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El Humorismo en Yucatán (XVIII)
VIII
A mediados del siglo editó sus poemas humorísticos en pequeño volumen mimeografiado, por falta de medios económicos para más decorosa impresión, el poeta festivo conocido como el Gallo Romero. No recordamos su nombre de pila, aunque sí que sus apellidos son Romero Rodríguez.
Este ameno escritor mostró siempre facilidad para el verso; destilaba en sus producciones humorismo del bueno y, sin embargo, no le produjo esta afición muchos pesos, muestra de lo cual es que apenas en 1950 fue cuando sacó a la luz pública su volumen arriba mencionado, al que intituló Miscelánea, mismo que guardamos como oro en polvo en nuestra biblioteca particular.
Entre otras tendencias de su musa se hallaba la del anuncio comercial, especialidad en la que nuestro Gallo mostró muy buen canto, como lo demuestran sus réclames a la tienda “El Peñón” (sita en la esquina de ese nombre, cruzamiento de las calles 61 y 52 de esta ciudad), y a un producto desodorante llamado N’olor que estuvo en boga hace como veinte años en Mérida.
El poema-anuncio de “El Peñón”, dice:
En la tienda de “El Peñón”
propiedad de don Gustavo
se vende pimienta, clavo,
pan, azúcar y almidón.
También se vende jamón
que come la gente rica,
y hasta lo que ni en botica
se vende en este cantón.
Don Eugenio, el dependiente,
simpático y bonachón,
con respetuosa atención
recibe a toda la gente.
Y aunque diga: “No doy fiado”
esto infringe el octavo
mandamiento de don Gustavo
pues fía al que es honrado.
El réclame al desodorante decía en sus tres cuartetas:
En la calle los chamacos
gritan en tono mayor:
el hedor de los sobacos
lo cura loción N’Olor.
Don Juan le dijo a Consuelo,
¿a qué se debe tu hedor?
No me gusta tu buñuelo,
usa loción N’Olor.
Si está histérica María
porque le apesta el sudor,
que cure su porquería
usando loción N’Olor.
En cierta ocasión el poeta se refirió a uno de tantos malapagas que hemos padecido, de apellido Pérez. He aquí su producción, titulada “El Lanzamiento de Pérez”:
El Lic. Baqueiro Cantón,
que es un valiente abogado,
con un soberbio empujón
arrojará a ese menguado
de la casa que no paga
hace mucho más de un año,
y ya se ha vuelto una llaga
que nos hace mucho daño.
Pedro Buendía el Secretario,
con valor e ímpetu ciego,
hará que nuestro adversario
tome las de Villadiego;
el maestro Manuel Herrera,
que es fiador de la quejosa,
hará que esa enorme fiera
ponga pies en polvorosa.
Y si sigue en su manía
y no abandonan la casa,
entonces la Policía
le aplicará bala-rasa;
y si a pesar de todo esto
no se sale el muy bribón
el Gobernador Ernesto
dará el último empujón.
Este Gallo tinterillo,
ayudando al lanzamiento,
le dará al maldito pillo
y sin ningún miramiento,
dos patáas en el fondillo.
Queremos también recordar su canto a un Parásito Vicioso, que claramente se advierte fue tomado del natural, pues abundan los tipos como el descrito:
Por tu vicio de borracho
te encuentras siempre maltrecho,
no tienes ni pal gazpacho
ni para pagar tu techo.
Te sientes muy satisfecho
retorciéndote el mostacho,
y nunca metes el pecho
como lo hace cualquier macho.
Más te gusta armar el picho
y fingiéndote muy mocho,
ir a casa de don Chicho
a mendigar un bizcocho.
Antes de llegar a chocho
debes de ponerte ducho,
y para dar en el ocho
no sigas siendo tan tucho.
Especialmente nos agradan sus refranes en verso, de los que aparecen más de setenta en la Miscelánea. He aquí unas muestras:
El loco por la pena es cuerdo,
esto nos lleva a entender
que al hombre, aún al más lerdo,
se le puede componer.
Más vale malo conocido
que bueno por conocer,
no cambie usted de marido
si no sabe usté escoger.
A caballo regalado
no se le mira el colmillo,
acepte usted con agrado
lo que no mengua el bolsillo.
Lo que abunda nunca daña
y menos al que es borracho,
si lo que abunda es la caña,
que se bebe sin empacho.
Antes que te cases
mira lo que haces,
en las cuestiones muy graves
o que tengan varias fases,
no te metas si no sabes.
Conrado Menéndez Díaz
Continuará la próxima semana…
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