Maestros Distinguidos 1980 – 2014 – V

By on enero 7, 2021

V

JOSÉ MONTES DE OCA COELLO

(1867 – 19539

Maestro Distinguido 1983

El doctor y profesor normalista José Montes de Oca Coello nació en la ciudad de Tekax, Yucatán, el 20 de enero de 1867, hijo de don Cirilo Montes de Oca y doña Micaela Coello. Sus estudios primarios los llevó a cabo en dicha ciudad, demostrando siempre ser un alumno excepcional.

El 15 de octubre de 1881, durante el gobierno del Lic. Manuel Romero Ancona, fue creada la Escuela Normal de Profesores en la ciudad de Mérida, Yucatán, de acuerdo con el Decreto 107 de la Legislatura Constitucional del Estado de Yucatán estipulado en el Artículo Primero: “Establécese en esta capital una Escuela Normal de Profesores en la que recibirán instrucción profesional de enseñanza primaria todos los que aspiren al título de profesor en ese ramo. La escuela tendrá una beca de gracia con derecho a alimentación y enseñanza como alumno interno para un hijo de cada uno de los partidos políticos en que se haya dividido el Estado, que sea notoriamente pobre y tenga los requisitos que expresa el reglamento (1).” La Normal abriría sus puertas el 1 de enero de 1882.

Durante su educación inicial el joven José demostró un brillante desempeño en los cursos elementales, por lo que al finalizarla le fue otorgada la beca que el Gobierno del Estado concedía a jóvenes de escasos recursos. A raíz de este estímulo se trasladó a Mérida para ingresar a la Escuela Normal de Profesores del Estado, con lo cual inició una nueva etapa de su vida. El 15 de enero de 1882, dos semanas después de lo previsto, se incorporó al grupo de la primera generación de dicho centro educativo en compañía de otros 15 alumnos: Arturo Palmera, José I. Novelo, Juan López Peniche, Francisco Sosa Vega, Gualberto Vargas, Francisco Sauri, Ramón E. Magaña, Serapio Soberanis, Melquiades Catzín, Onecíforo Burgos, Pedro P. Echeverría, Manuel Gómez todos internos pensionados (2). El plantel formaba parte de las instalaciones del Instituto Literario.

Las autoridades gubernamentales asignaron como director a uno de los más grandes literatos de Yucatán, el Lic. Manuel Sales Cepeda, por ser un prestigiado profesor de Instituto Literario, a la edad de 28 años. Como prefecto y secretario fue designado otro grande de la educación, el pedagogo Rodolfo Menéndez de la Peña. El Prof. Sales Cepeda ejerció el cargo durante más de cuatro años, hasta el 31de agosto de 1886.

El programa de estudios de la escuela, con duración de cuatro años, abarcaba las asignaturas de aritmética práctica y razonada, gramática, retórica, caligrafía, declamación, moral, calistenia, higiene y pedagogía, con énfasis en el sistema objetivo, nociones generales sobre las ciencias y derecho público constitucional (3).

La Escuela Normal de Profesores era la única autorizada para llevar a cabo los exámenes profesionales de instrucción elemental y superior. En 1855, a la edad de18 años, el alumno José obtuvo el título de Profesor de Enseñanza Primaria Inferior y Superior. La Normal le otorgó cátedras de gramática castellana y dibujo geométrico, que fueron las asignaturas de su especialidad. De igual manera, por desenvolverse con rectitud y honestidad durante sus estudios, fue nombrado prefecto del plantel. En ese tiempo también impartió clases en una primaria nocturna.

Maestro y prefecto perteneciente a la primera generación de egresados, el profesor Montes de Oca impartió clases a las siguientes cinco generaciones de alumnos destacados, entre ellos Graciliano Ricalde Gamboa, David Vivas Romero, Manuel Alcalá Martín, Eduardo Urzaiz Rodríguez, Agustín Franco Villanueva, Conrado Menéndez Mena y Artemio Alpizar Ruz.

