“El Rock se basa en la Libertad; el Rock hasta el último aliento”
Después de leer su libro “Historia del Rock en Yucatán, Memoria de una Identidad”, un exhaustivo recuento del movimiento musical en nuestro estado durante dos décadas, la imagen que me formé de su autor – Jorge Carlos Cervera Ramírez – fue la de un investigador dedicado al 100% a este tema. Con agradable sorpresa, después de esta entrevista que amablemente nos concedió, me encuentro con que Jorge es eso y mucho más: es protagonista viviente de esa historia, con un sinfín de historias por contar – que esperamos con ansias –, un generoso cronista que transpira su amor por la música en sus palabras y en sus textos. Además, Jorge ha logrado una de las más difíciles tareas en la vida: dedicarse a su arte, a su afición, y a su familia y responsabilidades asociadas, en una admirable labor de equilibrio.
Jorge confiesa que “escribir es una oportunidad inigualable para expresarme” y a lo largo de esta interesantísima entrevista nos permite conocer los motivos por los cuales es considerado como uno de los más informados personajes de nuestro entorno musical.
Tal vez a través de estas líneas, aquellos que cuestionan los motivos por los cuales se presta tanta atención a sus comentarios, a los orígenes, se den cuenta de que Jorge es toda una institución en nuestro medio que se ha ganado el derecho de opinar – como bien apunta – y, de esta manera, puedan abrevar un poco de sus conocimientos y amistad. Acaso así lo aprecien aún más, como sucedió conmigo.
Enhorabuena, Jorge.
Gerardo Saviola
gerardo.saviola@gmail.com
Muchas gracias por atender a nuestra solicitud, Jorge. Para iniciar, ¿nos proporcionas tus generales: lugar y fecha de nacimiento, padres, consorte, hijos, etc.?
Me llamo Jorge Carlos Cervera Ramírez. Nací el 12 de febrero de 1958, siendo mis padres Julio Cervera Escalante y María Teresa Ramírez Aznar, ambos finados.
Estoy casado con mi esposa Esperanza Cosío Uribe, y tenemos dos hijos: Julieta y Jorge Armando.
Comencemos con tu carrera artística, ¿de dónde nació tu afición a la música? ¿Qué música se escuchaba en tu casa, a qué artistas recuerdas?
A los 3 años de edad, mi hermana Tere y mis primas se reunían en la casa a escuchar el ritmo de moda: el rock&roll en español, interpretado por Los Teen Tops, Los locos del ritmo, Los rebeldes del rock, y otros. Cumpliendo los 4 años, los Beatles alcanzaban la cima con su éxito “Love Me Do” y de inmediato fueron idolatrados por mi hermana, quien compraría todos sus discos. En la casa, mi madre escuchaba todos los días música clásica, principalmente a Mozart y Chopin. A mi padre le gustaba la trova yucateca, el son cubano y la bohemia romántica en general.
¿Qué recuerdas de la música esa época? ¿Qué nos puedes platicar del ambiente de la música cuando asistías a la escuela?
Recuerdo que mi tío, el periodista Luis Ramírez Aznar (+) – colaborador en el Diario del Sureste, Novedades y Por Esto – nos llevaba de la mano a mi hermanito Julio Javier y a mí a las estaciones de radio XEFC y XEQM, a las tardeadas que organizaban con la presentación de grupos y transmisión en vivo en una especie de terraza que se llenaba de estudiantes que querían oír las rolas de moda con grupos locales pioneros como los Frenéticos, Platinos y Espaciales. Quizá, siendo unos niños de 6 años, no nos dábamos cuenta aún de lo que sucedería después con este ritmo que parecía escucharse en todos lados: fiestas, kermesses, bodas, XV años, etc.
¿Cuál fue el primer artista y cuál el primer disco que te marcó?
