Las memorias de Hilario Arce – VI (concluye)

By on agosto 4, 2022

Colonia Yucatán

Don Hilario Arce Santoyo formó parte de los conscriptos de Colonia Yucatán.

El sargento don Juanito Hernández nos daba instrucción. Claro que los uniformes tú los costeabas. Los días 15 de septiembre se veía bonito el grupo de conscriptos: todos uniformados, con gorra, rifle de madera y toda la cosa. Ese día nadie trabajaba, entrenábamos los domingos que tampoco trabajábamos, ese día te lo dan para que puedas cumplir con el servicio militar. Así era la vida acá, de mucha organización.

Cuando te ibas a casar, lo notificabas y te daban tu casa por la empresa. No te cobraba nada, te daban casa entera o media casa con luz y agua; mientras te la daban, tenías que vivir en casa de tus papás o de tus suegros. Tenías agua, luz. El servicio de hospital era muy bueno, el jefe era el Dr. Daniel Ríos ¡una eminencia! ¡Ah, eso sí, de todo sabía! 

Cuando se creó la fiesta de la Colonia, los fundadores fueron don “Pachul” (Pascual Polanco) y don “Fallo” (Rafael Mukul). Organizaron los gremios al estilo del pueblo, hasta las corridas, como es la tradición. En esa época se ponía más bonito. El que hacía su tabladito cobraba, las corridas se hacían aquí en el campo; el ganado lo proporcionaba Chapas, de la empresa venían.

¿Peligros?… De lo que me acuerdo es de los ciclones: desde que oigas que entró por Quintana Roo, seguro nos toca. Cuando cayeron las chimeneas con “Beulah”, tiró la torre de radio también. Don Mundo Canto, que vivía aquí  enfrente, al amanecer no tenía guano su casa, todo el techo voló. Esta ya aguantó, creo porque vienen de frente (los ciclones), comenta refiriéndose a su casa, que por cierto es una de las pocas, si no la única, con techo de guano original que queda en la Colonia.

De los personajes que recuerdo nos visitaron a dos ex presidentes, don Adolfo Ruiz  Cortines y Adolfo López Mateos, yo los conocí, fueron a la fábrica. Hasta la fecha no nos ha visitado ningún gobierno federal. Cuando vino Adolfo López Mateos pararon la fábrica y todos fuimos al campo, porque allá bajó el helicóptero; le hicimos valla todos los trabajadores y nos fuimos a la fábrica. Le movimos las máquinas pa’ que vea , no todas, las principales. En esa época era yo tornero. ‘Escoge el mejor rolo que haya para pasar la máquina,’ me dijo el jefe, y así lo hicimos… Hasta la fecha no vino nadie más.

El que vino últimamente fue (Vicente) Fox, pero ese sólo estuvo de paso. Fue a la escuela de madera que se está cayendo, la vio, pero no hizo nada. Ahora la escuela ya es un montón de ruinas, ojalá alguien ayude a rescatarla, se lamenta este tranquilo y apacible hombre de ojos verdes que en su juventud nunca se metió en líos y gustaba del baile ya que bailaba “de todo”, no como ahora. Ya no hay  el tipo de bailadoras para bailar un danzón; de antes, en el baile se tocaba de todo: danzón, bolero, guaracha, cumbia, de todo y todos bailaban, recuerda con añoranza el papá de Adriana, Amílcar, Eduardo y Delmy.

No, de nada me arrepiento, estoy satisfecho de mi vida en la Colonia Yucatán, por eso no me he ido a ningún lado, responde contundente, dando por terminada la plática el caballeroso hermano de Lupita, Florentina, Carmen, Lauro y Victoria Arce Santoyo.

En el mes de abril de 2018, el Señor llamó a don Hilario Arce a la casa eterna para reunirse con su esposa Rosita Ruz.

*En el 2013, durante la administración de Rosario Diaz Góngora como alcaldesa de Tizimin, la icónica escuela de madera “Manuel Alcalá Martín” a la que se refiere Hilario, fue derrumbada por completo y en su lugar hicieron un domo.

L.C.C. ARIEL LÓPEZ TEJERO

vicentelote63@gmail.com

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