Ovnis En Quintana Roo

By on febrero 16, 2017

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Ovnis En Quintana Roo

Con los ojos desorbitados, corriendo a todo lo que sus piernas daban, y sudoroso, el campesino Romualdo Canché, entre la maleza, huía de un aparato que sobre su cabeza lanzaba una luz enceguecedora que, a decir de él, parecía de día, a pesar de que eran más de las 11 de la noche de un día del mes de mayo de 1977. Esta es la única aventura, o pesadilla, mejor dicho, que este campesino sufrió en carne propia y que pudo contar, que le aconteció cerca del municipio de Kantunilkín, Quintana Roo, colindando con el ejido de Leona Vicario, del municipio de Benito Juárez, del mismo estado.

Esta aventura tan espectacular, ocurrida en la fecha ya mencionada comienza, según nos refería Romualdo, cuando ese día, a las 9 de la noche, se preparaba para ir solo de cacería a las cercanías del rancho La Esperanza, distante unos cuatro kilómetros de pueblo. Después de preparar su lámpara de pilas, y agarrar su escopeta y su machete, se despidió de su esposa, salió a la calle y pasó por la plaza del poblado, donde a esa hora solo se oía el ladrar de los perros; luego enfiló sus pasos por El Rumbo, en el cual, días antes había observado que era un comedero de jabalíes.

El aire cálido de la noche oscura pegaba en su rostro, y el olor a hierba era penetrante. En poco más de una hora de caminar, ya había llegado al lugar indicado, que se distinguía por grandes árboles de zapotes y maleza. A unos 20 metros de su espiadero, que era un árbol de zapote, se encontraba un claro con zacate.

Después de acomodarse lo mejor y lo más cómodo posible para espiar a los jabalíes, se puso atento a todo ruido o movimiento por la cacería. Solamente se escuchaban los grillos, y la noche en verdad era muy oscura.

Al poco rato, calcula como las 11 de la noche, desde su escondite observó cómo, a lo lejos, frente a él venía acercándose una luz muy intensa que al aproximarse más (calcula 3 mecates), vio que iluminaba todo el campo como si fuese de día; pero, al mirarlo de frente, lo cegó a tal grado que ya no podía ver nada, sólo el estallido de miles de luces de colores. Sintió que esa luz se le venía encima y, agarrando su escopeta, hizo un disparo hacia el lugar en que provenía la luz. A decir de Romualdo, pudo oír un chasquido que produjo la descarga al pegar en un objeto metálico. La luz continuó avanzando hacia él, sentía que lo alcanzaban, y un estupor infinito lo embargaba; pensaba en fracción de segundos en su familia que ya no volvería a ver, porque su fin estaba muy cerca.

Como pudo, abandonó su escondite y emprendió veloz carrera, enredándose entre la maleza y haciéndose jirones la camisa, pero la luz ya estaba nuevamente junto a él. Con firmeza, pasados los primeros minutos, pudo reaccionar mejor y, empuñando su machete, se dispuso a vender cara su vida, dio la cara a la luz y blandió varias veces su arma.

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Aproximadamente como a un mecate, se dio cuenta que la luz dio un viraje rápido de 90°, para irse alejando a una velocidad vertiginosa en fracción de segundos; es cuando se dio cuenta que la luz provenía de un objeto en forma ovalada y con una especie de ventanillas, de las cuales parecían salir destellos de luces de colores, principalmente azules y rojos.

Como es de comprenderse, Romualdo por esa noche se olvidó de la cacería. Muy abatido y asustado, decidió regresar al pueblo, frotándose todavía los ojos, pues todavía no podía ver bien a pesar de su lámpara.

Con el rostro desencajado, pudo contar a su familia y a varias personas la aventura que acababa de sucederle y, posteriormente, al que escribe. Ahora bien, si hacemos un ligero análisis de lo relatado:

Primero: ¿Podría decirse que se trata de un caso de “sicosis” individual de Romualdo por las noticias en los periódicos acerca de las oleadas de platillos voladores? Desde luego que no, porque Romualdo no sabe leer, ni se entera de estas cosas.

Segundo: ¿Puede Romualdo inventar este relato? Creemos que no porque, si no tiene contacto con revistas de esta índole, ¿cómo pudo dar datos técnicos de velocidad y luz?

Tercero: Definitivamente, sacamos en conclusión que fue un hecho real, que concuerda con algunos avistamientos hechos en esa misma área, en el tramo Valladolid Nuevo – Leona Vicario.

Cuarto: En esa misma área existen montículos extraños, y en uno de ellos, en especial, se cuenta con una cavidad profunda en la cual los campesinos han escuchado ruidos muy extraños en su interior.

Por lo anterior surge la incógnita: ¿será esta área de Quintana Roo base de esos objetos (ovnis)?

En el próximo número me referiré a la pesadilla que sufrió una familia de turistas en la carretera, entre el kilómetro102 y Leona Vicario, Quintana Roo, con un objeto volador.

PROFR. AMIR DE JESUS CASTILLO

Concluye Múulmeyaj, Edición 2016.

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