Makech, ¿tradición o crueldad?

By on abril 26, 2019

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En la Península de Yucatán hallarás que en las tiendas de artesanías venden un prendedor muy peculiar. Se trata de un escarabajo yucateco al que adornan con cuentas de colores y que recibe el nombre de Makech.

 Makech o Maquech es una palabra de la lengua maya que significa “escarabajo sin alas” muy usada en la península de Yucatán, México, para hacer referencia a un coleóptero polífago de la superfamilia de los tenebrionoideos, familia Zopheridae.

Se le llama popularmente escarabajo yucateco porque, al parecer, la variedad específica existe solamente en esa región del mundo; son unos insectos de 4 centímetros de largo, de color cenizo con tonalidades marrones y puntos negros sobre su caparazón.

Adornarlos es una práctica controvertida, ya que muchas personas lo consideran una forma de tortura animal. Se trata de una especie en peligro de extinción que, debido a una leyenda, son utilizados como amuletos para el amor, e incluso como símbolo de longevidad.

La leyenda cuenta que una joven princesa maya, obligada a casarse con quien a su familia le convenía, un día se enamoró perdidamente de un joven sin linaje. El amor era recíproco y lo vivía en silencio. Cuando el padre de la princesa se enteró de tal deshonor, ordenó sacrificar al joven.

Los llantos y el sufrimiento de su hija eran tales que el padre, en lugar de sacrificarlo, le pidió a un h´men (brujo)  lo convirtiera en escarabajo. Ella lo decoró con piedras preciosas y, aunque tuvo que casarse bajo obligación con otro hombre, siempre llevó a su amor verdadero como broche junto a su corazón.

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Esta cruel práctica ha sido utilizada por mujeres para decorar sus trajes. Mediante un pegamento muy fuerte, adhieren piedras al caparazón del escarabajo al cual, además, se le coloca una cadena que va junto a un imperdible que sirve para sujetarlo con mayor seguridad a los vestidos. Así, el escarabajo se mueve por la ropa de quien lo lleve, moviéndose lo que la cadena le permita.

Estos insectos no crecen en cautiverio, se crían en troncos, zonas con hongos o bajo las rocas. Quienes los recolectan dedican jornadas enteras para sustraerlos de su hábitat natural, ya que son complicados de conseguir y, más tarde, los traspasan a aquellos que los adornan.

Después, estos escarabajos se venden en mercados, donde normalmente están en frascos de plástico o cristal con trozos de madera, de los cuales se alimentan, pero la realidad es que, por lo general, mueren de hambre por no estar en su hábitat natural. Afortunadamente, su utilización ha ido disminuyendo en gran medida, dado que los turistas, aunque les sorprende y les llama la atención, no los adquieren, ni  practican su uso.

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Pese a que el origen de la tradición está en la leyenda maya, los historiadores no tienen datos que demuestren que dicha cultura utilizase estos escarabajos como decoración. Existen alternativas para que, aun así, la leyenda no se pierda, como crear esta joya de forma artificial e incluso llevándolo a otras disciplinas artísticas. El uso comercial no está regulado por ninguna institución y poco es lo que se conoce sobre este coleóptero, de manera que es común que muera a los pocos días de haber sido adquirido.

Si eres amante de los animales y de la naturaleza NO COMPRES ANIMALES, sea la especie que sea. Cuidemos la naturaleza y así cuidaras tú vida.

Dra. Carmen Báez Ruiz

drabaez1@hotmail.es

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