- Nelson Camacho
- José Ruiz Elcoro
- Siempre la sonrisa de Lucy
- Félix Guerrero, Batuta de Oro
- Jesús Gómez Cairo (+)
- Kiko Mendive
- Nicolás Guillén, Poeta Nacional de Cuba
- La revolución que quiso ser – IX
- Luna, Boleros y Son – II
- Luna, Boleros y Son
- Elena Burke, La Dama del Feeling
- La revolución que quiso ser – VII
- El Joropo Venezolano
El Humorismo en Yucatán (XXIV)
XIII
Continuación…
RUY DE LUNA – Un fino humorista yucateco nacido en la frontera del siglo XX, y aún en ejercicio magisterial en la Metrópolis, es Gregorio Ortega Quiñones, quien desde su juventud hizo popular su seudónimo: Ruy de Luna.
Volcó su humorismo en una estrofa vernácula muy popular, la bomba, que es una mezcla del madrigal y la sátira, sólo que esta última debe ser atenuada, a fin de no ofender a la destinataria, que es la bailadora de la jarana, forma de baile extendida en todo Yucatán desde los días de la Colonia, y que no es otra cosa que una adaptación al medio yucateco de la jota aragonesa.
Natural de Dzemul, poblado bastante cercano a la ciudad de Motul, Ruy de Luna fue partícipe destacado en las fiestas que se realizaban periódicamente por los años veinte, en Telchac Puerto, en la amplia residencia del opulento hacendado Vitaliano Campos según recuerda, en su documentada obra “Sensibilidad Yucateca en la canción romántica”, Miguel Civeira Taboada.
Del libro denominado “Bombas”, que publicó el vate Ortega Quiñones en 1925, tomamos las muestras siguientes del estro humorístico de su autor.
Con ese precioso terno
tan linda y graciosa está
que en adelante será
para usted mi amor eterno;
diga usted a su mamá
que tengo que ser su yerno.
Si te llega a pretender
alguno que tenga trazas
de quererte mantener
con puro kabax frijol,
dale, niña, calabaza
para que se coma el kol.
Dicen que hay otra jarana
mas yo no lo quiero creer;
tendrían que componer
el suelo desde mañana,
pues tan duro zapateas
que hoy, antes de terminar,
por más que tú no lo creas
lo vas a desbaratar.
Me han dicho, bella mestiza,
que es la vida un carnaval;
la comparación da risa,
pues según el dicho tal,
la muerte será ¡cabal!
un miércoles de cenizas.
En el mar se pescan peces,
ballenas y tiburones
y en el río, algunas veces,
langostas y camarones.
En tu casa la gatita
pone jaque a los ratones,
y en el baile, mesticita,
cazas tú los corazones.
Son tus labios, niña hermosa,
objeto de mis antojos;
son tan dulces y tan rojos
como la tuna sabrosa;
por eso bien te imaginas
que no te puedo besar;
tengo miedo de encontrar
tu boca llena de espinas.
Aunque te estén cortejando
no des a nadie tu amor,
mira, niña, que es mejor
vivir siempre zapateando
que, por culpa del amor,
lava, que lava y planchando.
Si el amor que te profeso
es más grande que mi vida,
¿cómo? mestiza querida,
¿cómo? dime por favor
¿puedo pasarme la vida
soltero y sin tu calor?
Que sabes muy bien bailar,
eso se deja entender;
pero debes aprender
lo que no debe ignorar
jamás ninguna mujer,
debes aprender a amar,
a cocinar y a tejer.
Conrado Menéndez Díaz
Continuará la próxima semana…
0 comments