Los Nadie Lloramos a Joaquín Bestard

By on marzo 2, 2017

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Los Nadie Lloramos A Joaquín Bestard

¡Nos Vemos Al Rato Bajo La Gran Ceiba, Maestro!

Cuando, al principio, ingenuos y conocedores se burlaron y despreciaron mis primeros escritos, incluidos mi esposa y alumnos del taller literario de la Universidad de Yucatán, finalizando los años ochenta del siglo Veinte, el maestro decano de ese taller – Joaquín Bestard – fue el único que creyó en mi naciente literatura cuando puntualizó: “Yo también escucho rara tu narrativa, pero a mí sí me gusta. ¡Síguele por allí!”

Hoy, guardo luto por mi maestro.

Joaquín Bestard Vázquez, prolijo novelista reconocido a nivel estatal, nacional e internacional por especialistas en letras mejicanas dedicadas a la cultura maya, era un hombre generoso que ponía a disposición de sus interlocutores toda su sabiduría literaria en conversaciones íntimas, charlas públicas o talleres literarios. Porque si alguien pudiera presumir de “siembra de talentos” en la literatura en Yucatán, este era el maestro Bestard.

Pero, ¿por qué es fundamental Joaquín Bestard en el sac béh literario en Yucatán a fines del siglo XX y principios del XXI? Sencillamente porque nos vino a mostrar a los escritores de hoy día (me incluyo) el “tema olvidado” (como su novela “La calle que todos olvidan”) por los literatos contemporáneos en estas tierras del Mayab: el pueblo maya contemporáneo y su maravillosa cultura ancestral.

Con Bestard, el pueblo maya contemporáneo retoma su lugar en la literatura local, nacional y universal en castellano a través de su mítico “Beyhualé”, y su alter ego: “Don Maximito Koyok”, para recrear, y recordarnos elementos esenciales de nuestra cultura materna con pasajes, vivencias y episodios vividos, sufridos y gozados por Juan Pueblo.

Asimismo, con Bestard como literato mestizo a la cabeza, pero también luego con sus propios intelectuales originarios, los nuevos talentos surgidos del pueblo en la península de Yucatán: Campeche, Quintana Roo y Yucatán, iniciaron su desarrollo en las letras nativas dando lugar al renacimiento literario maya en el sureste de Méjico.

Una de las virtudes admirables del maestro, fue su dignidad como literato. A pesar de ser merecedor de una Beca por Trayectoria Artística por parte del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, que nunca le dieron por carecer de “padrinos políticos” en el partido tricolor y en el albiazul, nunca pasó un día sin publicar en las páginas culturales del Por Esto, sirviéndonos de modelo a muchos, marcando la pauta del periodismo cultural comprometido.

Maestro: mi caminata de hoy para cuidar un poco el corazón (de melón), la realicé llorando por la tristeza de su partida.

Aunque sé que pronto le voy a caer para echarnos la plática pendiente, hoy que a otros colegas le salgan frases bonitas para usted.

A mí solamente me salen lágrimas…

edgar rodríguez cimé

edgarrodriguezcime@yahoo.com.mx

colectivo cultural “Felipa Poot Tzuc”

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