Un Sistema Herido de Muerte

By on junio 8, 2017

Editorial

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Un Sistema Herido de Muerte

Como expresamos a nuestros lectores en este mismo sitio en nuestra edición anterior, las elecciones en el Estado de México y otras entidades de la República han mostrado la debilidad extrema de un partido político que desde 1929 ha venido trazando directrices a los gobiernos federales, estatales y municipales.

Si se pensó en 1929 que por medio de un partido único se daría inicio a un equilibrado sistema con ellos en México, con lo que podrían resolverse los problemas nacionales y lograr la evolución económica con justicia social, a estas alturas, presos de un estado fallido, observamos que tal visión es errónea, como muestra la cruda realidad nacional.

De las ideas a las realidades hay mucho camino por recorrer. En éste, los intereses de las camarillas, primero políticas originadas en las fracciones revolucionarias, y ahora complicadamente constituidas por mafias de intereses nacionales y extranjeros, no escatiman alianzas delincuenciales, ni siquiera asesinatos políticos para lograr su consolidación y permanencia, en busca de una continua acumulación de riquezas y acopio de bienes con su poder omnímodo y pernicioso.

En estos momentos, tal sistema tendrá que reconocer y aceptar su caducidad, ante el rechazo creciente de una población hastiada de latrocinios, corrupción, impunidad y enriquecimiento ilícito que llegan a un nivel insultante, en tanto la marginación, la pobreza, la falta de oportunidades y la explotación, son el pan de todos los días de la gran mayoría de millones de mexicanos, que ya van dejando su actuar tolerante y pasivo para rechazar abiertamente a tal sistema, contaminado por los abusos y ofensivas riquezas, visibles frutos de la corrupción galopante que nos rodea.

El poder del voto que encumbró ídolos falsos, opera hoy en un sentido de justiciera reacción general de rechazo que pone en evidencia las rebuscadas formas para oscurecer la pérdida de espacios y votos.

Victorias pírricas, fruto de elaboradas y costosas campañas, e incluso complicidades aparentes de autoridades electorales, sostienen “triunfos” con diferencias porcentuales mínimas, obtenidas a elevados costos y con trabajo conjunto de cuanta “ayuda” pudo obtenerse de todas las entidades federativas que, al grito de “help”, llegaron a dar soporte a la nave mexiquense que estaba en situación de naufragio ante una tormenta de votos.

Quedarán a la vista los manejos para inflar votaciones, las manos manipuladoras de cifras y porcentajes, los datos maquillados y las explicaciones justificativas de una “victoria” menesterosa, y resultados que no convencen.

El anciano sistema político ha caído presa de sus enfermedades acumuladas.

Es cierto, cuenta con riquezas y alianzas imponderables, intentará vender la imagen de que va a curarse, sanar y cambiar su carácter para servir a todos en medio de una sociedad observadora y crítica que ahora exige, no pide.

El cuerpo anquilosado de un sistema corrupto viaja por el camino que conduce al cementerio de la historia.

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