¿Hay que reinventar a México?

By on octubre 29, 2020

Pedro Escamilla

¿Qué le está pasando a México? Estamos hoy en una situación de polarización cada día más evidente: o se está a favor o en contra de las posturas del gobierno actual. ¿Es eso favorable para el desarrollo del país?

Se están formando bloques de organizaciones políticas, por ejemplo, la de 10 gobernadores –la Alianza Federalista– que plantea que, de no cumplirse sus demandas, existe la posibilidad de salirse del Pacto Federal, lo que en principio constituye una situación inédita para el país en los tiempos actuales: la posibilidad de una balcanización, del rompimiento del pacto federal. ¿Esta polarización es buena para el desarrollo del país?

La situación de la pandemia y el número de muertos nos coloca como el cuarto país con más defunciones detrás de Estados Unidos, Brasil e India y, de acuerdo con expertos, se está sub dimensionando ya que no está tomando en cuenta a los fallecidos en las casas y hogares de los mexicanos. También, hay que decirlo, la pandemia puso en evidencia la situación deprimente en materia de salud por la que estaba pasando el país: déficit en materia de doctores, en infraestructura, en enfermeras y enfermeros, con un cuadro básico de medicinas insuficiente y de baja calidad para la curación de los pacientes.

La pandemia no baja y, sin embargo, hay presiones para abrir la economía, resumir las actividades, ya que la situación así no puede continuar porque sería la desaparición definitiva, el cierre de muchas pequeñas empresas que son las que dan el ochenta por ciento de empleo a la mano de obra del país.

Una situación económica en crisis, paralizadas las actividades, desempleo creciente durante la pandemia, falta de liquidez de la población, sobre todo de la capa social más vulnerable, falta de empleo.

Tal parece que estas condiciones abonan más a la polarización del país, aunadas a una campaña desde las conferencias mañaneras que dice que México está en esta situación debido a la corrupción imperante que por treinta y seis años el modelo neoliberal promovió y que, por lo tanto, hay que reinventar a México. ¿Es que todo está podrido y hay que rehacer de nuevo a México? ¿Partir de cero?

El diagnóstico a simple vista muestra que el país ha estado sumido en la miseria: el sesenta por ciento de su población es pobre. Con la pandemia, 12 millones más se incorporaron a ella.

Por lo tanto, la situación social no es muy halagadora; en cualquier momento la violencia social se puede desencadenar.

La polarización sigue su marcha.

Se inicia una campaña para enjuiciar a los expresidentes, personajes responsables de ese modelo neoliberal; se les acusa de haber vendido al país, de promover la enorme desigualdad que tiene ahora México, de la corrupción. Se les ofrece al sacrificio, promoviendo una consulta para que decidan los mexicanos si hay que enjuiciarlos o no. De antemano ya se sabe cuál va a ser la decisión de esa consulta y, sin embargo, el Presidente afirma que él no está de acuerdo con que se les enjuicie en vez de, como pasa en otros países –Perú, Guatemala–, no  hacer ninguna consulta, solamente aplicar la ley y si son culpables se les castiga. Ya hay algunos en la cárcel, por ejemplo, Fujimori, del Perú.

Un persistente golpeteo a los medios de comunicación, prensa escrita, tv, una visión maniquea: los buenos y los malos, el blanco, la pureza, y lo negro la perversión, la impureza, la corrupción.

No se niega que el México actual es un mosaico representativo de lo negro, pero esa corrupción no es de todo el pueblo; si fuera así, la mayoría de la población no estaría como está. Fue saqueada, explotada, con salarios miserables para que, por costos y precios de una economía con tendencias monopólicas, pudieran sustraer el valor generado por la clase trabajadora.

Sin embargo, si se quiere atenuar la desigualdad se debería de democratizar la economía, no solamente la política. Su democratización permitirá distribuir mejor ingreso para las capas de la población más desfavorecidas. Sobre eso la política gubernamental no ha hecho nada.

Si un país quiere mejorar debe de conjuntar esfuerzos, intereses, voluntades y ser conducido por un líder con la enorme capacidad de aglutinar, de encausar a objetivos de corto, mediano y largo plazo a los factores de la producción, capital y trabajo, en una cruzada por México, con metas muy concretas a lograr en tiempo y forma. Para eso se requiere fomentar la unidad del país, a dejar las diferencias para otro tiempo y comprometerse a realizar los sacrificios necesarios en aras de la nación.

Veremos.

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