Llegando el año de 1967, en plena era psicodélica, conocimos a una persona de unos 25 años de edad, recién llegada de San Francisco, quien nos recomendó escuchar con atención a un grupo llamado Rolling Stones que eran más “locos y arriesgados” que los Beatles, pues ambos acababan de sacar unos discos que habrían de revolucionar la música: Sgt. Peppers y Satanic Majestic Request. Gracias a esos dos álbumes fue que empecé a comprender y valorar todo lo que podía implicar un disco: desde el arte y diseño de portada, la producción, el mensaje, la creatividad y la ejecución instrumental. Pero el disco que realmente me marcó para toda la vida fue el “smash hits” de The Jimi Hendrix Experience, un tipo afroamericano que tocaba la guitarra como jamás habíamos escuchado y con unas canciones un tanto “raras” en comparación a lo antes conocido.
¿Cuándo inició tu afición por el rock y qué la detonó?
Pienso que esa afición ya estaba en marcha, pero un grupo y disco que literalmente detonó todo fue el “Disraeli Gears” de The Cream, que además se convirtió en el primer disco importado que pedí como regalo de navidad a mi tío Gabriel, quien vivía en el DF. Cuando lo tuve en mis manos, observé con detenimiento ese loco dibujo de la portada y, sobre todo, cuando escuché los extraños ritmos e improvisaciones basados en el rock, el blues y el jazz, aderezados con un poderoso sonido creado por solamente tres pero grandiosos músicos, percibí que el rock significaba mucho, pero mucho más, que sólo música. Eso sería algo que trascendería en mi vida.
¿Alguien más, además de tu carnal, compartía esta afición? ¿Cómo te veían en tu casa?
Afortunadamente mi carnal Javier (más conocido como el Cuco) resultó tan – o aún más – apasionado con el rock. Así que realmente no nos hacía falta nadie más para disfrutarlo, por lo que mis padres pronto entendieron que esa era la música que más nos “entretenía”. Así que nunca nos prohibieron escucharla, siempre y cuando fuera a un volumen razonable y después de cumplir las obligaciones familiares. También supieron utilizarla como “castigo”, pues bastaba decomisarnos algunos discos para hacernos sufrir y ¡¡hasta llorar para que nos lo devolvieran!!
¿Cómo le hacías para adquirir discos y cuál recuerdas que fue el primero que sentiste como “trascendental” y por qué?
En 1968, ante un mal año escolar, fui obligado a trabajar en las vacaciones. Mi tío Luis me acomodó como auxiliar del laboratorio de fotografía del Novedades de Yucatán. Ya para eso, cada cumpleaños o navidades no pedíamos ropa o juguetes, pedíamos discos de rock. Pero esa navidad quedé “traumado”, pues salía en México el disco que contenía la rola más larga (17 minutos) jamás grabada: “In-A-Gadda-Da-Vida” de Iron Butterfly. Como andaba castigado, pues tuve que ingeniármelas para adquirirlo. Hice una especie de apuesta con compañeros del diario: uno me ofreció 100 pesotes por subirme a una antena de transmisión de unos 20 metros de altura que estaba situada en el techo del edificio, para cambiar un foco que estaba en la punta. De inmediato hice números y me di cuenta que me alcanzaba justo para el mencionado disco. Así que imprudentemente me subí a esa delgada estructura, que se balanceaba con el viento, ¡¡y cambié el foco!! Ya se podrán imaginar el regaño que le dio mi tío a esos trabajadores por arriesgarme de tal manera. Pero eso ya qué importaba: había logrado el dinero para comprar el añorado vinil.
¿Cómo fuiste expandiendo el círculo de amistades en el medio del rock?
Como mis padres jamás nos prohibieron escuchar rock, a diferencia de muchos que nunca lo admitieron en sus hogares, pronto los amigos y vecinos con los que jugábamos futbol, béisbol o kimbomba callejero, se quedaban en la casa a escuchar en una consola estéreo nuestros discos de rock. A los que no sabían ni qué onda con eso les empezó a interesar y gustar. Además podían aprender de las revistas especializadas que coleccionábamos mi hermano y yo. Así, poco a poco corrió la voz de que ¡en la casa de los Cervera se podía escuchar rock a todo volumen!
¿A qué edad decidiste intentar como músico? Platícanos de tus inicios como músico: quién te enseñó, por qué elegiste la batería, ¿hay algún otro instrumento que toques?
