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Maestros Distinguidos 1980 – 2014 – XXXI

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JANITZIO ENRIQUE DURÁN CASTILLO

(1926)

Maestro Distinguido 2009

La gran admiración que sentía el profesor Janitzio por su padre, don Enrique Durán Martín, lo llevó a seguir los pasos de quien trabajó y contribuyó a la consolidación de la educación en el sureste del país. Nacido a principios del siglo XX, fue un ejemplo para los siete hijos que procreó con la señora Pastora Castillo Medina. El matrimonio aportó a la patria cinco normalistas comprometidos con la educación mexicana. Hombre autodidacta, sembró la semilla del saber y del trabajo para el bien de los más necesitados; participó activamente en la política, pero fue el oficio de herrero, que desempeñó en Maxcanú, lo que le ayudó a acercarse a la gente. Alguna vez se dirigió así a sus descendientes en una carta: «Debo reconocer que es posible que ustedes debieran haber estudiado otra carrera, diferente a la de maestro; sin embargo, les confieso que siempre fue mi deseo que ésta fuera la elegida porque estoy seguro de que jamás lucrarán en su ejercicio». 1

Janitzio Enrique Durán Castillo, uno de esos hijos normalistas, nació en el municipio de Maxcanú, antigua zona henequenera, el 29 de agosto de 1939. Desde su infancia aprendió la responsabilidad de trabajar para contribuir a la familia. El primer oficio que aprendió fue el de limpiabotas: siguiendo el ejemplo de su hermano mayor elaboró un cajón de madera para limpiar zapatos, con lo que ganó algunos centavos y pudo ahorrar. Igualmente, fabricó una alcancía de madera que podía clavar y desclavar para ir sacando los pesos que necesitaba. Sus dos hermanas mayores estudiaron en la ciudad de Mérida donde aprendieron costura y tiempo después fueron invitadas a ser maestras de habilidades manuales. Sus dos hermanos mayores concluyeron sus estudios primarios en Mérida. Las mejores escuelas para la familia eran las que habían surgido en el gobierno de Lázaro Cárdenas, las denominadas secundarias-internado para trabajadores. Ellos estudiaron poco tiempo ahí porque luego solicitaron entrar a la Normal Rural de Hecelchakán, Campeche, para concluir sus estudios secundarios y profesionales.

El profesor Janitzio inició sus estudios elementales en la Escuela Dra. Montessori de la villa de Maxcanú, donde cursó hasta el cuarto grado. En ese entonces en su familia era tradición que los hijos de don Enrique estudiaran en la Escuela Normal Rural Justo Sierra Méndez2 de Hecelchakán, que funcionaba como internado, por lo que cursó ahí el quinto y el sexto grados. Desde pequeño la admiración por su padre se empezó a reflejar en sus actividades: le gustaba hacer uso de la palabra en cada ocasión festiva del plantel, sobre todo en los viernes sociales de la escuela; a veces hablaba de la vida de don Benito Juárez, ya sea declamando o como anecdotario. Así empezó a florecer su vocación docente.

Concluida su educación primaria continuó con la secundaria y los grados profesionales mediante el plan de seis años de la Normal de Hecelchakán. Cuando estudiaba para ser profesor le llamaron la atención las materias de Lógica, Ética, Estética, Etimologías e idiomas, así como las de Historia de México e Historia Universal que fueron en las que más destacó. La materia de Cosmografía le condujo a pensar sobre el universo ligado a los mayas, su entorno y sus orígenes. A pesar de las materias impartidas, la Normal no exigía libros de texto; el profesorado optaba por la exposición discursiva, las clases preparadas o los apuntes; tenía una modesta biblioteca con libros de pedagogía y técnica de la enseñanza. Así, a la edad de 18 años, en junio de 1958 Janitzio egresó como Profesor de Educación Primaria Elemental y Superior.

Al principio de su labor docente trabajó fuera del estado de Yucatán. Después de un breve periodo se inició como maestro rural en la Primaria Normal Urbana núm. 52 de la comunidad de Dzalbay, Temozón, con un sueldo de 750 pesos. De ahí fue designado director de la Escuela Rural Federal José María Morelos de la comunidad de Tabi, Sotuta. Cuando fue profesor en la hacienda henequenera de Santa Rosa, Maxcanú, los habitantes lo invitaban a que los acompañara a las funciones de cine de los jueves. El trayecto iniciaba en truck, pero no llegaba a Maxcanú, sino a Chicán Granada; luego se dirigían caminando cuatro kilómetros hasta Maxcanú, llegaban a la función de las nueve de la noche y regresaban hasta las once por el mismo camino por el que habían llegado.

