La Persona del Sueño (XXXVI)

By on enero 9, 2020

XXXVI

¿Cómo te llamas?

Ahora los ríos, los árboles, las montañas, las rocas, el viento, las praderas, las flores, los arroyos, las cascadas, el rocío, la selva, el campo, el desierto, islas, volcanes, cuevas, glaciares, mares, nubes, todos ellos, todos sus seres, y todos aquellos quienes les protegen, están soñando a una persona que parece humana pero no lo es, porque en realidad es un sueño.

Ha llegado al volcán que emerge del mar. En su interior hay una isla con las planicies más verdes, abrazando flores y plantas multicolores, las montañas repletas de animales extintos y el inicio de las corrientes de agua que nutren los mares de la tierra.

El niño del monte no se dio cuenta de su presencia. Como pequeño se distrae mucho. Así que la persona del sueño sólo deja emanar de su existencia todas las historias, cuentos, leyendas, vivencias y demás memorias del mundo humano o mágico que pasan a través de su ser.

Las historias de los humanos son muy pocas. Junto a las historias de la Tierra y sus primeros habitantes, las vivencias de los humanos son de una duración muy reducida.

El tiempo de la Tierra es de billones de años de existencia; el tiempo de los humanos en la Tierra alcanza menos de cinco millones. Al principio eran muy pocos aquellos que la habitaban, una insignificancia a comparación de todos quienes ya poblaban toda la Tierra.

Su trabajo ha terminado. Sólo unos instantes son suficientes para narrar a las visitas de la isla todas las historias de la humanidad. Para la persona del sueño es sólo un suspiro; para los humanos que las escuchan son meses, años, siglos.

El niño del monte agita la mano para despedirse de la persona del sueño. Supo de su presencia cuando llegó toda una historia que no conocía sobre sí mismo.

Los seres mágicos pasean bajo el árbol del mundo. Escuchan las voces de Wilhelm, Inés, Peter, Genaro, Leonora y demás ecos de voces humanas como la tuya.

Ahora los ríos, los árboles, las montañas, las rocas, el viento, las praderas, las flores, los arroyos, las cascadas, el rocío, la selva, el campo, el desierto, islas, volcanes, cuevas, glaciares, mares, nubes, todos ellos, todos sus seres, y todos aquellos quienes les protegen, están soñando a una persona que parece humana pero no lo es, porque en realidad es un sueño.

La persona del sueño

Tercera parte. La valentía

El unicornio regresa – ¿Cómo te llamas? – La princesa que camina afuera de su cuerpo mientras duerme – Efecto Sherezada – El desierto – Mbechee: nieta – Un lugar vacío –  Escríbeme una carta, por favor – Neblina – Tú que caminas como un sueño – Si empiezas a hablar también hablamos

Escrito e ilustrado por Rubén Camilo Solís Pacheco

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