Realmente considero que mi incursión como músico fue tardía, aunque se dice que nunca es tarde cuando la dicha es buena. Casi tenía 40 años cuando empecé a vislumbrar que podía hacerlo. Desde siempre me gustaba ir al ensayo de cualquier grupo que me invitara a escucharlo, y la batería me llamaba mucho la atención, aunque en general amo la música y me gustan todos los instrumentos. Pero fue mucho antes, en 1978, cuando unos amigos músicos de rock (Pepe León y el “Boni” Barreiro) me preguntaron si no quería tocar la bataca con ellos, se hacían llamar “Kan-avis” y ponían a mi disposición la batería para practicar. Acepté y logramos sacar algunas rolas. De pronto estábamos tocando en la prepa 1, ante un auditorio a reventar e incluso mi hermano cantó con nosotros. Ese sueño no duró mucho y no volví a tocar.
En 1996 un gran baterista y mejor amigo –Gabriel “Judío” Ocampo Pedro (+) – me insistió que le comprara una batería que estaba vendiendo a buen precio y con facilidades. Me convenció y se la compré. Por poco no me dejan entrar a mi casa reprochándome que por qué la bataca, si habían otros instrumentos más bonitos como el piano o guitarra, que te permitían tocar solito. Haciendo caso omiso, metí la Sonnor a mi cuarto independiente y me encerré diariamente durante 6 meses, poniendo discos de mis bandas favoritas. A lo largo de 3 horas (saliendo de trabajar a las 3 de la tarde) aporreaba los tambores, tratando de seguir el ritmo y tiempos de las rolas.
Cuando me sentí en condiciones físicas y mentales adecuadas, invité a un amigo –Luis Sosa– que tocaba la guitarra líricamente a ensayar para ver qué pasaba. Aceptó. ¡Se trasladaba en bicicleta de Chuburná hasta cerca de Pacabtún! Vaya que eso eran ganas reales de hacer algo.
¿Quiénes son tus influencias musicales como intérprete en la batería?
El primer bataco que me impactó fue Ginger Baker, de Cream. Luego fuero Ian Paice de Deep Purple y Lee Kerslake de Uriah Heep. Actualmente Simon Phillips (801, Michael Schenker Group, Toto, Judas Priest), Marco Minneman (Illega Aliens, Necrophagist, Joe Satriani) y Terry Bozzio (Frank Zappa, Korn, Fantômas).
Si te pidiéramos que eligieras una banda como tu favorita, ¿cuál sería, y por qué razón la elegiste?
Pregunta difícil para mí, que me gusta el rock en todas sus épocas y variantes, y donde cada una tiene a sus grandes bandas. Lo que si te podría contestar, en ese orden, son mis géneros favoritos: HARD&HEAVY, ROCK PROGRESIVO Y EL BLUES.
¿Cuál fue tu primera banda y quiénes te acompañaban? ¿Qué tipo de música interpretaban? ¿Cuál fue su principal logro, a tu juicio?
Oficialmente, como mencioné anteriormente, el grupo donde por primera vez toqué (en 1978) se llamaba KAN-AVIS. Interpretábamos covers clásicos. La banda únicamente duró 3 meses. De 1996 a 1999 formamos LA TRANCA (tocábamos rock urbano) junto a Luis Sosa (el Quetzal) en guitarra, bajo y voz, y nos completaba un grandioso amigo y bajista, a quien le debo mucho de lo que sé como músico: Mike Barrera. Para mí el principal logro de la primera fue haber tocado con solo 3 días de ensayo previo en el auditorio de la prepa. De la segunda: ¡haber sido solicitados y debutado en un programa de TV canal 13! ¡Algo que muchas bandas buscan toda su vida sin lograrlo!
¿En qué otras bandas has participado, y quiénes te acompañaron en esos proyectos, cuáles fueron los logros?
Casi acabando de disolverse La Tranca, fui invitado como baterista emergente del grupo BACK IN TIME, liderado por mi amigo Carlos Bojórquez, indiscutiblemente los mejores tocando covers de rock de 1996 al 2002, ¡y además cobrando bien! Esa fue una gran experiencia para mí, pues tocaba al lado de músicos hechos y derechos. Solo pude acompañarles durante su último mes: el grupo tronó por motivos extra-musicales.
