La Sensualidad después de los sesenta

By on mayo 15, 2020

Acuse de Recibo

ALFONSO HIRAM GARCÍA ACOSTA

Que sirva la presente para agradecer y recordar al Dr. Regino Rodríguez Boti, nieto del poeta, artista visual, médico y patriota, Regino E. Boti. Amante de la poesía de su abuelo, con él pasé gratas tardes en Guantánamo, escuchando su trabajo y el de dos amigos que estaban poniendo música a la obra poética de Boti.

La foto que abre el acuse de recibo es del patio central de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, en Guantánamo, que preside Jorge Núñez, durante la jornada cultural de literatura y poesía dedicada a Regino Boti, en la cual participé en tres ocasiones en los años noventa del siglo anterior.

El último libro del Dr. Regino Rodríguez Boti se publicó en la semana del libro cubano y me lo hizo llegar posteriormente por vía electrónica. Le envío mis saludos, esperando que se haya editado el disco para aumentar la trayectoria de su abuelo Boti como cantilenista cubano, por la alta calidad de su poesía.

A continuación, el prólogo de Andrés Flores Colombino al libro: «La Sensualidad después de los sesenta».

«Este libro escrito por el Dr. Regino Rodríguez Boti debe leerse detenidamente, porque nada es desaprovechable. Pero también se puede leer de un tirón, cosa que me ocurrió, pues el entusiasmo de hacerlo no me permitió parar hasta el final. Es un libro de autoayuda dirigido fundamentalmente a quienes han pasado los 60 años, pero es un valioso manual de referencia para quienes trabajan con personas adultas mayores, sean médico/as o cuidadora/es, así como para quienes tengan la suerte y la dicha de contar con una persona mayor en su familia. Y ¿quién no la tiene? Así que para toda la población es recomendable este libro.

«¿De qué vale que les cuente sobre su contenido? Ustedes tienen el libro entre las manos y van a poder descubrirlo en todas sus facetas, algunas de las cuales van a impresionarlos más, a emocionarlos más, a interesarles más. Y si le comento sobre mi impresión, sería eso y nada más. Y nada menos, me podrían decir, ya que si el Dr. Rodríguez Boti me eligió para prologarlo es porque valora mi opinión. El libro se presenta solo, pero voy a intentar decirles brevemente algunas cosas que ocurren en la Gerontología y, por tanto, el contexto en que se presenta esta obra.

«La Geriatría es una rama de la medicina que se ocupa de las personas mayores de 60 años, pero también de quienes, con menor edad, presentan los llamados ‘factores de riesgo’ que los llevan a un envejecimiento anticipado o patológico. Es decir, la geriatría trata de prevenir el envejecimiento patológico, así como trata las enfermedades que aparecen con ese proceso. Proceso de envejecimiento que ocurre por el solo paso del tiempo, provocando cambios progresivos, lentos o rápidos, y que pueden ser invalidantes o no. El objeto de la geriatría no es solo curar, sino promover el envejecimiento sano. Porque la vejez no es una enfermedad, como se creía en el Imperio Romano. Es un destino de todos y de todas, gracias a los avances de la ciencia médica, pero también de la Gerontología, una ciencia más amplia que la geriatría y que abarca todas las dimensiones del ser humano en su envejecimiento biológico, psicológico y su entorno sociocultural, político y filosófico. Es un hecho antropológico nuevo el que tengamos tantas personas mayores en el esquema demográfico de nuestros países, para el que debemos proponer también soluciones nuevas, sin renunciar a las viejas que resultaron eficaces en toda época.

«Llegar a viejo es algo que suele sorprender a muchos, porque viven de espaldas a lo que les está ocurriendo y, un buen día, luego de la jubilación, o por la aparición de una enfermedad cualquiera, descubren que no son inmortales, que los ‘materiales’ están algo cansados y no son ya lozanos, y se asustan. Esto no debería ocurrir. Por eso, el Dr. Regino Rodríguez Boti nos dice cómo podemos hacer para sobrellevar naturalmente ciertos achaques, pero también para no caer en ellos.