En 1959 fue nombrado director de la recién fundada Escuela Rural Federal Presidente Carranza de la Ranchería de Kancabchén, Halachó; y, a finales de 1960, director de la Escuela Rural Federal núm. 105 Vicente E. Guerrero de la hacienda de Chactún, Maxcanú. Mientras trabajaba como maestro rural, durante los meses de julio y agosto viajó a la ciudad de México para presentar el examen de ingreso a la Escuela Normal Superior de México, compitiendo por una de las becas que otorgaba la institución, la cual obtuvo. De 450 aspirantes, sólo 45 fueron aceptados en la primera generación de la Maestría en Historia de esta Normal Superior.

En 1962, durante el periodo de estudios de la maestría y cuando laboraba en Santa Rosa, se le dio la oportunidad de impartir la cátedra de historia en la Secundaria Federal Cabalán Macari3 de Hecelchakán, dejando de ser profesor de educación primaria para ser profesor «A» de enseñanza media con un sueldo de 920 pesos al mes. Al concluir sus estudios de posgrado, en 1964, fue nombrado subdirector de esta escuela. En 1966, a la edad de 26 años, obtuvo el cargo de director, siendo el más joven del sistema de secundarias de la Secretaría de Educación Pública (SEP), trabajo que obtuvo por méritos propios, ya que contaba con la maestría en una época en la que las materias de secundaria eran impartidas por maestros de primaria, toda vez que existían pocas normales de nivel medio superior.

En Hecelchakán se encontraba con alumnos que le solicitaban asesoría sobre cómo continuar sus estudios. Sin egoísmo de por medio él les informaba el procedimiento para ingresar a la Normal u obtener alguna beca. En ese entonces era difícil ascender en el escalafón porque se concursaba a nivel nacional y solamente los que contaban con una buena preparación ascendían como profesores.

Por ser un director muy joven, aun con toda su preparación profesional, tuvo que demostrar que era apto para encargarse de la dirección de la secundaria, pues había maestros que no concebían su preparación. Así, con el paso del tiempo, se volvió cauto y conciliador de los intereses de los profesores, los padres de familia y los alumnos; de igual manera, desarrolló el control de los programas escolares y aprendió a dosificarlos para el bienestar del alumnado. Manejó siempre la premisa de que «el mejor estudiante no es el que sabe más, sino el que tiene los mejores conocimientos», y ayudaba a los alumnos a obtener lo que necesitaban para progresar. Para él la enseñanza debía conducir a un solo hecho: «que el alumno, por medio de los estudios, obtuviera la actitud para ser mejor persona».

A los 27 años contrajo nupcias con María del Carmen Ortegón Quintal, quien había estudiado en la Cabalán Macari en un periodo previo a la llegada de él como docente. La familia Durán Ortegón tuvo cuatro hijos de los cuales actualmente todos son profesionistas. Como su padre don Enrique, el profesor Janitzio siempre estuvo pendiente de que sus hijos obtuvieran una educación de calidad,

En 1974, aun siendo director de la mencionada escuela, tomó la determinación de fundar una secundaria en la ciudad de Mérida y comenzó a buscar terrenos para su construcción. Viajaba casi todos los días de Hecelchakán a Mérida en un trayecto de tres horas en un volcho4 de su propiedad. Su familia ya residía en esta ciudad. Creó un comité pro fundación de la secundaria que le ayudó en la búsqueda del terreno y la construcción. Apenas llegaba a Mérida se dirigía a las juntas organizativas en las que se analizaban las rutas de traslado de los estudiantes y se hacían entrevistas. Ahí se observó que en la colonia Pensiones no existía una escuela para los hijos de los pensionados, por lo que se decidió que la secundaria fuera construida por ese rumbo. Finalmente se consiguió un terreno en Chenkú, donado por los ejidatarios, así como una beca de estudios para el hijo del comisario. En julio de 1975 fue fundada la Escuela Secundaria Federal núm. 5, la cual dirigió y que posteriormente recibió el nombre de Alfredo Barrera Vásquez. Actualmente esta escuela cuenta con los turnos matutino y vespertino que funcionan de manera independiente. Bajo su dirección la secundaria mantuvo un sistema arduo de trabajo por parte del profesorado; además, por su método de enseñanza, se convirtió en una de las mejores instituciones de este nivel; implantó reglas de disciplina e inculcó al alumnado que la educación física no es para hacer atletas, sino para saber usar el cuerpo y llevar una vida sana.

