Los niños de Irak

By on octubre 27, 2023

Letras

XXI

Víctimas inocentes

 

27 de diciembre de 1998

Todos los niños son nuestros niños, los niños no tienen nacionalidad, dice el director general de la UNESCO y pide ayuda internacional urgente para el pueblo iraquí, ya que son precisamente los niños quienes más necesitan la solidaridad universal en estos momentos.

La capital de Irak, la ciudad legendaria de Bagdad, asiento de la cuna de nuestra civilización, ha sido sometida durante cuatro días a una ofensiva militar despiadada con armas de alto poder y avanzada tecnología, que han derrumbado por igual supuestas fábricas de armas prohibidas, hospitales, escuelas, museos, y centros residenciales.

La población civil ha sido masacrada sin piedad, con miles de muertos y heridos, entre ellos, gran número de niños indefensos, víctimas inocentes de una cruel represión bélica, lanzada en el nombre de la libertad, en forma conjunta, por los gobiernos militaristas de Estados Unidos y Gran Bretaña.

Los niños héroes y mártires de Irak, hijos de los hijos de los primeros descendientes del padre Abraham, dos mil años después de la matanza de niños ordenada por Herodes, vuelven a ser víctimas de los nuevos Herodes, que ordenan fríamente su desaparición para impedir que los nuevos mesías de su pueblo, cobren vida otra vez.

Cuánta razón tiene el editorialista del periódico “L’Osservatore Romano” al denunciar que no es posible quedarse mirando cuando en Irak caen bombas en los hospitales, cuando civiles indefensos ya extenuados por el embargo, ven como se derrumban sus casas y con ellas la perspectiva de un futuro digno del hombre.

Sin embargo, el mundo observa con despreocupación la carnicería humana, sin que las voces cristianas condenen el genocidio, de la misma forma en que apenas ayer, impasible presenció el terrible holocausto de la matanza e incineración del pueblo judío en los hornos crematorios nazis de Auschwitz.

El mundo civilizado carece de sensibilidad y de memoria. Irak libra una lucha desigual por su independencia y por su libertad. Es un pueblo de guerreros que durante toda su historia, desde los inicios de la civilización, ha combatido por su identidad, por su religión y por sus principios nacionalistas.

El mundo árabe sabe que fue colonia inglesa y que actualmente resiste el embate del expansionismo norteamericano, cuyas empresas petroleras quieren recuperar el oro negro expropiado y nacionalizado. La ambición del petróleo no tiene límites ni conoce fronteras.

Hussein es el gran obstáculo. Casi una década de embargo, de un cerco criminal, prácticamente de un estado de sitio, no han logrado rendir por hambre a este pueblo orgulloso y valiente.

El embargo de Iraq, como el embargo a Cuba, no ha logrado que sus pueblos depongan a sus líderes. Quienes sufren las consecuencias son los civiles, los niños y los enfermos, que carecen de alimentos y medicinas.

Con la soberbia de su poderío bélico el gobierno norteamericano comete el mismo error, pretende someter a los pueblos que no se doblegan a sus designios, por medio de la fuerza y del terror.

Esta estrategia fracasó en Vietnam y tampoco ha dado resultado en Cuba, donde las muchedumbres coreaban y siguen gritando: “Fidel, que tiene Fidel, los americanos no pueden con él.”

El derecho internacional ya no existe. Se ha violentado y se ha hecho pedazos en manos del imperio económico y militar más poderoso de todos los tiempos. Actualmente rige la ley de la selva, la ley del más fuerte. Como en las películas de vaqueros del oeste, el sheriff justiciero va en busca de los malvados para llevarlos a la horca. No existe ningún poder que pueda equilibrar los designios del coloso. Con el derrumbe del bloque soviético, cualquier alternativa para los países independientes quedó cancelada.

Nos queda, sin embargo, la fuerza moral de los principios éticos, de los valores que son universales, por los que debemos levantar nuestra voz de protesta: No intervención y libre autodeterminación de los pueblos.

En medio de una gran crisis en Washington, cuando la Cámara de Representantes resolvió llevar a juicio a su Presidente por el escándalo Lewinsky; el Primer Mandatario, sin ninguna fuerza para impedir su eventual destitución, victima prácticamente de un golpe de estado técnico, ordena a sus fuerzas armadas bombardear Irak, de la misma forma que su antecesor Truman ordenó la destrucción de Hiroshima y Nagasaki con bombas atómicas.

Reconoce el responsable de las iglesias católicas en el Oriente Medio, donde aproximadamente la mitad de la población profesa la fé musulmana, que con la guerra no gana nadie, todos pierden y las consecuencias recaen sobre los más débiles, sobre los pobres, sobre los niños, los ancianos y los enfermos, que es lo que está ocurriendo en Irak.

El subsuelo de este país es muy rico en petróleo y ocupa una vasta llanura regada por los ríos Tigris y Éufrates, cuyas tierras fueron asiento de una de las primeras civilizaciones agrícolas, Mesopotamia. Su territorio actual fué asiento también de las importantes ciudades de Babilonia y Nínive y eje central de los grandes imperios mesopotámicos, hasta su conquista por Ciro de Persia.

Los regímenes nacionalistas contemporáneos llevaron al cabo una reforma agraria en 1970 y la expropiación del petróleo en 1975.

Estas son probablemente las medidas que buscan revertir los imperios, para el dominio económico. Las tierras fértiles y el combustible son la ambición eterna.

Esta navidad, en el adviento, se ha visto ensangrentada. Sangre inocente de niños se ha vertido. La destrucción de las bombas los ha mutilado, les ha negado la oportunidad de vivir. Pero muchos niños de Irak se levantarán sobre las ruinas de su país y, como en las páginas bíblicas, saldrán de los pesebres para conducir a su pueblo, con la tabla de valores que nuestra civilización ha olvidado: No matarás. Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

Luis F. Peraza Lizarraga

Continuará la próxima semana…

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.