El chico que siguió a su padre hasta Auschwitz

By on octubre 17, 2019

En 1939, la familia Kleinmann fue separada para siempre. Tanto el padre, Gustav, como el hermano mayor, Fritz, fueron arrestados y deportados a Buchenwald, uno de los centros de prisioneros más grandes de Alemania. Del resto de hermanos, sólo salvaron la vida los dos más pequeños, trasladados en barcos de refugiados a Gran Bretaña y Estados Unidos. Así comenzó una odisea que duró seis años y que llevó al padre y al hijo por cinco campos de concentración distintos. Lograron sobrevivir en todos ellos.

En El chico que siguió a su padre hasta Auschwitz (Planeta), Jeremy Dronfield (Reino Unido, 1965) narra la sorprendente historia de dos personas que consiguieron mantenerse con vida en las peores circunstancias; y que incluso llegaron a escoger una muerte segura con tal de mantenerse unidas.

Sólo así puede entenderse la valiente solicitud de Fritz, cuando en 1942 pidió que le trasladasen a Auschwitz con su padre: «Quiero estar con él pase lo que pase», explicó, pese a que a esas alturas ya había escuchado los rumores truculentos sobre las cámaras de gas. «Es una historia de amor inverosímil«, comenta Dronfield. «Y el hecho de que sea cierta hace que confiera una fuerza inusitada.»

Se trata de un documento histórico muy importante, pero a la vez muy difícil de leer. De hecho, incluso un historiador del Holocausto tendría dificultad de leerlo sin consultar manuales de texto. “Es una historia muy poderosa y sin nadie para publicarla, así que decidí aportar mis propias habilidades de escritor para hacerla más accesible a todo el mundo,” revela el autor.

“La fuente principal fue el diario que escribió Gustav en los campos de concentración, aunque también su hijo Fritz dejó unas memorias cortas. Durante mi investigación descubrí además que Fritz había concedido una serie de entrevistas muy detalladas. Después, tirando del hilo, conseguí localizar a Kurt, el último miembro superviviente de la familia, que escapó a Estados Unidos en un buque lleno de niños en 1941, y que sigue viviendo en Nueva Jersey. Pasé muchas horas entrevistándole.

“A eso hay que añadir todas las fuentes documentales «oficiales»: Hice muchas investigaciones en archivos, y encontré los registros de Gustav y de Fritz de todos los campos de concentración en los que estuvieron. Luego, para poder entender mejor sus vivencias, conseguí testimonios directos de otros prisioneros que vivieron las mismas experiencias que ellos…

“Recopilando toda esa información fui reconstruyendo poco a poco la historia.”

Cuando el autor empezó a pensar en este proyecto consideró escribirlo como si fuese una novela. “Lo que pasa es que pensaba que no tenía demasiadas fuentes para poder hacer una historia académica. Había demasiadas lagunas. Pero después, al ir investigando, fui encontrando cada vez más documentos y me di cuenta de que podía escribir un relato completamente verídico. A partir de ahí, debes entender que mi instinto natural a la hora de escribir es que el texto sea vívido y comprensible, que se lea de manera amable. Pese a eso, esta historia no tiene un ápice de ficción. No he tenido que inventar absolutamente nada. De hecho, incluso los diálogos vienen de fuentes de información a las que ha tenido acceso. En definitiva: este libro se lee como una novela, pero es completamente una obra de no ficción,” concluyó.

RICARDO PAT

riczeppelin@gmail.com

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.