Al mismo tiempo que ejercía el magisterio estudió en el Instituto Literario y luego en la Facultad de Medicina de Yucatán. En diciembre de 1899, siendo interno del servicio de cirugía del Hospital O’Horán, presentó la tesis en opción al título de Doctor en Medicina y Cirugía, Talla hipogástrica, trabajo que dedicó a sus padres don Cirilo y doña Micaela, a los doctores Domingo Amábilis, Saturnino Guzmán y José Patrón Correa, al Profr. Manuel Sales Cepeda y demás maestros y amigos.

El futuro galeno aprobó con excelente calificación el examen que consistió en exponer la denominada operación de talla hipogástrica o cistotomía suprapúbica, “una operación que consiste en abrir la vejiga, atacándola a través de las partes blandas que constituyen el hipogastrio, con el objeto de extraer de ella los cálculos, cuerpos extraños, o bien de extirpar un neoplasma, o con el único fin de modificar su estado patológico (4).”

Al titularse como doctor se encontraba delicado de salud, por lo que tuvo que abandonar las cátedras en la Escuela Normal y su trabajo de médico. Dejó la ciudad de Mérida y retornó a Tekax, donde después de restablecerse por completo comenzó a dar consultas a pacientes de la comunidad.

Contrajo matrimonio el 5 de agosto de 1901 con la señorita Dolores Ramírez Cantillo, con quien tuvo nueve hijos: María Luisa, Cirilo José, Dora, José, Federico, Guillermina, Margarita, Guadalupe y Carmela.

En varias ocasiones fue designado Vocal de la H. Junta de Sanidad de la ciudad de Mérida. Desempeñó éste y otros cargos con honradez y patriotismo. En 1915, durante el gobierno del Gral. Salvador Alvarado, en plena etapa revolucionaria en Yucatán, fue nombrado comandante militar de la ciudad de Tekax. En aquel entonces estuvo a punto de perder la vida a causa de una injustificable calumnia de traidores políticos (5).

Cuando el doctor Álvaro Torre Díaz fue electo como Gobernador Constitucional del Estado en febrero de 1926 inició una nueva etapa en Yucatán. Anteriormente secretario del Gral. Alvarado, se esperaba que proveyera un mejoramiento al ramo de la educación, y así fue. Los maestros continuaron recibiendo sus salarios puntualmente y obtuvieron un aumento de sueldo; hubo mejoras materiales en las escuelas y se adquirió nuevo mobiliario y material didáctico. El nuevo gobernador designó como jefe del Departamento de Educación Pública al Prof. Ramón González Jiménez, sustituido en julio de ese mismo año por el Prof. Artemio Alpizar Ruz, quien canceló el sistema mixto en todas las escuelas primarias y Normales (6). Divididas éstas por género, la Escuela Normal de Profesores fue inaugurada en el local conocido como Sagrado Corazón de Jesús, en el predio núm. 485 de la calle 64, el 1 de mayo de 1926. Las actividades escolares iniciaron con un curso de adaptación impartido por los maestros fundadores José Montes de Oca Coello, Ramón Osorio y Osorio, Mario Negrón Pérez, Remigio Aguilar Sosa, Sixto Cetina Peniche, Amílcar Cetina Gutiérrez y Víctor Alcocer Alcocer (7).

Al iniciar los cursos en enero de 1927 la Normal cambió de local, instalándose en la Quinta San Pedro, Chuminópolis, como internado de alumnos becados. El lugar había sido reconstruido, adaptado y ambientado como escuela-granja por órdenes del Gral. Alvarado. El doctor y profesor José Montes de Oca Coello fue designado director del centro educativo, cargo que desempeñó hasta diciembre de 1935 cuando la H. Legislatura del Estado le otorgó la pensión vitalicia por su incansable labor magisterial.

Los cursos en la Quinta de San Pedro iniciaron con 20 alumnos becados y 16 no becados. El internado fue dotado de camas, sábanas y vajillas, entre otras cosas. Cerca de la normal se encontraba la Escuela Elemental de Niños José María Pino Suárez que sirvió como sede de las prácticas profesionales de los alumnos. Las Normales dejaron de depender de la Universidad y del Departamento de Educación Primaria, pasando a formar parte de la estructura gubernamental (8).

