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La Serpiente en las Culturas Antiguas y Tradiciones Occidentales

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La postura Estructuralista de la Antropología Social propone que “la mente de los humanos establece conjuntos clasificatorios que se convierten en símbolos, así mismo que las relaciones entre los signos y los símbolos del sistema tienen una función en la sociedad, por lo cual la cultura es un mensaje que puede ser decodificado por el grupo social. Sin embargo se recurre al Relativismo al afirmar que no todas las sociedades tienen las mismas representaciones simbólicas”.

Para desarrollar nuestro tema, haremos un comparativo entre las culturas y tradiciones occidentales y, específicamente, entre la maya, la china, la griega y la tradición judeo cristiana acerca del significado de la serpiente, con la finalidad de demostrar cómo el Estructuralismo es aplicable en un solo ejemplo simbólico: la serpiente, y cómo cada cultura y sociedad puede decodificar ese lenguaje simbólico, encontrando semejanzas e indicando diferencias.

Chichén Itzá es uno de los sitios del área maya que tiene más representaciones de serpientes emplumadas. Este símbolo aparece plasmado en los edificios mayas desde el Pre-clásico, tanto en las tierras bajas como en las tierras altas de la región geográfico- cultural que ocupó esta la civilización (Guida. 2013). Se ha ofrecido la hipótesis de que la representación en los edificios pudo ser que los sacerdotes utilizaron esta imaginería como metáfora de su poder (Guida. 2013). Así mismo, otros investigadores señalan que, para la cultura maya, la serpiente era la representación terrestre del sol, según nos explica el investigador José Díaz Bolio en su obra “La serpiente eje de culturas”,  texto en la cual nos diseccionan la relación entre la víbora de cascabel y la cosmogonía maya.

Entre los mayas antiguos y los actuales, pues, la cultura maya en su esencia aún persiste: se considera que el mundo tiene cuatro ángulos y a cada punto cardinal le corresponde un color y, junto a él, un dios de la lluvia (Chaac) y un Bacab, que son divinidades que sostienen el cielo  maya. En cada esquina del universo hay una ceiba y los mayas asignaron a cada una una serpiente de cascabel. Antes, en remotos tiempos mitológicos, los rombos del Tsáab Kaan ya habían enseñado a los mayas la forma cuadrada del mundo.  En el Diccionario de Motul (Mérida, 1929, página 72) se lee: “Ahau-tzab-can: hay cuatro diferentes de éstas y son: sac ahaucan, ek ahaucan, chac ahaucan, kan ahaucan”, según cita José Díaz Bolio en su obra. Así, en cada rincón o punto cardinal del mundo hay una víbora de cascabel guardiana cuyo color se asigna a la esquina, que también tiene un Bacab y hace poco también nos enteramos que un Canul – guerrero, vigilante, guardián. Los mayas llamamos Tsáab Kaan a la víbora de cascabel (tsáab es el crótalo). Los mayas actuales creen que su carne cura males, como el papiloma y el cáncer, que su aceite cura el reúma y los dolores musculares, y entre la actual etnia maya hay grandes curadores de mordeduras venenosas que sólo usan yerbas. Para presentar las ofrendas a las deidades del monte el sacerdote maya, el Ah meen, construye un altar cuadrado y acolchona la mesa rústica con hojas frescas, entre ellas las hojas del ja’abin que es considerado el árbol preferido por las serpientes de cascabel (elchilambalam.com).

Nos llama también la atención que en la milenaria China existan también representaciones de serpientes y que, en algunas ocasiones, deriven en dragones, tema para otro ensayo. En la cultura oriental, la serpiente era considerada como un animal sagrado, sabio, de aspecto positivo y portador de buena suerte. Aún hoy, en China es una entidad protectora. Un ejemplo metafórico de ello lo encontramos en la Gran Muralla, construida para proteger al pueblo con una forma larga y sinuosa sobre un terreno montañoso.

En Grecia, la serpiente era símbolo de sabiduría y salud. Uno de los referentes más antiguos es el dios griego Asclepio, que los romanos llamarían Esculapio, quien fue dios de la medicina siendo su atributo una serpiente enrollada en un bastón. El caduceo o vara de Mercurio es el símbolo principal de la alquimia, con sus dos serpientes enfrentadas como símbolo del equilibrio. Esta representación era utilizada como símbolo de la curación. Asclepio incluso tuvo en su poder la capacidad de resucitar a los muertos, razón de su propia muerte y ascensión a los cielos como la constelación Serpentario u Ofiuco, representada como un hombre rodeado por una serpiente, símbolo de la vida renovada. Hoy en día se observa que el símbolo de una farmacia sigue siendo una serpiente enroscada en una copa o en el caduceo de Mercurio; en el último caso suelen ser dos serpientes.