«En ese contexto de atardecer, como titula su libro; otoño, como dicen otros; invierno como prefieren muchos para anunciar la primavera de una vejez feliz, es que el autor nos habla de la sexualidad, sus mitos en la juventud acentuados en la vejez. Pero hace un detallado recorrido por situaciones frecuentes que deben enfrentar las mujeres -hace un abordaje de género, como todo buen Master en Sexología – y los varones luego, en el ejercicio de su sexualidad. Es notable la cantidad de trabajos y referencias que cita sobre experiencias de otros autores, pero aporta el resultado de sus propias investigaciones sobre el tema, lo cual enriquece muchísimo su trabajo.

«Ciertos aspectos problemáticos como la masturbación, los cambios en la respuesta sexual, y todo un capítulo sobre la Homosexualidad, donde hace una historia evolutiva del problema de la orientación sexual en Cuba, dándonos la buena noticia de la superación de la homofobia desde arriba hacia abajo y desde abajo hacia arriba, nos pintan con trazos muy finos y comprensivos gran parte de las actitudes sexuales de los cubanos, sus valores y sus prácticas, en temas que han merecido poca atención hasta hace poco tiempo. Y los pone al día para todas las edades y no solo para las personas mayores, quienes han sufrido con más fuerza en su juventud las carencias de una adecuada educación sexual.

«El capítulo sobre educación sexual de las personas mayores es un manual o guía para realizar talleres en instituciones o grupos, con preguntas disparadoras y consignas para lograr un mejor aprovechamiento de la experiencia de adquisición, cambio o reafirmación de conocimientos, actitudes y comportamientos sexuales.

«Cada Capítulo termina con una serie de recomendaciones y ejercicios para alcanzar determinados objetivos muy claros. Una vez leído rápidamente, el libro debe ser releído detenidamente para que el lector o la lectora encuentren cuáles son sus necesidades más sentidas o recién descubiertas, que posiblemente no sentían antes de leer este valioso material.

Si hubiera dudas, un Glosario define las palabras que pudieran ser difíciles para algunas personas, y da la ocasión de ampliar un poco más la visión del asunto central: La calidad de vida de las personas mayores.

«La felicidad, dice Julián Marías, es la realización de los proyectos. De proyectos personales y colectivos que sean una justa ecuación entre las aspiraciones y las posibilidades de cada cual. No podemos pretender no envejecer. Pero podemos y debemos aspirar a una vejez feliz, la época de la última y definitiva instalación en la vida, por lo que ya no tenemos el derecho a equivocarnos. No con tanta falta de sentido común, como nos dice Rodríguez Boti. La serenidad, la paciencia, el optimismo, la esperanza, la alegría, la compasión, la sensatez, la generosidad, la humildad, el uso del tiempo útil, nos llevan a alcanzar la integridad, en el sentido de Erikson, la sabiduría en el sentido de lo trascendente, la experiencia de la vida que supera a la experiencia de las cosas, la salud de la persona que es mejor que la salud de cada órgano, la serenidad producto de la paz interior, del equilibrio y de la autonomía, pero siempre pendientes de una misión que seguirá cuando ya no estemos, y que dé sentido a nuestras vidas, tanto, que también nuestra muerte adquiera el mayor de los sentidos.

«¿Y la sexualidad? En los años dorados, ya no buscamos hazañas en que batimos récords, sino el refinamiento sexual en que alcanzamos la plenitud y la gloria compartida de un erotismo en que la reproducción ya no rige, según lo dicta la naturaleza, en que podemos amar tan intensamente como cuando jóvenes, con seriedad -o con menos seriedad como recomienda Rodríguez Boti-, Porque el amor es un afrodisíaco potentísimo, y sin él el erotismo está incompleto. El tiempo es un afrodisíaco, y las personas mayores disponen de él a raudales. La fantasía es afrodisíaca por excelencia, y no hay edad que limite el acto sexual de fantasear, ni frenos para practicarla.