Terminando, fui invitado por otro amigo baterista –Rodrigo Tovar– a formar un grupo que tocara rock original sin límites, ni censuras, ni clasificaciones. Así nace IN VITRO MUSIC LAB, bautizado así porque precisamente pretendíamos ser un laboratorio musical que nos permitiera hacer todo tipo de mezclas y fusiones raras: heavy, hard, progresivo, regaee, jazz, blues. Basta decir que el bajista Germán Muñoz provenía del metal más extremo; el actor de teatro y guitarro Gabriel Moreno enloquecía con el grunge – Pearl Jam, Nirvana, etc. –, y el vocal, tecladista y percusiones Rodrigo Tovar es un apasionado de Sabina, Corcovado, Silvio, Rockdrigo, etc. El círculo se cerraba conmigo: abierto a todo estilo y más que dispuesto, pues al fin se presentaba la oportunidad de crear algo propio. Ya bien inmerso en la creatividad de In Vitro – con quienes hemos impuesto un récord local inédito: ¡¡llevamos 13 años con los mismos elementos!! –, fuimos únicos invitados –después de recorrer prácticamente todos los foros y espacios locales– a participar en el Festival Musical del Centro Histórico del DF. También una rola nuestra (“Ella”) fue seleccionada por un videasta francés para musicalizar un documental sobre Yucatán y, a pesar de no tocar covers , este 2015 fuimos invitados a participar en el 19° festival dedicado a los Beatles en el DF, afortunadamente con buena aceptación. Actualmente estamos terminando la grabación de nuestro tercer disco, para luego organizar una minigira para presentarlo. En los últimos 2 años formé parte de un proyecto de rock urbano de Igor Ortega y Luis Sosa llamado HARP BLUES, con el que logramos presentarnos como abridores del grupo chilango SAM&SAM, y pudimos grabar dos discos.
En tu experiencia, ¿por qué se deshace una banda?
¡¡UUFFF!! Indudablemente podrían ser: la falta de verdadera vocación o convicción de algún elemento; también cuando se forman sólo por diversión de adolescencia; también influyen las diferencias musicales y de objetivos comunes; o los consabidos pleitos personales o egos muy crecidos; y hasta cuando alguno se casa o empieza a trabajar. Por eso formar una banda de rock que realmente dure es sumamente complicado y son muy pocos los que lo logran.
¿Tienes algún proyecto musical actualmente?
Además del proyecto de mi vida, IN VITRO, inicié con con una banda que interpreta uno de mis géneros favoritos: el Blues. Bautizados como POLILLA BLUES BAND, la integramos veteranos como Mike Barrera al bajo, Rafael Escalante guitarra slide, Germán Muñoz Couoh en voz y armónica, Vinnie Luis en guitarras, y un servidor en los tambores.
Ahora platiquemos sobre la faceta de escritos y archivista, ¿qué te hizo decidirte a escribir tu crónica y publicar tu libro? ¿Quiénes te impulsaron? ¿Cuándo comenzaste a escribir para periódicos y cómo se dio la oportunidad, cuánto tiempo llevas haciéndolo?
En 1978 tuve mi primera experiencia en la radio, cuando José Contreras me invitó a hacer un programa dedicado al rock en Radio UADY llamado VIBRACIONES DE ROCK. Posteriormente, entre 1985 y 1989, participé en el boom del rock en la radio local, colaborando en diferentes programas especializados en rock, como el CLUB AMIGOS DEL ROCK, ROCK COMPUTARIZADO, EL ROCK – UN SUCESO MUSICAL, TRES A LAS TRES; y como conductor y productor en LA ONDA DE LAS 10.
Corría el año de 1984 cuando, platicando con el gran master y forjador rocker Wilberth Góngora López (Dr. del rock) – compañero inseparable de mil batallas rocanroleras–, me dijo: “Jorge, toda esta historia que hemos vivido muy de cerca –como muy pocos– corre el riesgo de quedar en el olvido si alguien no se ocupa de registrarla. No veo a nadie más calificado, o con la autoridad que da toda una vida inmerso en el rocanrol, para hacerlo que tú.”
