Libros
En el 2002, el escritor noruego Jo Nesbø lanzó la cuarta aventura de su detective dipsómano, enfant terrible de la policía, pero con grandes poderes de deducción y habilidades de investigación, nada menos que Harry Hole, titulándolo Némesis. En su autobiografía, Nesbø abiertamente indica que este libro fue una continuación de su tercer libro, Petirrojo, que ya he reseñado para ustedes, mientras continúo haciéndome cada vez más uno de sus seguidores, y que decidió ambientarlo en las calles cercanas a su casa, demostrando una vez más que los escritores se sienten mucho más cómodos cuando escriben a partir de sus recuerdos. Némesis ganó el Premio Wiel Nygaard en 2002, que se entrega en reconocimiento al trabajo literario de nivel superior.
Pues bien, Harry Hole aún no posee la mejor de las reputaciones como persona debido a sus problemas con el alcohol, ni tampoco ganaría un concurso de popularidad como compañero de trabajo de sus compañeros detectives, pero ha decido empeñarse en conservar y honrar la relación amorosa que ha iniciado con una divorciada, cuyo hijo lentamente se ha abierto paso a su corazón. Por ello, le cuesta aceptar la invitación a cenar de una de sus antiguas novias, una despampanante mujer que quiere cerrar el círculo que la unió con Harry, pero se siente comprometido y decide que es lo mínimo que puede hacer, considerando los episodios que ambos vivieron juntos.
En su vida laboral, y antes de asistir a esa cena, Harry está investigando el asalto a un banco en el cual el criminal actúa con precisión milimétrica y, penosamente, ejecuta a sangre fría a una rehén, llevándose un cuantioso botín, y dejando infinidad de dudas sobre su identidad. Los detectives no tienen mayores indicios, y entonces deberán encontrar cualquier resquicio para dar con el ladrón, saben que robará de nuevo, aunque no saben si seguirá matando, pero esperan lo peor. La labor detectivesca relatada por Nesbø es minuciosa, y poco a poco comienzan a aparecer datos y pequeños indicios que podrían ayudar a encontrar una solución al crimen.
Harry decide acudir a cenar –su novia ha viajado a Moscú para pelear la custodia de su hijo y se quedará allá hasta que finalice el juicio–, acepta una bebida de su ex novia, y unas horas después despierta sin recordar nada de lo que sucedió después de haberla bebido. El cadáver de ella le hace compañía. Tanto por su historial como dipsómano, como por la importancia que tiene en su vida la relación amorosa que ha establecido, escapa, esperando que ninguno de sus compañeros de trabajo sea capaz de relacionarlo con la difunta, mientras indaga por su cuenta y, al mismo tiempo, va desmadejando el caso del asaltabancos. Para colmo de males, el investigador asignado a encontrar al asesino de su ex novia es nada menos que el infame Tom Waaler, el abusivo detective que conocimos en Petirrojo. Harry deberá encontrar tanto al asesino de su ex pareja, como al asaltabancos, antes de que lo metan a la cárcel y, lo peor, sin posibilidades de salir dado su historial.
Si hay algo que admiro en la escritura de Nesbø es la humanidad de sus personajes: sus reacciones son perfectamente comprensibles para las situaciones que están viviendo; algunos se guardan información, otros persiguen viejas vendettas, otras están llenos de vergüenza, y también están los asesinos cuya sangre fría los hace particularmente monstruosos y patológicos. Harry Hole es humano y, por lo tanto, comete errores como cualquiera de nosotros; eso es lo que lo ha hecho tan cercano y apreciado por los fanáticos, entre los cuales me cuento desde hace ya un tiempo.
En Némesis, Nesbø vuelve a demostrarnos por qué ha sido tan laureado a la largo de su carrera, con un ritmo frenético en su narración, giros y hallazgos detectivescos que vienen de la más antigua de las estrategias de solución de problemas: revisar cada detalle hasta que todas las piezas estén en su lugar, reconstruyendo escenas del crimen, estableciendo hipótesis, y luego comprobándolas. Lo que hace especialmente entretenida esta cuarta aventura novelesca del detective Hole es, adivinaron, su humanidad, tan frágil, tan cercana, y tan dispuesta a hallar a los culpables; todo lo anterior, mientras la espada de Damocles está por caer encima de Harry.
Al finalizar Némesis, un estupendo libro, es imposible sustraerse al deseo de leer el quinto episodio, La Estrella del Diablo, del cual les contaré pronto.
S. Alvarado D.