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Lipidosis Hepática Felina

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Mascotas

La lipidosis hepática felina, conocida también como enfermedad del hígado graso, es una afección metabólica grave y potencialmente mortal que afecta predominantemente a los gatos domésticos. Se caracteriza por la acumulación excesiva de lípidos en las células hepáticas, lo que conduce a una disfunción hepática significativa.

Causas de la Lipidosis Hepática Felina

La principal causa de la lipidosis hepática felina es la anorexia prolongada. Esto puede ser desencadenado por diversos factores como el estrés, cambios en el entorno, enfermedades concurrentes, trastornos gastrointestinales, o incluso la alimentación excesiva de dietas ricas en carbohidratos. La anorexia prolongada lleva a la movilización de las reservas de grasa del cuerpo que el hígado no puede procesar eficazmente, resultando en la acumulación de lípidos en las células hepáticas.

La lipidosis hepática felina puede manifestarse con una variedad de signos clínicos y síntomas que pueden variar en gravedad dependiendo de la etapa y la severidad de la enfermedad. Algunos de los signos clínicos y síntomas más comunes de la lipidosis hepática felina incluyen los siguientes:

  • Anorexia
  • Pérdida de Peso.
  • Deshidratación
  • Depresión
  • Aumento de la sensibilidad abdominal
  • Disminución en la producción de orina
  • Letargo
  • Ictericia
  • Diarrea
  • Ascitis
  • Debilidad muscular
  • Cambios en el pelaje
  • Aumento de la sed
  • Aumento de la frecuencia urinaria
  • Cambios en el comportamiento alimentario
  • Mal aliento
  • Heces pálidas o fecas claras
  • Hepatomegalia palpable
  • Cambios en el comportamiento vocal
  • Aumento de la sensibilidad cutánea
  • Coagulopatía
  • Vómitos

Para diagnosticar una Lipidosis Hepáticas en gatos, el veterinario examinará y te hará preguntas respecto a los signos clínicos y a los cambios que observes. Además del examen físico, se pueden realizar otras pruebas, como son:

Análisis de Sangre – Los análisis de sangre pueden revelar niveles elevados de enzimas hepáticas, como ALT (alanina aminotransferasa) y AST (aspartato aminotransferasa), así como cambios en los niveles de bilirrubina y albúmina, que son proteínas que dan indicios sobre alteraciones en el hígado.

Ecografía Abdominal – La ecografía abdominal puede mostrar un aumento en el tamaño del hígado y la presencia de grasa intrahepática, lo que apoyará el diagnóstico de lipidosis hepática.

Biopsia Hepática La confirmación definitiva del diagnóstico generalmente se realiza mediante una biopsia hepática, que revela la acumulación de lípidos en las células hepáticas.

El veterinario también podría proponer otros posibles diagnósticos debido a que los signos clínicos son muy parecidos. Así que no te asustes si te hablan de ellos, puesto que son parecidos en los síntomas y pueden proponerte descartarlos, algunos de estos posibles diagnósticos son:

Hepatitis Felina – La hepatitis es una inflamación del hígado que puede ser causada por infecciones virales, bacterianas, parasitarias o toxinas. Los síntomas pueden superponerse con los de la lipidosis hepática, pero pueden diferir en cuanto a la causa subyacente y el tratamiento requerido.

Enfermedad Hepática Inflamatoria Crónica – Esta condición se caracteriza por la inflamación crónica del hígado, que puede ser secundaria a diversas causas, como infecciones crónicas, enfermedades autoinmunes o trastornos metabólicos. Los síntomas pueden ser similares a los de la lipidosis hepática, pero el curso clínico y los hallazgos histopatológicos pueden ser diferentes.

Diabetes Mellitus – La diabetes felina es un trastorno metabólico caracterizado por niveles elevados de glucosa en sangre debido a la resistencia a la insulina o a una producción inadecuada de insulina. Los síntomas pueden superponerse con los de la lipidosis hepática, lo que requiere pruebas específicas para un diagnóstico más preciso.

Enfermedad Renal Crónica – La enfermedad renal crónica es común en gatos mayores y puede presentarse con síntomas inespecíficos como anorexia, letargo y pérdida de peso. La uremia asociada con esta enfermedad puede causar trastornos hepáticos secundarios que imitan la lipidosis hepática.

Neoplasias Hepáticas – Los tumores hepáticos, como el carcinoma hepatocelular o el hemangiosarcoma, pueden manifestarse con síntomas similares a los de la lipidosis hepática. Las pruebas de imagen y las biopsias son fundamentales para diferenciar entre ambas condiciones.

Enfermedades Gastrointestinales – Trastornos como la pancreatitis, la enfermedad inflamatoria intestinal o la obstrucción intestinal pueden causar síntomas similares a los de la lipidosis hepática. La evaluación clínica y las pruebas de laboratorio son esenciales para el diagnóstico diferencial.

Tratamiento y prevención

 El tratamiento de la lipidosis hepática felina es multidisciplinario y requiere un enfoque integral que Incluye:

  • Hospitalización – Los gatos con lipidosis hepática a menudo requieren hospitalización para una monitorización intensiva y tratamiento agresivo.
  • Soporte Nutricional – La alimentación enteral mediante sonda nasogástrica o gastrostomía es esencial para proporcionar nutrientes y energía mientras se restaura la función hepática.
  • Dieta Específica – Se recomienda una dieta alta en proteínas y calorías para ayudar a revertir la lipidosis hepática y prevenir la pérdida muscular.
  • Medicamentos – Se pueden administrar medicamentos para estimular el apetito, mejorar la función hepática y controlar los síntomas asociados, como la ictericia y la ascitis.

Pronóstico y Prevención

El pronóstico de la lipidosis hepática felina depende en gran medida de la prontitud del diagnóstico y el tratamiento. Con una intervención temprana y un manejo adecuado, muchos gatos pueden recuperarse por completo. Sin embargo, en casos graves o avanzados, el pronóstico puede ser reservado.

La prevención de la lipidosis hepática implica la identificación y el manejo precoz de factores de riesgo como la obesidad, el estrés y las enfermedades concurrentes. Además, es fundamental proporcionar una dieta equilibrada y adecuada a los gatos, así como mantener un ambiente tranquilo y estable para reducir el estrés.

La lipidosis hepática felina es una enfermedad grave que requiere un diagnóstico preciso, tratamiento rápido y manejo cuidadoso. Con un enfoque integral que aborde las causas subyacentes y los síntomas asociados, es posible mejorar el pronóstico y la calidad de vida de los gatos afectados.

Dra. Carmen Báez Ruiz

drabaez1@hotmail.es

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