Esas palabras se me quedaron muy grabadas y empecé a hacer mis primeras crónicas literarias. Así que envié, en 1986, una sobre el rock en Yucatán a las revistas especializadas de circulación nacional –CONECTE y BANDA ROCKERA– y grande mi sorpresa de verlo publicado ¡al mes! Eso, sin duda, fue un estímulo para mí. Pronto empecé a colaborar en revistas independientes locales como SINTESIS. Curiosamente, en el Otoño Cultural de 1987 fuimos invitados Wilberth, Conrado y yo a dar la primera conferencia sobre rock en español que se ha dado en Yucatán. Iniciando los 90 creé, junto a Conrado Roche, una revista fotocopiada llamada EL COCOYOL VOCERO DE LA CONTRACULTURA, con colaboraciones literarias y visuales de verdaderos artistas y algunos amigos.
En 1991 se funda el periódico POR ESTO! siendo yo el primero en publicar sobre rock en la sección de cultura. Al comprobar que había un total respeto y cero censura, continué colaborando como hasta el día de hoy. Entre 1992 y 1996 empezaría la fiebre de los llamados FANZINES y escribiría artículos para PROPUESTA ROCANROLERA, BANDAS UNIDAS, EL MITNAL.
En 1993 incursioné como guionista y productor en la TV local, invitado por Ricardo Pat, otro gran amigo y conocedor. Hicimos durante un año el programa METALMORFOSIS, junto a amigos conocedores como Rach Castillo (+), Rubén Gonzalez, Julio Cauich y Jorge Bisogno.
Iniciando el presente siglo produje, escribí y conduje el programa radial PLANETA ROCK durante dos años, a través de una nueva estación cultural llamada RADIO ECOLÓGICA. Mientras, seguía escribiendo artículos para revistas como ALTERARTE, SOMA y DESDE EL BALCÓN. Tuve la suerte, junto con Ricardo Pat, de ser seleccionados por Alex Lora para que un escrito mío y caricaturas de él se publicaran, en 1993, en el libro biográfico llamado “Lora, Vida y rocanrol”, de Arturo Castelazo.
Al fin, entre el 2004 y el 2011 pude culminar aquel añejo compromiso: escribir la primera parte de la historia del rock en Yucatán, abarcando de 1960 a 1980.
¿Cómo lograste combinar lo familiar, el trabajo, la música, la faceta de escritor, y tus proyectos?
Realmente siempre ha sido complicado, pero muy estimulante, combinar todas esas actividades sin que choquen con el trabajo, familia, etc. Quizá me lo ha facilitado de alguna manera permanecer activo dentro de la cultura rock desde hace ya más de 40 años, y contar con el apoyo incondicional de toda mi familia, a pesar de que nunca me ha redituado económicamente como para poder vivir de ello.
¿Alguno de tus hijos ha expresado interés en seguir tus pasos musicales o literarios?
Yo siempre he creído en el respeto hacia los demás.
Julieta, mi hija, creció como muchas adolescentes: bajo el influjo de la música comercial y realmente nunca se interesó en la música en general.
Jorge Armando creció conociendo y escuchando la música rock de mi colección. Yo le platicaba que realmente tenía suerte de haber tenido un padre con el interés de enseñarle los cómos, por qués, y cuándos del rock mundial; de lograr que aprendiera realmente a escuchar la música y así poder diferenciar a un virtuoso, a un buen compositor, ejecutante, vocalistas, de los del montón y, desde luego, a apreciar a las mejores bandas. En algún momento pareció interesarse en la guitarra y batería, pero no pasó de ahí.
Sin embargo, ninguno desarrolló la misma pasión musical o literaria que yo.
Ahora bien, no me frustra, ni decepciona, pues siempre he creído en el respeto irrestricto hacia lo que cada quien cree o le gusta, y mucho menos traté de imponerles algo. Llevamos una magnífica relación, y cada vez que pueden están presentes en las tocadas.
¿Tienes algún proyecto como escritor actualmente, tal vez la continuación de tu libro?
Desde luego que estoy escribiendo ya la segunda parte. Estoy seguro de que me alcanzará para hacer una tercera en los próximos 2 años.
¿Qué período abarcarás en el tomo 2?
Mi intención es completar la trilogía, pues creo que hay material suficiente para hacerlo.
