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Soledades
XLI
A Fausto Castillo
1
EN ti se mueve este fervor y elevo
la verdadera soledad del nido.
Amor de amar: morir por lo vivido.
Sólo por ti, sólo por ti me atrevo.
Nacer y renacer: volver de nuevo
a esta llama de amor estremecido.
Quemarse en ella y despertar dormido
soñando en vida lo que en muerte llevo.
Lléname, soledad; mi angustia calma
hasta caer en ti todas las horas.
¡La verdadera soledad: el alma!
Mírame descender –nadie lo advierte–,
mírame descender por las sonoras
soledades del fuego y de la muerte,
2
EXPRIMO mi dolor para quererte,
oh, soledad, con íntima entereza,
y oigo crecer del alma la tristeza
más allá del deseo de obtenerte.
Sólo por detenerme y detenerte
estoy crucificado en mi corteza,
encima de la sangre, donde empieza.
¡La verdadera soledad: la muerte!
Vienes a mí como una lluvia fina,
mortal y silenciosa en la mirada
de Dios amanecido en la retina.
Y entras en mí con luminoso empeño
por cristales de sombra acuchillada.
¡La verdadera soledad: el sueño!
3
EN mí pones pasión, la silenciosa,
la que nadie conoce ni adivina
sino sólo ese árbol que camina
y aquella flor donde el color reposa.
Danza la voz del pájaro armoniosa,
ríe el agua cristal por cristalina
y el paisaje en la fruta se examina.
¡La verdadera soledad: la rosa!
Mi amor está por siempre convencido
de que no es otra la pasión del sueño
hasta el misterio del clavel herido.
Y así vivo con dulce desencanto
por mi muerte sangrándome en el leño
de Cristo solo en soledad y llanto.
4
PORQUE estoy solo con mi voz en esta
madurez de la fruta conmovida,
busco en ti, ruboroso, la escondida
música del color en cada orquesta.
Si estoy contigo es por estar de fiesta
mortalmente en meollo de la vida;
y estar en ti por esta voz perdida
abre un sitio en mi entraña su respuesta.
Estoy en ti maduro y me rehúyes
más allá del coloquio de las losas,
donde se alza mi sangre a la que afluyes.
¡Y nada más! Un vértigo divino
estremece la rama, y por las rosas
se adivina tu rostro en el camino.
Clemente López Trujillo
México, D.F. 1946.
Continuará la próxima semana…
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