«Este libro aumenta nuestro saber sexual. Hoy, el saber sexual es parte de la cultura y es un recurso insoslayable para todas las edades. Y como al autor de este libro le gustan las sentencias, recordemos lo que decía Stefan Sweig: «Son muchísimos los que aman. Poquísimos los que saben amar.»

«Terminamos con una auto-cita de nuestro libro «El arte de instalarse en la tercera edad» agotado hace años: Si durante la juventud y la adultez no llegamos a entender plenamente el misterio de la sexualidad, es en la adultez mayor que tenemos la oportunidad de descubrirlo. Y no se trata de esa descarga psicofísica maravillosa del orgasmo solamente, que no debe desecharse. Sino también del disfrute gratuito -es de las pocas cosas gratuitas que nos quedan- de estar juntos, de mirarse, tocarse, oírse, gustarse y olerse, descubriendo placeres únicos, recónditos y muy propios, para compartirlos, como todo placer sano.

«Felicitamos al Dr. Regino Rodríguez Boti por este trabajo lleno de sabiduría y le auguramos que tenga muchas ediciones que le permitan escribirlo desde su propia vejez, ya que ahora es un “viejólogo” que combate el “viejismo”. Y con qué fuerza. Es un inmerecido honor para mí analizar su obra. Pero lo he disfrutado. Tal como ofrecí en el patio de su hogar, con música de guitarra, la poesía de su abuelo y un Habana Club para calentar el alma.» 

Viajen mis recuerdos y agradecimiento a las personas que me relacionaron con el Dr. Regino Rodríguez Boti, destacado psiquiatra del Hospital de Tercer Nivel “Agostino Neto” de Guantánamo, donde se me ha atendido en tres ocasiones con alta eficiencia y me salvaron de una cirugía de manos; mi agradecimiento a la Dra. Bárbara Elías-Calles Fernández que, junto con Flora González Renda, de la Asociación Nacional de Tríos y del Centro de la Música, me han brindado cobijo familiar en sus hogares; a Carlos Hernández (+), Director Provincial de Cultura; Francisco Speck, Director del Centro de la Música y de la Asociación de Compositores; al escritor Andrés Flores Colombino, quien ha prologado algunos de los libros de Regino; a la Dra. en Derecho Florentina Boti (+) a quién dediqué mi poema “Guantánomo es…”, madre del autor del libro; a Jorge Núñez, escritor y Director de los noticiosos de “Sol Visión”, la televisora del oriente cubano y Director de la UNEAC de Guantánamo; y, en especial, al Dr. Emigdio León, con quién trabajé para hermanar el Estado de Yucatán con la Provincia de Guantánamo cuando era el Presidente del Poder Popular y, posteriormente, Ministro de Salud de Cuba. Para todos ellos el cordial saludo de su hermano mexicano, que siente la Patria de Martí como propia.

Hasta la semana entrante. Abur.

Regino Rodríguez Boti es Médico Psiquiatra, Geriatra-Gerontólogo. Sexólogo Clínico. Educador Sexual. Presidente de la FLASSES (Federación Latinoamericana de Sociedades de Sexología y Educación Sexual) Miembro del Advisory Committee de la Asociación Mundial de Sexología (WAS); Ex Secretario General de la Federación Latinoamericana de Sociedades de Gerontología y Geriatría. Presidente de la Comisión Fiscal de la Asociación Latinoamericana de Psicogeriatría.

Terraza y jardín en el hogar de los Boti, donde la descarga bohemia sobre el próximo disco de la obra poética del abuelo de “Piti” siempre era acompañada de un buen ron y aceitunas. Fotos: Archivo AHGA.

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