EN LA COSTA YUCATECA: X.E.O.K., “RADIO PORTEÑA”
A mi fraternal amigo y compañero de banquillo (no de acusados sino de colegio, conste), Romeo Frías Bobadilla.
Corría el año de 1940. La hermosa y sonriente ciudad y puerto de Progreso lucía sus mejores galas. Era el 1° de julio y la antesala de Yucatán celebraba uno más de los aniversarios de su fundación, el número 69 y, claro está, los progreseños, todos sin excepción, nos disponíamos a recordar – esto es un simple término, pues nunca los hemos olvidado, mucho menos a su ilustre creador y apóstol – a Don Juan Miguel Castro.
Autoridades civiles y militares no olvidan que en ese tiempo Progreso era la única entrada del Estado. Ahí estaban los Consulados, la Zona Militar, Migración, Aduana, Salubridad y, en una palabra, todas las dependencias que, a su vez, estaban invitadas para participar en las ceremonias alusivas por tan fausta efeméride.
Progreso vivía los felices días de la supremacía deportiva estatal. En fútbol era el poderoso equipo de “Maniobras Marítimas”, auspiciado por la organización obrera de donde tomaba su nombre, el que marcaba la pauta frente a las oncenas de la capital yucateca: Universidad, Deportivo Peninsular, Escuela Modelo, y otros. Y es que la poderosa aplanadora porteña contaba entre sus filas al Teniente Agustín Garduño, Antonio Barallobre, Burrito Ramírez, Manolín Pérez, León Ferretis, Marcial Magadán, “el Chel” Raúl Sabido Morales, Julio Gutiérrez, Chilo Cortés, Eduardo Padrón, Evo Angulo, Genaro Cortés, Cesáreo Gómez, Hernán Morales Medina, Edmundo Pérez y, más adelante, Rafael y Rodolfo Serratos, Satur Castro, Boxona Santana, Antonio Moncada y Amado Martínez. En fin, era una auténtica máquina futbolística que, como se decía, “arrollaba” a sus adversarios.
Por otra parte, en el béisbol Progreso contaba con su invencible novena llamada “Águila”. Sus componentes, todos brillantes figuras del deporte, eran Ramiro Alcalá “Chantúa”, el larguirucho Nico Peraza, Porfirio “Chicalín” Trejo, Ramiro “El Gato” Quijano, Carlos “Toyo” Osorio Cabrera, Rafael Tintoré, El Oso Cetina, Claudio Manzanero, el cubano Eduardo Piñón – que vivía al final de la calle 31 poniente, contraesquina del establo de don Luis Chíu, a escasos metros del cementerio antiguo –, Eduardo García “Nali”, Andrés Aranda, Esteban Cordero, Julián Aranda, y dos pítchers que comenzaban a destacar: Filete Jiménez y Edilberto Frías, el mayor de la dinastía de “Los Pinoles”. Se jugaba en el único campo existente, el BBG Juárez como se le denominaba que era propiedad de don Anastasio Díaz, prominente directivo de la institución “Maniobras Marítimas”. Se recuerda que en esos tiempos venían equipos de La Habana, como el “Cuban Stars”, “Black Stars”, “Almendares” y otros que en Mérida vencían a las novenas de la Cervecería Yucateca, Boldo Hermanos, Club Mérida, etc., pero nunca pudieron ganarle al “Águila” de Progreso cuando jugaron en el deportivo Juárez, presentando auténticos duelos de béisbol por la calidad de los jugadores cubanos y, por otro lado, la garra y enjundia de los porteños.
¿Lo recuerdas amigo, Romeo? ¿Te acuerdas de la World Line y sus trasatlánticos “Morro Castle”, “Siboney”, “Oriente”, “Monterrey”, “Havana”, “Esperanza” que unían Progreso con Nueva York, La Habana y Veracruz? Asimismo la compañía Brovig, entre otras unidades que llevaban al extranjero nuestro “Oro Verde”, base de la economía yucateca en aquellos dichosos tiempos; el “Munplacé”, que comunicaba semanalmente, sin fallar, los puertos de Tampico, Veracruz, Progreso, Nueva Orleáns, transportando carga y pasajeros para dichos lugares, también era otra importante vía de transportación, como los vapores “Emancipación”, “México”, “Coahuila”, después “Uxmal”, “Tabasco”, “Sonora”, “Puebla” y otros como ellos, que hacían la ruta Tampico, Veracruz y Progreso. Como no había carretera ni Ferrocarril del Sureste, solamente se viajaba por barco, lo que hacía que los pasajeros se dieran el lujo extra de contemplar el más bello espectáculo: la hora del crepúsculo o bien del alba en medio del mar. En verdad no existe nada más hermoso.
Pues bien, ese esplendoroso día todos los edificios públicos lucían su Bandera Nacional a toda asta; los barcos surtos en la bahía estaban adornados con todas las banderas de su código de señales marinas; los estudiantes y deportistas, listos para sumarse al desfile conmemorativo y demás eventos programados.
