La Noche Más Larga

By on mayo 18, 2017

Perspectiva

LaNocheMásLarga_1

La Noche Más Larga

“Mientras la luz disminuye, el miedo te envuelve,

y las pesadillas comienzan…”

When The Night Comes Down, Judas Priest

La noche, y la oscuridad que la acompaña, tradicionalmente ha sido asociada a lo malo, es el lugar donde habitan los entes más perversos y peligrosos, en donde lo peor del ser humano abunda, cuando las bajas pasiones son liberadas.

De manera similar, los amaneceres son señalados como “románticos”, asociados a renaceres, reinicios, son el triunfo ante la oscuridad. El primer rayo de luz vence la noche y proclama el reinado de claridad, hasta que cae vencido durante el atardecer, ante los nuevos embates de la incipiente noche, en una danza a la que los humanos no podemos sustraernos.

¿No sienten ustedes que nuestro país está sumergido en una densa oscuridad, y que en esa negrura algunos de los peores elementos de nuestra sociedad han encontrado modos de vivir, reproducirse, y estafar gracias a la patente de corso que les otorga la impunidad y la clase gobernante de nuestro país?

¿Cómo podemos explicar que leamos tantas notas rojas, salpicadas con sangre de inocentes, de luchadores sociales, de periodistas que denuncian los contubernios entre el poder y el hampa y que por ello pagan con sus vidas?

¿Cómo podemos explicar que una institución como Pemex aprenda a “sobrellevar” una continua sangría de sus ductos, totalizando pérdidas por más de 20 mil millones de pesos anuales y, lo peor, no haga nada por solucionarlo y, por el contrario, nos venda gasolina más cara?

¿Cuál es la explicación para que poblaciones enteras ayuden a los hampones y facinerosos huachicoleros, perdiendo de vista que están actuando contra la ley y que, además, con su actuar ayudan a que esos malandrines agravien, lastimen y maten a otras personas?

¿Cómo es posible que tantos grillos saltones y pre-candidatos despilfarren dinero a manos llenas durante sus campañas, y que las autoridades que deben sancionar estas cosas no sean capaces de darse cuenta de que los montos erogados superan varias veces los presupuestos asignados?

¿Por qué nos arrebataron nuestra tranquilidad y la de nuestras familias, nuestras ganas de viajar de noche por nuestro país, cuando ahora intentarlo pudiera tener consecuencias tan graves como perder la vida?

¿Cómo ha sido posible que la fuerza policial de una entidad como Zihuatanejo estuviera bajo el mando de dos comandantes que trabajan para organizaciones criminales?

¿Por qué el presidente y su gabinete no reconocen que el país se les ha ido de las manos y, entonces, deciden tomar el toro por los cuernos y legalizar las drogas, en vez de seguir arriesgando vidas de militares, civiles, periodistas, y la de todo aquel que tenga la mala fortuna de cruzarse en el camino de los carteles?

Todas las incógnitas anteriores tienen un origen común, uno que fomentan los políticos – los primeros en ejercer la patente de corso llamada “fuero” –, en contubernio con los grupos criminales que han sentado sus reales a lo largo y ancho de la geografía de nuestra nación: la impunidad.

No deja de ser vergonzoso y agraviante que se atrape a ladrones que se han robado unos cuantos millones de pesos, y no se pueda castigar a aquellos que, a pesar de contar con infinidad de evidencias, se llevaron miles de millones.

Es un insulto observar los privilegios con que cuentan estos políticos, sus agrupaciones, y el monto de dinero que dilapidan en programas que no benefician más que a sus bolsillos.

Mientras no se castigue a aquellos que quebrantan la ley; mientras no se encarcele a aquellos que se aprovecharon y se siguen aprovechando de recursos destinados para programas que beneficien a la ciudadanía; mientras los legisladores no recuerden que es a nosotros a quienes deben servir y no a su partido o a su líder, y que necesitamos leyes que reduzcan la pobreza y desigualdad social; mientras no haya un verdadero espíritu de servicio en la clase gobernante, esta noche en que está sumida nuestra nación no mostrará visos de terminar.

Desde esta perspectiva, requerimos soluciones inmediatas que provengan de alguien verdaderamente comprometido por México. Francamente, ninguno de los que se apuntan para la elección del 2018 descuella por serlo, ni el iluminado de Macuspana, que dice y dice que todo se va a solucionar cuando llegue a la silla presidencial, pero simplemente no ve ni su origen, ni el tamaño de la cola que posee, ni mucho menos que no es con intenciones como se debe gobernar sino con la ley en la mano. Ninguno de los dinosaurios políticos que añoran el poder tiene una pizca de autoridad moral ante nuestros ojos.

La noche parece será larga…

Gerardo Saviola

gerardo.saviola@gmail.com

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.