La esquina de «Las Dos Caras»

Mérida, ciudad capital del Estado de Yucatán, referencia histórica del devenir nacional, recibe anualmente la visita de decenas de miles de viajeros ansiosos por conocer sus perfiles culturales, la monumentalidad de sus edificios históricos, los rasgos muy especiales que los habitantes de lejanos ayeres dejaron como huella indeleble de sus maneras de ser, de vivir y de convivir, de actuar; testimonios de una personalidad tan propia que, si bien es cierto se ha adaptado a los tiempos modernos, aún conserva las huellas de un pasado cultural e historia.

La nomenclatura de la urbe meridana es única. La referencia física de sus calles en el centro de la urbe fue originada en tiempos pretéritos por la necesidad de una nomenclatura que, aunque sencilla, funcionase para facilitar la localización de predios.

En tiempos en que la mayoría de los habitantes aún no leía ni escribía y consecuentemente, era difícil que pudiesen ubicar un sitio u otro dentro de lo que era una ciudad en crecimiento. De ahí que, para facilitar la localización de predios o sitios se aludiese a cosas visibles y conocidas por los habitantes:  árboles como El Cedro, animales como Los dos Camellos y El Loro, La Veleta y muchos otros que facilitaron visualmente zonas urbanas y rutas de acceso a ellas en distintas zonas urbanas.

Además de ello, como es el caso que presentamos hoy, la esquina de “Las Dos Caras” impulsó la creatividad del propietario del predio, sito en el cruce de las calles 65 y 58 de Mérida donde, en forma creativa, se pintó en colores una imagen con personajes en la parte central del edificio incluyendo un verso alusivo, donde se los une y dice:

“Si con dos caras pintado,

ves el tiempo amargo y duro,

es que siempre ilusionado,

con una ves el pasado

y con la otra el futuro”

Una quinteta en verso.

La ubicación de semáforos en el cruce motivó un ajuste físico en la fachada del sitio y, lógicamente, afectó las imágenes originales.

En la secuencia de imágenes que acompañamos del sitio que fueron capturadas en fecha reciente, se aprecian los cambios a la originalidad inicial, que ojalá ya cesen de realizarse porque este sitio es icónico por su creatividad.

“Las dos caras” dio nombre a un producto actual, todavía comercializado: un talco.

Luis Alvarado Alonzo

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