“Que Dios nos saque de penas y nos lleve a descansar” en el Teatro del IMSS Mérida
En los días postreros de este septiembre 2016 tuvimos el agrado de acudir a la presentación, gracias a una cordial invitación del director teatral Juan de la Rosa, autor de la obra “Que Dios nos saque de penas y nos lleve a descansar” que desde el nombre nos ofrece una localista remembranza de la costumbre aún vigente en nuestra sociedad local, cuando se asiste al domicilio de algún reciente finado para celebrar novenarios “por el eterno descanso de su alma.”
Los yucatecos no olvidamos, o no queremos hacerlo, a las personas fallecidas que se van al más allá con nuestros recuerdos y afectos. En ese contexto, el autor crea un espacio de convivencia en el más allá – en la obra es el mausoleo de la Familia Gilyolla – en el cual vagan las almas de los ahí depositados, entre los cuales se da una serie de diálogos simpáticos, divertidos, como también de reflexión y opiniones sobre hechos y situaciones ocurridos en la vida terrena de los allí depositados para su eterno descanso. Algo así como un mundo paralelo de los espíritus.
AURELIO, el abuelo y más antiguo residente, platica y cambia opiniones con DALILA, abuela compasiva y compresiva, de situaciones vividas y personas tratadas. MIRIAM, jovencita de vida agitada que rompió moldes sociales en sus tiempos y falleció en un accidente automovilístico, y JESÚS, joven cadete militar fallecido el día de su boda, rememoran vidas y tiempos, debaten posiciones, viven cada uno en diversa medida el olvido de los suyos, charlan sobre sus vidas terrenas.
Después de suculentos diálogos, algo llama su atención: perciben que un alma nueva ha llegado de visita a su mundo. Y así es: DORIS, mujer entrada en años, fallecida cuarenta años después de su entonces novio, llega a unirse a los usuarios del mausoleo. A partir de ahí, surge el punto crítico con el reencuentro de aquellos antiguos novios frustrados, lo que provoca reacciones de frescas risas en un público que, por los treinta minutos que duró la presentación, se mostró interesado en la trama y las actuaciones, mismas que premió con entusiastas aplausos.
Muy bien marcadas las actuaciones de Eric Santoyo, Dalila Casanova, Mary Llamá, Aurora Quintal y Jorge Escobedo. Se percibe ensayo suficiente y experiencia escénica. La escenografía cumple con sencillez la función definitoria de un mausoleo de cementerio antiguo; el vestuario es adecuado y el maquillaje, a juicio de este comentarista, pudo ser algo diferente, para variar la imagen del desfile de ánimas en Hanal Pixan.
Este grupo amerita también una mención laudatoria en virtud de que, fuera de poses triunfalistas, se esfuerza por enaltecer valores y costumbres nuestras de mucho tiempo atrás, además de mantener presencia constante en municipios del interior del Estado donde estas manifestaciones se hacen necesarias.
Aplausos largos y sinceros tributó el público presente a la puesta en escena calificando el trabajo de los actores.
Antes del inicio del espectáculo teatral, se hizo entrega de un reconocimiento de la Secretaría de la Cultura y las Artes al Mtro. Juan de la Rosa por sus 35 años ininterrumpidos de presencia cultural en el medio yucateco.
Salvador Aliu