A los dos años de haberse fundado el internado de la Escuela Normal los alumnos y maestros de esa época comenzaron a festejar cada 20 de enero el onomástico del doctor José Montes de Oca. Al respecto, Jesús Vallejo Camargo, exalumno de la primera generación (1931), comenta lo siguiente: “Los programas fueron exquisitamente elaborados para el deleite de todos los asistentes, siendo que hasta ahora aun saboreamos en nuestras mentes las magníficas interpretaciones del compañero Helio Monforte Denis cuando cantaba y bailaba “El llorón”; las composiciones poéticas declamadas por su propio autor Manuel Díaz Massa; las puntadas chuscas de la época estudiantil presentadas por los compañeros Hernán Morales y Juan Reyes Zumárraga. Hernán Morales comenzaba sus actuaciones recitando la lista de asistencia de los alumnos internos y las vaciladas de Secundino Maldonado Villamil (9).”

Así transcurría el tiempo en la Normal de varones. Los alumnos, de diversas localidades, se las ingeniaban para darle vida a la escuela; eran poetas, músicos, declamadores, cuentistas… Organizados crearon y lograron varias metas, entre ellas la de editar la revista Normalia. De igual manera, impulsaron varias ramas del deporte y un trío de trovadores, también llamado Normalia. En compañía de Dr. José Montes de Oca y su familia organizaban excursiones a poblados y haciendas cercanas. El doctor gestionaba ante el gobernador el traslado en ferrocarril (10).

En febrero de 1930 tomó posesión el Profr. Bartolomé García Correa como Gobernador del Estado. El primer nombramiento que realizó fue el de jefe del Departamento de Educación Primaria, cargo conferido al Dr. Eduardo Urzaiz Rodríguez. Como secretario fue nombrado el Pofr. David Vivas Romero. Uno de los acuerdos tomados desde el inicio de dicha administración fue devolver a las escuelas el carácter de mixto del alumnado.

El 22 de abril de 1930 fueron de nuevo fusionadas las dos Normales, desapareciendo la de varones con su internado y trasladándose a edificio donde funcionaba la Escuela Normal para Señoritas, en la iglesia de Monjas. El recinto fue nombrado Escuela Normal Mixta Rodolfo Menéndez de la Peña, en honor al ilustre pedagogo cubano, siendo designado como director de tan importante proyecto el doctor José Montes de Oca. Poco después la Normal cedió el local a la nueva Secundaria Adolfo Cisneros Cámara y se trasladó a un edificio de la calle 62 entre 45 y 43 del centro de Mérida (11). Por su carácter enérgico y bondadoso al mismo tiempo fue muy querido y respetado por maestros y alumnos.

El doctor Montes de Oca apoyó a sus alumnos en cuestiones de salud y recreación. Como director contrató a un jugador especialista que entrenó a los alumnos para el campeonato interescolar de béisbol en el que participaron la Normal Mixta, el Instituto Literario, la Escuela de Bellas Artes y la Escuela de Medicina. Con el adecuado entrenamiento los alumnos de la Normal salieron invictos y obtuvieron la copa de plata (12).

Maestro de varias generaciones, en el tiempo que ejerció su carrera formó a numerosos alumnos normalistas, enseñando a los hijos de profesores que habían sido sus alumnos. Fue un ciudadano de conducta intachable, amigo leal y maestro afable. Con sus consejos sanos y acertados se ganó el respeto y la estimación de sus discípulos.

Al graduarse la segunda generación de profesores en 1932, y por iniciativa del profesor y doctor Helio Monforte Denis, se tomó la decisión de nombrar a las siguientes generaciones “Cursos Montes de Oca” como un reconocimiento a las enseñanzas del ameritado docente. Siete generaciones egresadas de 1931 a 1937 llevaron ese nombre y conformaron sus propias directivas para organizar los cumpleaños del admirado profesor.

