La jirafa, el animal más alto del mundo

By on diciembre 30, 2021

La jirafa es el animal más alto del mundo. Su nombre en latín (Giraffa camelopardalis) proviene de los romanos, que la consideraban una mezcla de camello y leopardo. El largo y característico cuello que posee sitúa a estos mamíferos herbívoros africanos como el animal más alto de todo el planeta.  La jirafa habita exclusivamente en África, en las zonas de sabana, pastizales y bosques abiertos. Su área de distribución es bastante dispersa, desde el Chad hasta Sudáfrica, y desde Níger hasta Somalia.

Su largo cuello puede medir hasta dos metros y le sirve para obtener sin dificultad alimentos de los árboles. Sus enormes vértebras miden unos 28 centímetros cada una. Las jirafas tienen exactamente las mismas vértebras cervicales que nosotros, 7 vértebras cervicales, pero las suyas son mucho más grandes y alargadas que las de los humanos, de ahí que tengan el cuello tan largo. Tienen un enorme corazón el cual pesa alrededor de 10 Kg.

Las piernas de una jirafa son más altas que muchos seres humanos, miden 2 metros aproximadamente, les permiten alcanzar velocidades de hasta 50 km/h en distancias cortas y caminar durante largas distancias a una velocidad de 15 km/h. Estos fascinantes animales vagan por las praderas abiertas en pequeños grupos de aproximadamente media docena. Pueden llegar a medir entre cinco y seis metros de alto, al nacer puede llegar a 1.8 m. Los machos alcanzan los  mil 600 kilos, mientras que las hembras rondan los 800.

Son animales herbívoros y rumiantes. Su dieta fundamental son las hojas de acacia, su plato favorito, y uno de los árboles que alcanza más altura.

Viven aproximadamente entre veinte y veinticinco años, suelen ser animales muy apacibles, y toleran muy bien el contacto humano.

Los aspectos más llamativos de las jirafas son sus manchas oscuras, negras o marrones y dentadas o redondeadas, que contrastan con su pelaje amarillento.

Hasta hace muy poco tiempo, el consenso científico defendía que tan solo existía una especie de jirafa de la que procedían varias subespecies. Sin embargo, en 2016 algunos científicos publicaron un estudio que afirma que las diferencias genéticas entre las poblaciones de jirafas indican la existencia de cuatro especies distintas. Cada una se distingue en gran medida por el diseño, tamaño y color de sus manchas y pelaje. Las diferencias más notables se aprecian entre la jirafa reticulada y la jirafa tippelskirchi. Mientras que la primera tiene manchas redondeadas, las de la segunda son dentadas.

Como las manchas o rayas de otros animales (cebras, tigres, etc.), estas son únicas en cada individuo. Son como las huellas dactilares del ser humano.

Igualmente, posee dos graciosos cuernos de pequeño tamaño que descansan sobre su cabeza.

Una de sus características es la coloración de su lengua, que va desde el morado al negro, esto se debe a que sus tejidos tienen un alto contenido en melanina. La jirafa saca la lengua continuamente para comer y durante mucho tiempo para esquivar las espinas de las ramas de las acacias, este color de su lengua le protege de los rayos del sol. Duermen alrededor de 2 horas al día, en periodos de unos 5 minutos, lo hacen de pie para evitar a los depredadores.

Las jirafas deben de abrir mucho sus patas delanteras para beber agua, esto tiene una explicación fisiológica muy sencilla: al agacharse la cabeza y el corazón queda más o menos a la misma altura y así evitan posibles mareos.

Alcanzan la madurez sexual a los seis años. Al llegar la época de reproducción, las jirafas macho comprueban si las hembras están en celo con un método infalible: probando su orina. Si la prueba da positivo, el macho montará a su pareja, si no, procederá a catar la orina de otra hembra. Y es que degustación y cópula van de la mano en el mundo de estos ungulados africanos.

Los machos dominantes son los que tienen mayor éxito reproductivo, un rango que se consigue mediante el «necking», un comportamiento propio de las jirafas. Se trata de una competición entre dos machos que usan su cuello como arma el uno contra el otro, golpeándose de forma repetida hasta que uno de ellos se yergue como vencedor y, por tanto, como macho dominante.

El periodo de gestación de estos animales es de más de un año, solamente dan a luz a un ejemplar por parto que en poco tiempo ya es capaz de levantarse y caminar.

Las jirafas hembras mantienen relaciones a largo plazo con otras hembras y su propia descendencia. Se forman vínculos estrechos entre las hembras y sus crías, que a veces son atendidas por otras hembras en una especie de guardería; muestran angustia cuando muere una cría del grupo, incluso si no es la suya. Sin embargo, las jirafas macho solo se asocian de manera consistente con sus madres.

Es un animal muy perseguido por depredadores como los tigres, los leones o los cocodrilos.

La jirafa ha sido cazada y perseguida a lo largo de la historia. De él se extraía carne, piel y otras partes de su cuerpo que se utilizaban para elaborar ciertos productos como collares, carteras, zapatos o adornos.

El estado actual de la jirafa está catalogado como vulnerable por la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN). La deforestación, con la consiguiente reducción de su hábitat natural, al igual que la caza, son las principales amenazas a las que se enfrentan. Sigue siendo objeto de caza y persecución. Las subespecies de Giraffa camelopardalis rothschildi y la Giraffa camelopardalis peralta se encuentran en grave peligro de extinción, con muy pocos ejemplares en estado salvaje.

Dra. Carmen Báez Ruiz

drabaez1@hotmail.es

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