Este segundo libro abarcará de 1980 hasta el 2000, y un tercero cubriría ya el siglo 21, hasta que termine de escribirlo.
Te has hecho de una reputación como autoridad en la materia del rock en nuestro estado, ¿te ha ayudado o te ha perjudicado esta etiqueta?
Es muy satisfactorio haber llegado a este punto, que supuestamente me da un “estatus”. Debo mencionar, sin falsa modestia, que JAMÁS cruzó por mi mente esa posibilidad. Creo se fue dando de manera natural. Muchos amigos me han comentado que, aunque yo no lo quiera, he adquirido en base a mi pasión, conocimientos, constancia y convicción, un verdadero compromiso con el rock en Yucatán y que mis opiniones tienen mucho peso.
No niego que he pensado hasta qué punto vale la pena todo esto. En qué es lo que voy a ganar.
No siento que me haya perjudicado en lo absoluto pero sí en que, de alguna manera, sí afecta pues el compromiso cada vez crece más, pues los amigos no sólo me buscan por mis discos, sino también para apoyarlos, recomendarles, ayudarles con la difusión, dar consejos, fungir de mediador, ser un afortunado invitado para ser entrevistado, para organizar eventos, etc. Disfruto el hecho de ser, quizá, el único de mi generación que sigue activo plenamente dentro de esta escena que cada día crece más. Haber sido testigo, a lo largo de 4 décadas, de cómo han surgido, evolucionado y tronado promotores, grupos, escritores, músicos, conocedores, así como la partida anticipada de varios amigos y talentos, ¡creo que todo esto me da cierto derecho de opinar!
En tu libro hablas de la eterna, y desleal, competencia entre la música popular (lo que ahora vendría siendo lo tropical, apoyada por sindicatos y agrupaciones de músicos), y los músicos de rock. ¿Cómo ves el panorama ahora? ¿Qué recomendaciones pudieras hacer, tanto desde tu perspectiva de músico como de historiador, para que cambiara el panorama?
Pienso que no hay mucha diferencia en lo que respecta a la competencia y la indudable preferencia de las mayorías hacia el consumo de la música comercial y tropical. Prácticamente es lo mismo que hace 30 años. Los sindicatos están un tanto desprestigiados, y la prueba está en que hasta la fecha creo que ningún grupo de rock yuca está afiliado. Lo que sí puedo afirmar es que el rock y sus músicos están en clara desventaja con respecto a otros géneros. Por esa falta de profesionalismo, disciplina, organización, etc., son muy contados los grupos que se dedican al 100% a esto y que puedan “competir” en infraestructura, equipamiento y difusión con otros colegas.
Tu página de archivos del rock en Facebook ha alimentado la controversia en algunos tópicos, lo cual atestigua la diversidad de opiniones en nuestro medio. ¿No te cansa ver tantos que buscan restar y dividir en vez de sumar al movimiento del rock? ¿Qué les dirías?
Realmente, cuando me decidí a crear los 6 grupos que administro en el Facebook, lo hice –antes que nada– por disponer del tiempo y sin tomar en cuenta el grado de interés que despertarían. Desde luego que el más visitado es el de los ARCHIVOS DEL ROCK YUCATECO que, efectivamente, ha propiciado algunas polémicas y controversias. Afortunadamente son muchísimos más los comentarios positivos, propositivos y que hasta agradecen que exista el sitio, pues ahí pueden aprender de las raíces, de los pioneros de todo esto. Sobre todo, les gusta y motiva que alguien se preocupe de dar a conocer la historia a través de estas sensacionales plataformas digitales.
Creo que gente negativa en toda actividad laboral, intelectual o lúdica, siempre ha existido y existirá. Motivados por sus egos, traumas, envidias, con baja autoestima, en busca de reconocimiento, o muy pagados de sí mismos, son los que creen que el rock empezó a partir de ellos o de lo que conocen, gente que piensa que lo pasado ya pasó y que no vale la pena conocerlo o recordarlo, etc. A todos ellos les diría que, antes que nada, si la cultura rock realmente les apasiona, que se documenten, que lean, que conozcan los orígenes, que estén realmente convencidos y crean en lo que hacen o escuchan, que aprendan a respetar y no ser intolerantes.