Fue con la llegada del cristianismo, sobre todo a partir de la Edad Media que fue cuando la iglesia estuvo en la cúspide de su poder, que dicho animal se consagró como el mal, la representación del pecado y el símbolo del demonio (Regodera).

La serpiente es culpable de todo el sufrimiento humano, culpable de tentar a Eva y Adán, culpable de que no vivamos en un paraíso eterno. Tal como narran las primeras páginas del Antiguo Testamento (Génesis, 3:14) después de la expulsión de la tierra sagrada, Dios condena a la serpiente a arrastrarse y andar sobre su pecho. Dios enemista desde ese momento a la mujer con la serpiente, prediciendo que la mujer pisaría la cabeza del animal. Esta última apreciación ha servido como teoría iconográfica de redención del pecado en la historia del arte. Numerosas pinturas testimonian este mensaje, sobre todo de la época barroca, donde María encarna la figura de la Inmaculada Concepción,  pisando la cabeza de una serpiente, o bien a Jesús infante quien la ayuda a dar muerte al reptil presionando con su pie (Regodera).

En Occidente, la serpiente tiene significados ambivalentes. Por un lado, sabiduría y poder curativo; por otro, tentación, diablo y pecado.

En la tradición herética encontramos a Lucifer originalmente como un dios pagano, convertido en el diablo dentro de la tradición cristiana. Lucifer entrega el conocimiento—el fruto del Árbol del Bien y el Mal—a la mujer (Eva) para liberar a la humanidad de la ignorancia. Por esto Lucifer es castigado y condenado, se rebeló y pagó el precio de su libre albedrio, Lucifer, como un dios dador de conocimiento, es asociado a la serpiente dadora de luz y de sabiduría. En conclusión, estos dioses-serpiente vendrían siendo dioses chamanes o hechiceros que entregan la llave (el conocimiento) al mago, al iniciado y al poeta para abrir las puertas de la percepción, esas mismas puertas que conducen a un cosmos infinito y maravilloso (Trujillo. 2012).

Acaso en esta última imagen podamos explicar el hecho tradicional y cargado de símbolos de que algunos niños le ofrezcan o dejen sobre el escritorio una manzana al maestro, como una petición de enseñanza, de que les trasmita el conocimiento.

Desde los inicios de la civilización, la Serpiente es ampliamente representada en relación con la tierra, el agua y los poderes fecundadores, es la fuerza creadora de vida, la energía Kundalini.

La medicina de serpiente es conocimiento, regeneración, paz, salud, eternidad. La Serpiente es maestra de todo lo femenino, detenta poder y sabiduría, y es la mejor instructora en todo lo relacionado con el agua, con lo fluido y con el cambio (Zamarra).

En conclusión, cada cultura, cada sociedad, cada época, asigna los símbolos a sus tradiciones y son los elementos que integran esa sociedad quienes entienden lo que esos símbolos, ese lenguaje, significa para ellos.

En el caso de la serpiente, podemos observar que es un símbolo que tiene que ver con la protección, la medicina y la salud. Un estudio a fondo revelará que está relacionado con el eterno retorno, la vida después de la muerte y la reencarnación.

Lo esencial es que la serpiente ha sido, para la mayoría de las culturas, un símbolo de conocimiento, protección y poder curativo.

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Juan José Caamal Canul

 

Bibliografía

Chilam balam, El.  Noticias desde el corazón de Yucatán. Recuperado de elchilambalam.com

Guida Navarro, Alexandre. Las Serpientes Emplumadas de Chichén Itzá: Imaginería y Distribución Espacial.   Unicamp. Recuperado de historiaehistorias.com.br.18 de junio de 2012.

Hilaria Maas Collí. El Hanal Pixán, encuentro amoroso entre vivos y muertos. Recuperado de www.mayas.uady.mx.

Regodera Sánchez, Patricia. La Serpiente de la veneración al pecado. piedradecarretera.blogspot.com.mx

Trujillo, Fernando. El simbolismo de la serpiente. 23 de febrero de 2012. Recuperado de  Imaginaciónalpoder.blogspot.com.

Zamarra, San Joaquín Pilar.  La serpiente, símbolo de sabiduría y salud. Recuperado de enbuenasmanos.com

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