diabetes.

Otros problemas de salud atribuidos a la obesidad son los relacionados con la reproducción (infertilidad y distocias), menor inmunidad, desequilibrio hormonal, tumores de mama, problemas de piel, mayor riesgo en la anestesia y en las intervenciones quirúrgicas y problemas urinarios como urolitiasis e incontinencia.

Es imprescindible hacer que el propietario sea consciente del sobrepeso de su animal, del perjuicio que supone para su salud y de la necesidad de poner remedio. Para conseguir su colaboración, en algunos casos es más efectivo un refuerzo positivo, mientras que otros responden mejor cuando se les describe una lista detallada de las peligrosas consecuencias de la obesidad para su animal. Si no ha tomado conciencia de la situación, y no está dispuesto a colaborar, no tiene sentido seguir adelante.

Hay que determinar el peso al que debe llegar el perro. El nivel de restricción energética puede variar en función de distintos factores como el grado de sobrepeso y la duración estimada del tratamiento. Una vez calculada la ración, habrá que respetarla estrictamente para que el tratamiento sea eficaz.

La prescripción de ejercicio debe ser muy clara y adaptarse tanto al perro como al propietario. Se recomienda pasear el perro al exterior y, si se puede, llevarlo a un espacio donde pueda correr al aire libre (parque, excursión).

Se debe realizar un primer control de forma inmediata para evaluar si el perro acepta la dieta o no. Después hay que valorar si el ritmo de adelgazamiento es el adecuado. Si no lo es, hay que averiguar qué falla y reajustar la ración si es necesario.

Una vez que se ha conseguido el peso objetivo debemos seguir atentos para mantener ese peso ideal. Es muy frecuente que vuelvan a los malos hábitos, dejen de lado el ejercicio, pasen a alimentos más energéticos, den raciones excesivas. En esta etapa, habrá que seguir haciendo un esfuerzo importante para controlar las fluctuaciones de peso y para eso será fundamental mantener la implicación del propietario.

Cuando la obesidad se agrava puede tener consecuencias terribles en la salud del perro, como enfermedades cardiovasculares, mayor riesgo de producir tumores, problemas óseos, sensibilidad a medicamentos y anestesias, diabetes, hipertensión…

Se recomienda pesar a los perros de forma regular a lo largo de su vida, y hacerlo siempre que visita a la clínica. De esta forma, si hay una tendencia a la obesidad se detectará pronto y el veterinario podrá establecer un tratamiento precoz.

Dra. Carmen Báez Ruiz

drabaez1@hotmail.es

 

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