La música rock está basada antes que nada en la LIBERTAD, es una fuerza expresiva que ha permitido a varias generaciones expresarse y gritar a los 4 vientos su sentir, sus penas, denuncias, alegrías, inquietudes, a través de su propia filosofía. Eso es lo que diferencia a esta música de muchas otras.
Además de tu constante presencia, presentas muchísimo material: ¿cómo te llega ese material fotográfico?
Mucho del material setentero que circula yo mismo lo fotografié, y a duras penas recopilé. Lo de los 60 me fue confiado y extraído de los viejos álbumes familiares de los propios personajes que lo vivieron, y que jamás se había publicado. De los 80 en adelante también logré captar muchas imágenes, y las demás me las han compartido gente que yo estimo mucho, e incluso hasta personas desconocidas (para mí).
¿Cómo te gustaría que te recordaran?
Simplemente como alguien que amó y vivió el rock local muy de cerca y honestamente, que coleccionó, disfrutó y compartió el rock universal a todo aquel que se interesó realmente. Puedo presumir y sentirme agradecido con toda la gente rockera, o no, que me ha brindado su amistad y compartido sus conocimientos y experiencias, pues ello me ha servido para crecer como rockero y como persona.
Me permito aprovechar para anunciar los otros grupos del Facebook que administro y que me gustaría los visitaran pues, como amante del rock, creo que vale la pena conocerlos.
PLANETA ROCK: avisos, anuncios, videos de rock diversos, opiniones, fotos, etc.
LOS ETERNOS INCONFORMES: Muy buena información, videos y notas de primera mano sobre la situación política y social de México y el mundo, desde diferentes puntos de vista y que no se publica normalmente.
HUMO SAPIENS: Todo lo que quisieras saber sobre la mariguana y su posible legalización con fines médicos o recreativos.
LAS ROLAS INMORTALES DEL ROCK: Un compendio cronológico de videos del mejor rock y bandas, extraídos del You Tube, pero muy bien seleccionados.
EL ROCK, MÁS ALLÁ DEL ROCK: Inigualable selección de grupos y músicos de todos los países que a lo largo de la historia se han atrevido a hacer, fusionar y crear cosas diferentes en la música rock y sus derivados.
EL CALLEJÓN DEL BLUES: Impecable recorrido por todos los caminos y estilos del blues y sus más destacados autores, desde la prehistoria hasta la actualidad por todo el mundo.
IN VITRO MUSIC LAB página del grupo
POLILLA BLUES BAND página del grupo.
Te comento que todos estos sitios son abiertos para ser vistos por todo público, a excepción de HUMO SAPIENS.
¿Algo más que desees agregar, Jorge, para cerrar la entrevista?
Pues, antes que nada, agradecerte a ti, a Diario del Sureste y, en general, a toda la gente que ha sabido apreciar en su justa dimensión mi “labor” en pro del rock, de difundir su cultura, practicar –en la medida de lo posible– su filosofía, apoyar en los hechos a la escena local, tratando de mantenerme lejos de intrigas, mala leche, envidias, egoísmos, intolerancia, etc.
Creo ser de los pocos que se han mantenido firme y actualizado por esta música, que ha sido testigo de su evolución, y aguantado sus malos momentos. He tenido la fortuna de ver cómo llegan, se reproducen y mueren muchos dizque rockeros: desde músicos, coleccionistas, seguidores, villamelones, a través de ya más de 4 décadas.
No me interesa realmente figurar, ni me he sentido nunca un mesías, iluminado o salvador del rock. Me siento parte de él y él ha sido fundamental en mi vida.
Creo que sólo la familia está antes, y espero seguir así hasta el último aliento.
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Creo que es una de las entrevistas más completas que me hayan hecho y eso lo agradezco mucho a todos los que algo tuvieron que ver, así como el haberme dado un espacio para platicar algo de mi propia historia que fué, es y seguirá de la mano del rock..saludos
gracias a todos los que tuvieron que ver con esta entrevista
Como puedo conseguir un libro?. Me interesa
Placentero leer sobre un gran amigo y admirable persona que vive y disfruta de lo que hace.