Cumplir suele ser un cambio para darle su justo lugar a derechos que no se han concretado. En materia de educación maya, en Yucatán “cumplir” es recorrer un camino amplio en contenidos que forman núcleos claves de los derechos humanos mayas.
Las instancias educativas nacional y estatal han determinado en Yucatán la manifestación de un ¡ahora sí se va a hacer! Son contundentes y categóricas las afirmaciones que dictan los cambios al respecto para la educación de nuestros mayas; pero tales cambios, pese a que son letra constitucional y leyes largamente incumplidas, atentan contra conceptos, proyectos, órdenes, jerarquías y acciones del pasado que tienden a perpetuarse desde garbanzos de poder, que juntan filas en un interés común denominado ¡Hay que bloquear los cambios, hay que evitar que se mueva el tapete en la educación maya yucateca!
Efectivamente, los cambios proyectados hoy para dar cumplimiento a los derechos educativos mayas en Yucatán requieren, necesariamente, nuevas condiciones, nuevas reglas y altos niveles de decisión.
Es necesario desmontar y rediseñar el sistema educativo maya yucateco porque si solo se toca ese sistema con ajustes y adecuaciones que pretendan alterar lo menos posible el sistema actual, en tal caso solo estaríamos agregando un nuevo eslabón a la cadena de incumplimientos, eslabones que cada vez son más costosos en cuanto a presupuestos consumidos, en daño cultural generacional y -sobre todo- daño de mengua en la confianza social en que el poder ejecutivo institucional pueda garantizar que las voces de la constitución, y sus leyes legisladas, se concreten en la práctica, venciendo las fuerzas que se oponen a los cambios decididos y actúan desde privilegiadas posiciones de poder, donde dicha oposición conspira y ejecuta procesos de bloqueo y anulaciones de lo que gubernamentalmente fue instruido que se ejecutara.
No puede haber mediatizaciones, ambigüedades, ni faltantes en materia de documentos institucionales precisos que definan categóricamente lo que ahora sí debemos cumplir, partiendo desde el centro mismo de los derechos educativo de nuestros mayas, que se resume en educarlos con base en su lengua maya impulsada, promovida y socialmente bien validada.
Los errores del pasado, y cualquier error actual o próximo en cuanto a incumplimientos de convocatorias para nombrar docentes para los mayas, jamás deben constituirse en un lastre que no sea enfrentado con soluciones, sin ceder un ápice en el cumplimiento de los derechos educativos de nuestros mayas, derechos que son básicos para hacer respetable la promesa de que se van a cumplir sus derechos humanos, no en palabras sino en la realidad de la vida de sus colectivos. ¡Pero cuidado con la oposición bien colocada, que hace y hará todo para que siga igual de incumplido lo medular de nuestra educación maya!
Jaime Novelo González
