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Nueva Era
ALFONSO HIRAM GARCÍA ACOSTA
A mis nietos Carlos, Michelle y Godofredo.
Juntos volvimos a ser… para empezar de nuevo
con más de ocho décadas de herrumbre a cuestas
a un quinto del siglo veinte y uno
con pandemia viral, distancia sana, y máscara facial.
Sanatizar zapatos, vida monástica,
la sana distancia y la nocturna queda;
educación virtual más política ciega,
sin sumar a las muertes por la droga
que juegan la ruleta de la muerte.
Pero hay que seguir en la batalla
para esperar las nuevas aguas quietas
ya los nietos son hombres en sus ciencias
y duchos en virtual tecnología y artes nuevas,
y sabemos que sus valores enraizados
los utilizarán en una orientación debida
educando a sus sobrinas –las bisnietas-
por caminos correctos de la vida.
Una vida diferente para el final trayecto,
educación sin presencia, maestro virtual,
salud en riesgo, limpieza de manos, vacunación social,
ya no se sabe cuál es el camino recto,
en un estado enfermo y pandemonial.
Los tiempos han cambiado, no se compra en el mercado,
el teléfono es la forma de acceder a la compra diaria,
la entrega a domicilio se paga con celular,
la sociedad no entiende que se deben respetar
las reglas sanitarias que son camino profiláctico y social.
La vida cambia las reglas de higiene y vida social,
del trabajo sin presencia al desarrollo virtual,
las nuevas generaciones son los técnicos modernos
que tienen conocimientos y futuro asegurado
donde nada es presencial, y no cuenta el ser humano,
la herramienta de la vida es un teléfono en mano.
La vida tiene un principio, niñez, juventud
-enfermedad que se cura con el tiempo-,
madurez y senectud, con recuerdos del pasado,
ver cómo pasa la vida y cómo la barre el viento,
transitemos los años que nos quedan en paz
y sin perder aliento, que la vida es sentimiento
amor, justicia solaz, la vida es un recuerdo, nada más.
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