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¿Night and Soul? Pao Cochegrus
Siento un profundo respeto por las personas inquietas que canalizan su energía en cosas positivas. Siendo la gestión cultural una labor muy importante, era imperante platicar con Paola Cochegrus, esta intensa mujer, guapa cantante, promotora, creadora del concepto “Night & Soul”, coordinadora de otros proyectos y muchas cosas realmente interesantes.
En plática con un servidor, compartió con nosotros y todos los lectores de Diario del Sureste detalles de su apretada agenda de actividades, y de su extensa trayectoria artística.
Nacida en la ciudad de México, por el rumbo de Satélite, vino a vivir a la capital yucateca desde muy pequeña, donde ha desarrollado su carrera, iniciando en su escuela, donde siempre participaba en los festivales. Ahora, la diva está feliz porque ya se encuentra grabando su primer disco solista, del cual ya están disponibles en las diferentes plataformas digitales los temas “Cuándo te deseo”, tema de su propia inspiración registrado en los 423 Studios, de Mérida y “Con qué derecho”, de la autora yucateca Aída Borges, grabado en los estudios LAMBDA Music de la Ciudad de México, acompañada por el talentoso pianista Abraham Barrera, un trabajo cuyo resultado la hace sentir realmente maravillosa.
Además, es una destacada promotora que, al crear el concepto “Night & Soul” en el Centro Cultural Dante, ha abierto un nuevo e importante foro para la proyección de artistas del estado, la península y la república mexicana, al contar con un espacio para promover sus creaciones originales, algo realmente digno de destacar.
¡Qué tal, Pao! ¿Cómo estás?
Muy contenta y agradecida con la entrevista. Muchas gracias
Mucha gente no sabe que llevas muchos años como cantante, corista, como compositora. ¿A qué edad comenzaste en el mundo artístico?
Alguna vez Angélica Balado me dijo que uno podía empezar a contar su carrera profesional artística a partir de cuándo cobra su primer sueldo. Mi primer sueldo lo recibí a los 15 años, cuando empecé a cantar con el grupo “Hermanos y Amigos” de Patricio Espinosa, hace algunos años. Hacíamos conciertos en el CUM, en la Bin Bon Beach; también trabajamos en la Ceiba, cuando hacían ahí los carnavales, ahí con un grupo de voces. Me gustan mucho las armonías porque empecé cantando armonías con “Hermanos y Amigos”.
¿Qué otras actividades realizaste en ese período?
Después de eso, empiezo con comedia musical. Estuve haciendo adaptaciones y dirigiendo comedias musicales en la Universidad del Mayab, “José el Soñador”, “Casting”. “Chistopher Youth” también, y después estuve un tiempo haciendo doblajes. Cantaba un poco, pero más bien me dediqué a la parte creativa de la música, no tanto arriba del escenario. Estuve haciendo doblaje para el cuento de Navidad de la Coca Cola: hice muchos años la voz del osito, era la voz de la abuelita, de la tía, de todos los que salían. Éramos dos, me acuerdo muy bien, las voces como de 16 personajes las hacíamos Pedro Sánchez y yo, y las canciones también las grabábamos. Fue una experiencia maravillosa trabajar para la Coca Cola, fue muy padre ese proyecto. Eran días muy cansados, pero con cosas hermosas: escuchar tu voz en el escenario, ver al muñequito moverse, meterte en la parte de crear el personaje, porque nos tocaba crear la voz del personaje…
Cuando ves a los bailarines, escuchas tu voz, cuando sale el árbol, entonces decías ¡wow! La gente se reía con tu voz, eso es maravilloso. Entre los trabajos que más me han gustado está el doblaje. Eso me llevó a realizar jingles para spots publicitarios, y el doblaje también me llevó en el 2010 a participar en la grabación de un disco por los derechos de los niños, componiendo canciones y haciendo las voces de los personajes, una lagartija, un cochinito, una guacamaya, un conejo, etcétera. Era imaginarte el cuerpo del animal, y darle la voz que tú querías que llegara el mensaje de la canción. Fue una experiencia hermosa.
Háblanos ahora de tu etapa solista.
Aparte de “Hermanos y Amigos”, estuve en un grupo llamado “Los Bohémicos”, con Sergio Moreno, Lisa Rodríguez, Gaby, Fabby y Paulina. Éramos cinco en un proyecto de trova contemporánea, un proyecto muy rico, el performance era como si estuvieras en la sala de tu casa: nos ponían sillones, tocábamos diferentes instrumentos y cantábamos canciones de Silvio Rodríguez, de Noe Nicola. Fue un proyecto muy interesante con el que acepto que conocí mucho de la trova.
