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Naturaleza Pródiga
Editorial
La naturaleza ha sido pródiga con esta península nuestra, inquieta desde sus orígenes hace milenios, cuando emergió en su rebelión histórica ubicándose de manera irregular a las demás ubicadas en otros continentes.
Yucatán, asiento del Mayab legendario, surgió en un momento de angustia de la naturaleza y se constituyó en el asiento firme de una población que supo cómo radicarse, mantenerse, multiplicarse y crear una cultura forjadora de mentes abiertas, tanto a la comprensión del movimiento de los astros como a las características de las superficies terrestres que ocupó en su asentamiento.
La población del Mayab histórico conoció la superficie de su convivencia física colectiva, como también la ubicación de los recursos para radicar y sobrevivir en esta península calcárea que sin embargo tenía, además de sus ciclos de lluvia, grandes reservas de agua, elemento vital para la supervivencia, en varios mantos subterráneos, además de los visibles de uso inmediato.
La naturaleza, los suelos, los astros, los fenómenos atmosféricos, fueron objeto de estudios por los mayas, que supieron de los movimientos planetarios, los tiempos de lluvias, las formas de sobrevivir en esta tierra difícil que no solo los hizo arraigarse en ella, sino también conocerla, estudiarla y coordinarse con los movimientos celestes para utilizarlos de referencia en sus actividades productivas y religiosas con las que ensalzaba, agradecía y compartía los tiempos de la supervivencia humana en el Mayab. Chaac era el dios de la lluvia.
Los cenotes y las aguadas permitieron el arraigo de los mayas. Las temporadas de lluvias complementaron su decisión razonada de arraigarse en esta península nuestra.
Los yucatecos de hoy, por lo general, ya no reflexionan sobre este tema que, sin embargo, es su razón de ser y de estar en esta península favorecida por los dioses mayas, elegida por nuestros ancestros para radicarse.
Aquí se arraigó una cultura, una gran cultura, y una población inteligente, analítica, con grandes valores.
Recordémoslo siempre y mantengámonos orgullosos de nuestros antepasados mayas.
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