En agosto de 1977 falleció su padre, don Enrique Durán Martín, figura muy importante para el profesor Janitzio. De él, que había sido alcalde de Maxcanú en dos ocasiones, heredó su biblioteca personal conformada por un acervo de selectas obras de consulta acerca de diversas temáticas. Parte de la investigación crítica y el análisis de los temas que el maestro Janitzio ha realizado se debe a la lectura de los libros de su padre, entre los que se encuentran algunos clásicos como Lucha de clases a través de la historia de México (1934), de Rafael Ramos Pedrueza.

Con todo el trabajo generado desde que empezó su trayectoria como profesor, en 1979 llegó a ser propuesto como candidato a regidor de la ciudad de Mérida, cargo que ejerció hasta 1981. Posteriormente fue designado director estatal de cultura durante el gobierno del Gral. Graciliano Alpuche Pinzón. Aunque éste pidió licencia y fue sustituido por don Víctor Cervera Pacheco, el profesor Janitzio trabajó arduamente. Durante su gestión fue creado el Instituto de Cultura de Yucatán mediante el Decreto 165, fechado el 25 de noviembre de 1983 y firmado por el Gral. Alpuche. El decreto fue una respuesta al Programa Cultural de las Fronteras del sexenio del presidente Miguel de la Madrid Hurtado. Al profesor Janitzio se le encargó la elaboración de este proyecto para presentarlo a nivel nacional, lo cual realizó en tan sólo 15 días para poder integrarlo al presupuesto federal como organismo descentralizado. El 16 de febrero de 1984 dejó de ser gobernador el Gral. Alpuche, lo que motivó cambios entre los funcionarios estatales, por lo que el maestro Janitzio dejó de ser director de cultura del estado. El presupuesto que llegó a manejar permitió apoyar a artistas que no eran reconocidos, ya que su programa no era de tipo empresarial.

A finales de 1990, siendo director de la Secundaria Federal núm. 5, fue comisionado como asesor de la SEP; y en 1991 fue designado consejero ciudadano propietario del Consejo Local del Estado, cargos que fueron llevados con responsabilidad. Posteriormente, en 1997, fue director de la Secundaria Nocturna Luis Donaldo Colosio Murrieta del municipio de Halachó, donde retomó sus investigaciones de historia regional, impartió conferencias y abrió espacios de entendimiento con los jóvenes de la localidad. En 1999 fue nombrado director de la Secundaria General Nocturna Primero de Mayo de la colonia Esperanza, regresando así a la ciudad de Mérida. Ahí permaneció hasta el término del año escolar 2006-2007. El 1 de enero de 2008 obtuvo su jubilación después de 50 años ininterrumpidos de labor docente al servicio de la educación pública.

Si bien el profesor Janitzio ha sido un hombre dedicado al magisterio, también ha desarrollado la investigación y el gusto de escribir. Podemos encontrar publicaciones en las que, como autor o coautor, aborda diferentes temáticas de la historia regional del país. Entre estas publicaciones destacan Gremios de Maxcanú, recopilación comunitaria; Luces de quince, cuentos costumbristas; La muerte del abuelo, historia que fue adaptada al teatro y obtuvo el primer lugar en el Concurso Peninsular del Festival Caribeño en Chetumal, Quintana Roo; y Pelayo Villafuerte, poder perverso, novela política. Desde 1994 colabora con notas periodísticas en el diario Por Esto!

