Fotografía – Desde Nicaragua
Yasser Irán Blanco Blanco, nacido en Managua, Nicaragua, en 1988, es un crítico del comportamiento irracional. Escritor y músico aficionado, también es un artista emergente impulsado por el rescate de nuestras raíces y la identidad cultural que poco a poco es desplazada por el modernismo.
Plasma, desde su lente fotográfico, espacios y momentos de su travesía artística, momentos que dejan en la mente una sensación de pertenencia y de disfrute de momentos icónicos para cualquiera. Retado por la dificultad de estar en cierta situación para sacar la foto, pensando que las personas se incomodan al quedar retratadas, logra grandes resultados.
Dedicarse a capturar momentos desde la fotografía en este mundo moderno que poco a poco se va apoderando de espacios y lugares especiales en la historia de Nicaragua, es un reto para quien se concibe como alguien que busca con la fotografía plasmar un momento emotivo o nostálgico, algo que se ha dejado un poco en el olvido por el modernismo y superficialidad de las emociones.
“En la fotografía ‘Poesía de un rostro humilde’ pude captar, desde el momento que mis ojos se fijaron en esa sencilla señora sentada en su negocio, que era la representación del pasado, de todas esas tradiciones que se han ido olvidando. No pude dejar pasar ese momento en que sentí la historia admirable de una vida de trabajo personificada en el rostro de la señora.”
Compartimos con este artista nicaragüense de la fotografía urbana que esta entrega es para el Diario del Sureste de México.
Como amante de la historia de Nicaragua, siempre tuve especial atención a la revolución sandinista, informándome por todos los medios de los diferentes puntos de vista del acontecimiento. Uno de ellos, muy valioso porque retrata para la eternidad la lucha, es el trabajo fotográfico de Pedro Valtierra, enviado desde México a sus cortos 23 años a cubrir el conflicto en mi país. Sus fotografías son simplemente el relato puro y vívido del sufrimiento de la guerra, nos dijo.
Le preguntamos a continuación nos definiera su fotografía. «Me inclino siempre por la fotografía urbana en formato blanco y negro,» contestó.
Abundando, nos confesó: «Al inicio, el mayor reto que tuve fue desligarme del temor al rechazo, ya que hay personas que pueden ofenderse rápido por una fotografía tomada sin su consentimiento, aunque sea meramente con fines artísticos. Sin embargo, he trabajado mucho en ello y ahora lo hago con mayor seguridad.»
¿Qué opina de la frase “Una foto vale más que mil palabras”?
«Es una frase tan verdadera: una fotografía describe sin necesidad de las palabras el sentir en la imagen plasmada. Una fotografía tiene el poder de ser interpretada de distintas maneras, de acuerdo al sentir del espectador. Por eso tiene esa versatilidad de transmitir distintos sentimientos.»
Mi propósito con la fotografía es brindar al espectador ese sentimiento nostálgico de volver a conectar o recordar que existe historia en las cosas, en las personas, en los pueblos, en los parques, y en cada rincón que puede describir nuestras raíces, para no ser olvidadas.
¿Qué relación tiene la naturaleza con su trabajo?
La naturaleza es un factor determinante en el trabajo de fotografía; da siempre el toque sutil que debe acompañar al objeto principal de la captura. Sin la naturaleza, la fotografía se vuelve fría.
¿Cuál es su visión a futuro?
Siempre mejorar mi técnica de fotografías y, sobre todo, seguir teniendo la oportunidad de estar en el momento correcto para fijar mi lente y retratar para siempre rostros, lugares, que recuerden que somos del pasado y le debemos mucho.
La mayor satisfacción que me da mi trabajo es conectar al menos unos segundos al espectador con la historia de la fotografía, saber que ese preciso momento, frente a frente, el espectador se transporta con lo que sus ojos ven y puedan sentir. Hay sentimientos que se olvidan.
Interrogado sobre su legado a través de su trabajo visual, comentó: «Aún soy un fotógrafo emergente y sé cuánto camino me falta para pulir mi trabajo y ser mejor en lo que hago. Sin embargo, con la dedicación, inspiración y la entrega, espero ser un ejemplo para futuras generaciones de fotógrafos que refugian su sentir en la captura del lente.»
Un mensaje a los jóvenes amantes de esta profesión
Solo sientan el momento, hagan la fotografía con sentimiento, creen una historia en su mente y capturen la imagen llena de esa historia. No es necesario apresurarse o desesperarse por tomar una fotografía, si hoy no se pudo, mañana se podrá. Todo es la constante y nunca dejar morir la inspiración y los sentimientos con que se hace este trabajo.
RAFAEL QUINTANA
