Editorial
Damos inicio en esta semana al mes postrero de este 2023.
Diciembre se asoma en nuestros horizontes de vida, motivándonos remembranzas de los once meses concluidos, y reflexiones sobre cuál ha de ser nuestro plan de ruta para el 2024, en cuyo recorrido cotidiano conviviremos como personas, familias, sociedad.
Mes de reflexión que nos permite abrir la puerta a convivencias sociales, a los reagrupamientos internos entre nuestras familias y amistades con las que hemos compartido vivencias, momentos amables, como también tiempos y períodos alternados de angustias económicas y escaseces, dolorosas pérdidas familiares, y múltiples otras experiencias durante este año que culmina.
Diciembre es, de por sí, una etapa de reflexión individual y familiar.
Reunirnos, compartir el pan y la sal, despedir el año en familia, en nuestras casas, en los hogares, al calor de los afectos, es característico en este mes postrero de 2023.
Dentro de las posibilidades económicas, si hubiera pavos navideños, serán aderezados en la preparación para su esperada ingesta anual.
Recordemos que son tiempos de fortalecer nuestra esperanza en un mejor año venidero. Y eso será una premisa en nuestro pensamiento social, colectivo.
Un año culmina.
Ha sido un período en el que hemos aprendido y fortalecido nuestras voluntades para continuar unidos: como familias, sociedad, país y patria común.
Reflexionemos en ello. ¡Bien vale la pena!
