Mutación

By on mayo 21, 2020

ALFONSO HIRAM GARCÍA ACOSTA

 

I

    Escucha, amor. Apuntará la hora

en que herida por hondo cataclismo,

sin brújula, sin noche, sin aurora,

la tierra se desplome en el abismo.

 

   En vértigo, rodando a la ventura,

no volverá a girar ante la lumbre.

 

    Quizá al tocar incognoscible altura,

distinto sol su despertar alumbre.

 

II

  

Nubes de sombras bañarán eternamente,

tal vez prosiga allende el pensamiento.

 

    Quizá al rozar un astro incandescente,

fundida al fuego y se diluya al viento.

 

 III

 

Por física de sabios ignorada

-no lo verán tus ojos ni los míos-

se vaciarán sus mares en la nada;

hacia la nada correrán sus ríos.

 

   Distinto todo sobre nueva esfera.

distintos nombres y distintas cosas,

quizá volverá a ser lo que antes era,

un planeta sin pájaros ni rosas.

 

    Quizá responda el eco nuestro grito,

y libres de pesar y cautiverio,

encontremos el fin del infinito

¡y miremos el rostro del misterio!

                      

IV

  

    No será para siempre esa mirada

que se queda en los límites absorta…

Ha de llegar, amor, otra alborada,

porque la ruta al imposible es corta.

 

   Bello será alcanzar lo inalcanzable,

-quizá vivan tus ojos todavía-

mirar cómo se muda lo inmutable,

rompiéndose la cósmica armonía.

Mérida, Yucatán, México. 29 de abril del 2004.

III Juegos Estatales Deportivos y Culturales del INAPAM.

Primer Lugar. Premio Estatal de Poesía. Flor Natural.

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