El Humorismo en Yucatán (XVII)

By on octubre 18, 2018

Humorismo_1

VII

 

10

 

Allí donde se cruzan las calles 57 y 68 existió hace muchos años un soberbio Coliseo que se llamó Circo Teatro Yucateco, de forma circular con graderías de armazón de hierro, palcos y plateas y lunetarios bastante cómodos. Interrumpiendo el círculo, había un amplio escenario de 16 metros de embocadura. Todo el edificio techado con láminas de zinc galvanizado. El Circo Teatro llenó una época. Se inauguró en 1905 y terminó su existencia en 1959.

Allí vimos actuar al Circo Orrin con su inimitable payaso don Ricardo Bell y sus inolvidables pantomimas musicales, al Circo Pubillones que le hacía competencia al Orrin; allí vimos al famoso torero Rodolfo Gaona, y en su escenario lucieron sus voces inolvidables artistas de zarzuela y opereta, entre otros, doña Esperanza Iris.

Allí exhibieron las primeras películas de cine traídas a Mérida por don Enrique Rosas; les llamaban vistas de movimiento. Eran películas de un rollo, de corta duración, entre las que recordamos los nombres que vimos: La Novia del Maquinista, la Guerra Ruso-Japonesa, La Toma de Puerto Arturo, La Vida de Porfirio Díaz en el Exilio, La Bella Davis y sus Tres Negritos. De este circo teatro fue empresario durante más de 30 años aquel veterano actor don Dimas Carabias.

El empresario Carabias se esmeraba por traer a Mérida buenos espectáculos y buenos artistas. Para las funciones de variedades trajo en aquella época a una cupletista y bailarina que se llamaba Zoila Silva, pero se le conocía en el teatro como la Egipcia, joven guapa y graciosa, de origen cubano. El nombre de Egipcia provino de que en La Habana utilizaron su simpática figura para anunciar los cigarros Egipcios en unos cartones impresos a todo color. La Egipcia fue la atracción de la temporada; galería y lunetario siempre estaban llenos.

En las lunetas de primera fila eran asiduos recurrentes don Perfecto Bolio, don Pepe Juanes, don Lolo Zavala, don Gabino de J. Vázquez, don Artaldo y don Armín Erosa Casares, don Chito Casares y otras personas que por su edad y escasa vista no podían ocupar asiento que estuviera lejos del escenario.

Entre los espectadores del “Gallinero”, nombre con que la gente designaba a la galería, no podía faltar el Vate Correa. En una función de la Egipcia, estrenó la Danza Mora; salió vestida con un vaporoso traje de odalisca, estaba descalza y ejecutó el baile sobre una alfombra, delicadamente y con mucha gracia, cantando aquella letra que dice:

Del Harén soy la Sultana,

del Sultán la favorita,

y no hay nadie que me iguale

con mi cara tan bonita.

Todos me contemplan

cuando estoy bailando

y mis movimientos

los van imitando.

Yo que lo comprendo

bailo sin cesar

y mis ilusiones

hago respetar.

Entre el público estaba don Chucho Escalante, el eterno Regidor de la Policía de aquella época memorable.

No sabemos si le gustó o no le gustó el baile de la Egipcia, pero lo calificó de impúdico, no de inmoral, y le aplicó una multa de 500 pesos. Después de la función, el comentario del Vate fue el siguiente:

Viendo a la Egipcia bailar

la imponente danza Mora

el público se incorpora

y aplaude hasta reventar,

y Don Chano el Regidor

de acuerdo con su doctrina

impuso a la bailarina

una multa, con rigor.

El comentario del público fue que el celoso regidor no desperdiciaba oportunidad de proporcionar más ingresos al Erario Municipal.

Damos algunas muestras del fino humorismo de Alcerán, tomadas de su obra “Musas de Manicomio”:

HISTORIA CLÍNICA

El pobre Tárcilo, un chico anémico,

con el defecto de ser glotón,

sintió de súbito un fuerte cólico,

signo inequívoco de indigestión.

Un caso insólito, casi hiperbólico,

comió diez plátanos, medio melón,

seis tamalículos de pollo autóctono

y un buen chirmólico de camarón.

El cuadro álgido llegó a la cúspide,

llamóse al médico sin más razón

y dijo: “récipe para este cólico,

preparen próntico el irrigador”.

Al ver la cánula el pobre párvulo

se puso trémulo de indignación

y dijo: ¡nárrags! con tanto líquido

mi pobre estómago hará explosión.

¡Prefiero cólico! ¿No hay paregórico?

Y defendiéndose pateó y mordió.

Protesta inválida, pues sin más trámite

la enteroclítica se consumó.

 

 

MODERNISTA

Muchachita adolescente

de simpática hermosura

que camina por la calle

contoneando la cintura

con vaivén desafiador,

si tú quieres que te adoren,

si es que tú buscas amor,

no es preciso que te pongas

tu pantalón pescador

para poner de relieve

tu calipigia elocuente,

tu calipigia es la misma

con un vestido decente.

Muchachita seductora,

de vaivén encantador,

necesitas que te lleven

a consultar un doctor

que te examine los sesos,

que registre con cuidado

y que busque entre tus núcleos

qué es lo que hay desajustado

en tu equilibrio interior;

que averigüe en tu bitácora

por qué te falla la brújula

y que encuentre alguna fórmula

que te devuelva el pudor.

 

DECLARACIÓN DE AMOR

Mujer sin ti

Non “po” vivir;

sin ti “la vie”

n’est pas possible.

Voy a traer

un buen cordel

y ya con él

hacerte “jich”

y como un “pich”

volar con “tech”.

A mi “uotoch”

te llevaré,

serás mi “pich”

junto a mi “tuch”.

Si quiere Dios

habrá un “dzirís”

que yo también

haré “jetz mek”

 

 

ANDROPAUSIA

El óxido del tiempo va ultrajando

el material de vida que palpita

en el átomo humano, en inaudita

escala destructora galopando.

Hay óxido de hueso en las bisagras,

óxido hay en los sesos y en los músculos,

y cuando alborean los crepúsculos

dolor de espectros en las carnes magras.

La médula oxidada ya declina,

la savia del rosal se va extinguiendo

al trauma de la trágica yohimbina,

y a pesar de los récipes vitales

el óxido implacable va imprimiendo

penumbras en los tonos funcionales.

Conrado Menéndez Díaz

Continuará la próxima semana…

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.