Dentro del calendario de festejos se contemplaba la inauguración de la primera radiodifusora instalada en el puerto, la cual se ubicaba en el cruzamiento de las calles 30 y 43; estaban los pilotes que sostenían la antena dentro del agua en la ciénaga lo que, según su técnico, ingeniero Arturo Piña Pérez, propiciaba el aumento de la radiación y el mayor avance de la señal de la emisora, de tipo comercial, y cuyo impulsor fue el señor Don Guillermo Urcelay González, a la sazón propietario de una gasolinera pequeña con medios rudimentarios, situada en el predio contiguo al Teatro Principal, joya arquitectónica que cayó bajo los embates de la piqueta asesina de lo bello para transformarlo en verdaderos adefesios, labor destructiva que desgraciadamente continúa hasta la fecha.
Así, el 1° de julio de 1940, Aniversario de la Fundación de Progreso, esta primera radiodifusora fue inaugurada por el Gobernador Ernesto Novelo Torres, vallisoletano que por su profesión de telegrafista fue Presidente del Consejo Municipal al ser desconocido por el Ayuntamiento encabezado por don Gaspar Vivas Marfil, hermano menor de don Álvaro de los mismos apellidos; don Ernesto fue después diputado, Tesorero General del Estado y Gobernador Constitucional. La radiodifusora inaugurada tenía las siglas X.E.O.K., y se le denominó “Radio Porteña”. Su frecuencia autorizada: 1430 kilociclos y su potencia de 100 watts.
Sus locutores fueron Wilberth y Edgar López, Leopoldo Moreno, Alfredo Montero, conocido como “Pituso”, y Fernel Alfredo Bobadilla Noriega quien más adelante, a base de estudios y gran capacidad, fue uno de los primeros técnicos de Telesistema Mexicano, hoy Televisa. Comentaristas de la naciente emisora, tanto sociales como deportivos, Carlos y Antonio Moncada Rivero. Los operadores eran ellos mismos, turnándose la rotación.
X.E.O.K. era llamada popularmente “La Voz de los Bolines”, pequeños peces que nadaban alrededor de los postes de las antenas que, como antes dijimos, estaban en medio de la ciénaga, lo cual contribuía a mejorar el avance de la señal.
Los elementos artísticos que actuaban en los programas de la nueva X.E.O.K.: Soprano Addy Martínez Ongay; tenor Manuel Gómez, más conocido como “Bolona”; Pepe Martínez y su grupo de trovadores; Nidia Linares Novelo; María Luisa Rebolledo; Los Panchitos; Amira Aragón García; los cancionistas Juan Rosas y Raúl López, que cantaban a dueto y en ocasiones como solistas; la excelente declamadora Rita María Bauzá Romero; así como los pianistas Loyda y Hernán Loría Prado; Chucho Martín Gómez; don Manuel Reyes; Antonio Moncada Rivera, que ejecutaba melodías en jazz; y el destacado maestro don Demetrio Rosado Basto Quintal, aún vivo, que comenzó en la X.E.Z. de Mérida y continuó en la O.K.
En estos y otros programas participaba el conjunto de Cheto Rebolledo, integrado por músicos de primera categoría, entre ellos Manuel y José González, conocidos en el ambiente artístico como los “Pipirines” y que con el tiempo llegaron a poseer una orquesta de renombre; lo mismo que el conjunto del distinguido musicógrafo don Cornelio Cárdenas Samada, de renombre internacional. No faltaba, en espacios de alegre ambiente tropical, el conjunto del simpático Negrito Maxim.
LA X.E.O.K. con el tiempo fue trasladada al Teatro Principal del puerto, donde permaneció hasta su desaparición por motivos que se ignoran, pues sus emisiones siempre fueron claras y con apoyo comercial suficiente.
En tanto, en el ámbito social y político resonaban los nombres de Lino Muñoz, Rodolfo Izquierdo, Sixto Frías Bobadilla, Daniel Loera, Ignacio Arteaga, Guillermo Romero, Álvaro J. Sierra, Arturo Iturralde Barrera, Guillermo Martín Nelly, unos antes y otros hoy, todos honestos luchadores sociales de reconocida honradez y prestigio.
A la par que se va disipando el recuerdo de la efímera X.E.O.K., se agiganta en nuestra mente y gratitud la figura bienhechora de los insignes maestros Filemón Villafaña Farfán, Herminia Cámara Castilla, David Arceo, Armida Vela, Raúl Gamboa, Micaela Rivero, Manuelita Arce, Sarita Encalada, Magda Bauzá Romero, Antonia Cuevas Vda. de Ramírez, Inés Vargas, Idea Manzanero, Raquel Escamilla, Altagracia Villamil, Lolita Minaya, Sarita García, Maruchita Brito, Chelito Ruz y tantos esclarecidos MAESTROS que nos sacaron de la ignorancia total. Gracias a todos ellos y al inspector escolar de esa época, Profr. Antonio Bustillos Carrillo, uno de los biógrafos del mártir Felipe Carrillo Puerto.
La X.E.O.K. de Progreso se extinguió para siempre, pero la bella ciudad y hermoso puerto de Yucatán viviría eternamente con su proverbial gentileza y cordial trato para todos sus visitantes.
[Continuará la próxima semana…]
Rubén Eloy Ocampo