En diciembre de 1937 el doctor José Montes de Oca Coello recibió su jubilación por parte del Gobierno del Estado, dejando el cargo de director que ejerció de manera ininterrumpida durante 12 años. El 29 de junio de 1953, a la edad de 86 años, falleció rodeado de sus hijos y familiares. Las celebraciones por su onomástico no se interrumpieron: a partir de 1954 los integrantes de los Cursos Montes de Oca organizaron cada año un homenaje en su memoria. Asimismo, como una demostración de gratitud hacia sus enseñanzas, su nombre le fue conferido a un jardín de niños de la colonia Morelos Oriente, en Mérida.

En el marco de la celebración del Día del Maestro, después de 30 años de haber fallecido, le fue otorgado el reconocimiento al Maestro 1983. Minutos antes de iniciar la ceremonia en su honor, el gobernador de Yucatán y el alcalde de Mérida concedieron a los habitantes de la Unidad Habitacional Cordemex la Plaza del Maestro, lugar donde desde entonces se entrega el mencionado reconocimiento. El programa solemne inició con los honores a la bandera y la entonación del Himno Yucateco. En su intervención el Prof. Elio Monforte leyó una semblanza del homenajeado. Por su parte el gobernador Graciliano Alpuche Pinzón develó la placa conmemorativa.

A continuación, se reproduce la letra del himno de los Cursos Montes de Oca que alguna vez interpretaron alumnos de siete generaciones:

Los Cursos Montes de Oca

marchan en pos de un ideal,

son el alma que se evoca

de nuestra Escuela Normal.

 

Canten todos la grandeza

de esta gran fraternidad,

que estudiando con firmeza

forjó su gran amistad.

 

Tienen en su fin

significación

porque tienden al cultivo

de la educación.

En sus filas hay

miembros de valer

que han sabido a la Patria

bien corresponder.

 

Este grupo es

símbolo de amor

porque siempre ha respondido

como educador.

 

Llama a la unidad,

canta a la amistad,

al conjuro de su lema

que es fraternidad. (13)

___________________________________________

(1) Rosado Bacelis, Nidia Esther. Introducción de la Enseñanza Normal en Yucatán, Ediciones del Gobierno del Estado, 1987, p. 20.

(2) Urzaiz Rodríguez, Eduardo. Manuel Sales Cepeda (Maestro y literato) 1854-1924, Colección Ilustres Maestros de Yucatán, SEGEY, UADY, Casa de la Historia de la Educación de Yucatán, 2012, p. 24.

(3) Bolio Ontiveros, Edmundo. “Historia de la educación pública y privada hasta 1910”, en “Enciclopedia Yucatanense tomo IV, Edición Oficial del Gobierno del Estado de Yucatán, 1977, p. 12.

(4) Montes de Oca Coello, José, Talla hipogástrica. Tesis de doctorado de Medicina y Cirugía, Facultad de Medicina, 1899, p. 7.

(5) Vallejo Camargo, José Jesús. Breve monografía de los Cursos Montes de Oca, Mérida, Yucatán, 1963, p. 8.

(6) Urzaiz Jiménez, Eduardo. “Historia de la educación pública y privada desde 1911”, en Enciclopedia Yucatanense, tomo IV, Edición Oficial del Gobierno del Estado de Yucatán, 1977, p. 233.

(7) Vallejo Camargo, José Jesús. Op. cit., p. 4.

(8) Urzaiz Rodríguez, Eduardo. Op. cit., p. 234.

(9) Vallejo Camargo, José Jesús. Op. cit., p. 23.

(10) Ibid., p. 37.

(11) Urzaiz Rodríguez, Eduardo. Op. cit., p. 233.

(12) Vallejo Camargo, José Jesús. Op. cit., p. 38.

(13) Letra y música del Prof. Ignacio Ancona Herrera.

MARION GUADALUPE GARRIDO MAY

Continuará la próxima semana…

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.