La Paremiología, Un Estudio del Refrán – XIV

By on mayo 20, 2022

No hay refrán perdido

 

Gracias, amigos. Es un placer tenerlos de vuelta. Espero que disfruten esta entrega.

Saludos a todos.

ADRIANA RALÓN

BREVE CLASIFICACIÓN DE LOS REFRANES MEXICANOS

Un tipo textual es un producto cultural complejo. Las últimas dos décadas de investigación lingüística en torno al texto nos ha ido convenciendo de que la textualidad es un fenómeno complejo. Un texto es un sistema de significación en el que, según su grado de complejidad, confluyen los distintos rasgos textuales.

El refrán es un tipo textual que incorpora subtipos de la más variada índole: unos arraigados en el contexto, otros fincados en la abstracción de las categorías lingüísticas, etc. Hacer, por tanto, una clasificación de él con base en un sólo rasgo textual –las características formales, por ejemplo– equivale a dejar de lado aspectos importantes que determinan la configuración de subclases textuales.

La clasificación que se ofrece tiene propósitos metodológicos: mostrar que, a partir del concepto de rasgos textuales, se puede describir adecuadamente el refranero mexicano y, de pasada, someter cada subtipo a una crítica de la forma, a partir de su vinculación tanto con el entorno como con las categorías del tipo textual.

A continuación, grosso modo, la clasificación hecha por Herón Pérez en su estudio paremiológico en los refranes mexicanos:

  Refranes absolutos – La circunstancia recae en la prótasis. En la apódosis está la sentencia: El que a un buen árbol se arrima, buena sombra le cobija.

  Refranes nominales – Categoría estructural: Sustantivo-calificativo-predicado/entradas de la prótasis: a) artículo-que (quien), b) sustantivo-que, c) artículo-sustantivo-que, d) sustantivo-adjetivo, e) sustantivo-frase proposicional: Quien ha bebido en posillo, no vuelve a beber en taza.

  Refranes exclamativos – ¡Ay chihuahua, cuánto apache y cuanto indio con huarache!

  Refranes imperativos – Sóplale a la lumbre, hermano, ya verás que cenicero.

  Refranes parenéticos – Adoptan la forma de una interpelación: Cuando veas arañas en el suelo, habrá nubes en el cielo

   Refranes circunstanciales – Suelen empezar por la mención de alguna circunstancia: Con tarugos ni a bañarse, porque hasta el jabón se pierde.

   Refranes condicionales – Consta de prótasis y apódosis. En la primera se encuentra la condición, en la segunda lo condicionado: Si te hacen tu carbonato, hazle su chocolatito.

Por ser el refrán un hecho de lengua, se puede afirmar que no sólo llegó con la lengua, sino que el acervo que conforma al refranero mexicano tiene al refranero español como manantial principal: de él nació, en su seno se fue gestando, y de él bebe incesantemente. Al asumir esta estrecha relación entre el refranero español y el mexicano, asumimos el fácil y continuo salto de refranes españoles a los refraneros hispánicos como el refranero mexicano y viceversa.

 

Referencias

Herón, Pérez Martínez, op. Cit., “Hacia una paremiología.

Herón, Pérez, “La fortuna del refranero.

Ilustraciones Archivo AHGA.

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