Phil Collins en Monterrey

Música

La mega estrella británica no se ha muerto

Si bien a Phil Collins ya lo conocía por su rol en Genesis (baterista, cantante, percusionista y cualquier otro que pudiera desempeñar), fue mi hermano el Rulis quien dirigió mi atención hacia su primer disco como solista –Face Value– en uno de aquellos sábados preparatorianos en que recorríamos el Centro de la ciudad en busca de novedades musicales para agregar a nuestras respectivas colecciones discográficas.

“¿Ya viste?” me dijo, mientras me entregaba ese disco de portada gris, con la cara de Phil en la portada, y una foto de su nuca en la contraportada. Rápidamente pasé la vista por la lista de canciones y reconocí una de Genesis: Behind The Lines, del disco Duke. Todo lo demás me resultaba desconocido.

Inicialmente pensé que con este trabajo Phil estaba ya dejando la banda –como marco de referencia, hay que indicar que en esos días únicamente teníamos noticias sobre música a través de revistas como Conecte (mi favorita a partir del día que la conocí) y Sonido– y me asusté: ¿Phil dejaría Genesis? Oh, my god! Así que mi inicial reacción de asombro pronto se transformó en rechazo.

Afortunadamente para esta historia, y para mí, el Rulis decidió adquirir el disco; entenderán ustedes que yo no iba a contribuir con mi dinero a deshacer una banda que me ha encantado desde hace muchas décadas, y en mi mente a eso equivaldría que yo lo adquiriera.

Finalmente, me convenció de escuchar el disco. Un poquitín con renuencia, me encontré al finalizar la primera de muchas oídas con uno de los mejores discos que he escuchado en mi vida. La conjunción de la alegría de los metales (trompetas, saxofón, trombón) en muchas canciones se mezcla perfectamente con la singular sobriedad y tristeza del piano en otras, acompañadas con letras llenas de sentimiento, e hicieron que Face Value se convirtiera en mi disco favorito de Phil Collins. (¡Gracias, Rulis!)

Pues bien, después de leer sus memorias –las cuales reseñé en este enlace–, estuve muy pendiente de sus presentaciones, y mi paciencia fue recompensada: Phil se presentaría en México, en Monterrey, Guadalajara y la Ciudad de México, en marzo.

Acompañado con la mejor parte de mi relación de pareja –mis hijos y mis albañiles cuates simplemente no se animaron– el pasado 6 de marzo pude finalmente asistir al concierto de uno más de los miembros originales de la seminal banda Genesis. Unos días antes, para mi desgracia, Steve Hackett se había presentado en la CDMX, ¡y no pude ir a verlo!

Chrissie Hynde y The Pretenders calentaron el ambiente. Hice una nota mental después de su actuación de una hora: “debo escuchar a The Pretenders”, porque me gustó lo que escuché. Cosa rara: los regiomontanos llenaron el local de cabo a rabo, y con bastante tiempo de anticipación a la presentación del estelar.

Pero habíamos ido a ver al “Xfil Colís”, como lo bautizaron los integrantes de una de mis otras familias: los Quintal Avilés, y poco antes de las 10 de la noche vimos salir de entre las cortinas a un señor calvito vestido de negro, o sea, con vestimenta de color negro. Hago la aclaración porque uno de mis albañiles amigos se ofende cuando se usan esas palabras de color.

Usando un bastón metálico para desplazarse, don Phil Collins nos saludó con la mano y caminó con parsimonia hacia su silla en el centro del escenario, se sentó, y durante las siguientes dos horas nos tomó de la mano para recorrer con él su carrera musical, tanto como solista como con su banda, sí, Genesis, algo que muchos le agradecimos con lágrimas en los ojos.

No miento: para mí fue muy emotivo el concierto. Primeramente, porque ante mí tenía a un gran intérprete, a uno de mis ídolos musicales, y uno de mis sueños se estaba cumpliendo ante mis ojos. Pero, al mismo tiempo, me acompañó el dolor y la pena de ver a un maravilloso artista al que su cuerpo ya no le responde como quisiera, que se estaba entregando con lo que le queda, acompañado de un gran baterista en ciernes –su hijo Nicholas– y reconocer su mortalidad y la certeza de que Cronos no perdona a nadie.

Como fuera, Phil Collins forma parte de mis dioses musicales y he empeñado mi palabra en que, si alguna vez se reuniera con Mike Rutherford y Tony Banks –la apoteosis sería que los acompañara Steve Hackett o Peter Gabriel– no me importaría trasponer numerosas fronteras y continentes con tal de verlos actuar juntos.

Amén.

S. Alvarado D.

sergio.alvarado.diaz@hotmail.com

Lista de Canciones Interpretadas

Phil Collins – 6 de marzo de 2018, Monterrey, N.L.

Against All Odds

Another Day In Paradise

Missed Again

Hang In Long Enough

Throwing It All Away

Follow You Follow Me

Who Said I Would

Separate Lives

Something Happened On The Way To Heaven

In The Air Tonight

You Can´t Hurry Love

Dance Into The Light

Invisible Touch

Easy Lover

Sussudio

Take Me Home (Encore)

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