Sus participaciones no sólo atañen, como se ha visto, al magisterio y la política. Como un hombre comprometido con el desarrollo de su región, a lo largo de su vida ha aceptado responsabilidades diversas, entre ellas la de participante en foros internacionales sobre cultura maya, patrocinados por la UNESCO, y la de protagonista de cortometrajes de la SEP transmitidos en cadena nacional e integrados a videotecas escolares. Fue autor del espectáculo de luz y sombra de Puerta de Tierra, recinto histórico de la ciudad de Campeche, y comentó la traducción del libro Historia oral de la Guerra de Castas de 1847 según los viejos descendientes mayas en la biblioteca de la UADT del maestro Fidelio Quintal Martín. También fue jefe del Departamento de Cultura del ISSSTE en 1993.

Ejerció la docencia en los niveles de educación básica, media superior y superior, por lo cual se hizo acreedor de las medallas “Rafael Ramírez” (por 30 años de servicio), “Ignacio Manuel Altamirano” (40 años) y “Pablo Moreno Triay” (50 años). En 1996 fue nombrado cronista vitalicio de la villa de Maxcanú, su lugar de nacimiento, cargo que aceptó con agrado y que ha ejercido incansablemente para promover al municipio, como es el caso de su libro Maxcanú en la historia, presentado el 5 de octubre de 2008.

Miembro del Colegio de Profesores de Educación Básica en el Estado de Yucatán, en 2007 fue designado Ciudadano Distinguido por el Ayuntamiento de Mérida, propuesto por un grupo de trova yucateca y el Centro Cultural Carlos Acereto. También pertenece a la sociedad civil Fraternidad y Justicia. En 2009 obtuvo el reconocimiento de Maestro Distinguido otorgado por la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado de Yucatán (SEGEY), con base en la propuesta del Colegio de Profesores de Educación Básica, A.C. Para ello el Departamento de Programas Estratégicos de la SEGEY le solicitó una frase para la placa conmemorativa que sería colocada en la Plaza del Maestro; él, sin olvidar a su padre, sus orígenes y estudios en escuelas públicas fruto de la Revolución Mexicana, proporcionó la siguiente: «Que la educación nunca pierda su esencia reivindicadora a favor de la patria».

Actualmente el profesor Janitzio Enrique Durán Castillo tiene 75 años de edad y sigue activo: imparte conferencias, ofrece pláticas, viaja, escribe y actúa como portavoz de la educación para el desarrollo del país mediante la enseñanza de la historia del magisterio, de las normales y de los mayas.

El 22 de febrero de 2013 fue galardonado como Maestro Emérito de México, distinción otorgada por la Plataforma de Opinión y Expresión Magisterial, A.C., en el Palacio de Bellas Artes de la ciudad de México. Con el aliciente de tan importante distinción continúa con sus actividades en beneficio de la educación y el magisterio. En noviembre de 2013 recibió la Medalla Yucatán, merecido reconocimiento por parte del Estado a tan notable maestro.

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1 Fragmento tomado del libro Historia de la benemérita Escuela Normal Rural «Justo Sierra Méndez de Hecelchakán, Campeche, México, Academia Mexicana de la Educación, A.C., Mérida, Yucatán, 2003, p. 140.

2 Fue fundada el 13 de abril de 1930 con el objetivo de formar personal especializado en la enseñanza, determinada por ciertas normas y principios. Los alumnos egresaban como profesores de enseñanza elemental.

3 En 1926, siendo presidente de la República el Gral. Plutarco Elías Calles, fueron fundadas en la ciudad de México las cuatro primeras secundarias del país, fruto de la Revolución Mexicana en el campo de la segunda enseñanza. El 17 de octubre de 1961, en Campeche, fue fundada la primera secundaria federal con el nombre de Cabalán Macari, en honor de uno de sus benefactores.

4 Se llama así a los automóviles sedán de la marca Volkswagen.

5 Como una respuesta a la consulta popular de preservar la soberanía e identidad nacionales en las franjas fronterizas del país, el presidente de la República, Lic. Miguel de la Madrid Hurtado, creó el 20 de julio de 1983 en Tijuana, Baja California, el Programa Cultural de las Fronteras, abarcando 12 estados: Baja California, Baja California Sur, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, en el norte; y Chiapas, Tabasco, Campeche, Quintana Roo y Yucatán, en el sur. Aun cuando se enfatizó la acción en las capitales fronterizas, incluyó en su totalidad a los municipios de dichos estados.

Marion Guadalupe Garrido May

Continuará la próxima semana…

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