¿Nunca grabaron un disco?
Conmigo no, cuando lo hicieron yo ya no estaba. En el tiempo que he estado haciendo música he sido ser corista de María Medina, María del Sol, de Fernando Yepes, de diferentes artistas, o me ha tocado aconsejar a diferentes artistas. Nunca había grabado un disco, con nadie; de hecho, con ‘Fugaband’, que era funk, con jazz, con pop, estaba muy interesante, íbamos a grabar un disco, pero luego se deshizo el grupo, tristemente.
Gracias a las redes digitales ya tenemos la oportunidad de escucharte, de descubrir cuál es tu timbre, cual es el feeling que le metes, porque realmente tienes una voz realmente apantalladora.
Muchas gracias. Creo que la cosas llegan en el momento que tienen que llegar. Llevo año y medio grabando el disco con mis temas, y tenemos en distribución digital, ya en plataformas digitales, ‘Con qué derecho’ y ‘Cuánto te deseo’, el primero es un tema de Aída Borges, cantautora yucateca maravillosa que me concedió el honor de grabar su tema; ‘Cuánto te deseo’ es mío, lo grabé con Abraham Barrera, uno de los pianistas más importante de jazz en México, un gran amigo al que agradezco me haya acompañado.
¿Grabaste aquí, en Mérida?
‘Con qué derecho’ lo grabé en la Ciudad de México, en LAMBDA Music, porque ahí estaba Abraham. Fue una grabación piano-voz, una experiencia rara, pero hermosa, porque yo nunca había cantado con Abraham, nunca habíamos compartido el escenario hasta el día que llegamos al estudio, no había ni siquiera hecho Skype ni nada, porque tenemos una agenda muy llena y no nos habíamos podido conectar; le mandé la partitura. Cuando llegué a la grabación me dijo: “Pao, le hice unos cuantos arreglitos a esto,” y me dije “Madre santa, ¿qué le hizo?” La partitura estaba llena de cositas, y cuando empieza a tocar yo estaba entre fascinada y entre que no lo podía creer. ¡Qué paquetazo! Yo me decía: ‘Solo espero que la voz esté al nivel de quien me va a acompañar,’ porque cuando tienes otros instrumentos detrás de ti, pues te confundes: está el bajo, está la batería, está la guitarra, que abrazan más la voz, no queda tan desnuda, pero piano y voz, ahí o cantas bien o cantas bien.
¿Cómo te sientes con el resultado final?
Maravillosa. Cuando me escucho me maravillo, por primera vez me veo con gestos, porque un buen amigo mío Luis Carbajo me fue a grabar y me dio el video. No había visto nunca las caras que hago cuando canto. ¡Por Dios Santo! Me impactó cómo muevo la boca, cómo la abro, cómo muevo los labios, pero fue una experiencia muy enriquecedora, de mucho aprendizaje porque, además, como era piano y voz no puedes hacer cortes. Grabamos siete tomas, la última fue la elegida.
¿Cómo te sientes al ya tener dos grabaciones en redes?
Quiero seguir haciendo más. Te queda la sensación de que vale la pena luchar por lo que uno quiere. He tenido una respuesta que jamás me hubiera imaginado: gente de Argentina, de Colombia, de Perú, del mismo México que me ha escrito de varias partes, gente de Chihuahua, de Guadalajara, de Guanajuato que me escribe cosas cómo: ‘Que bárbara’, ‘que interpretación’, ‘Tu voz abraza el alma’. Entonces te dices: Wow, estoy dejando algo más allá de lo que yo pensé.
Siento que hay una comunión entre lo que tú eres como persona y la forma en que tu voz lo proyecta esto. Eso creo que es lo que ha impactado más allá de nuestras fronteras.
Espero que sea eso. La verdad es que soy alguien que siente mucho cuando canta, no tanto por las letras en cuestión –que haya sido una vivencia personal o no, porque cuando compongo no necesariamente parte de algo que me sucedió– sino que es algo que escuchas, te metes a lo que está sucediendo, lo vives, lo sientes. Cuando canto es lo mismo, trato de ser lo más honesta posible arriba del escenario. Me libero cuando estoy en el escenario; cuando canto siempre desnudo el alma, me sano, lo comparto, y lo dejo para lo que pueda servir.
RICARDO PAT
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