- Nelson Camacho
- José Ruiz Elcoro
- Siempre la sonrisa de Lucy
- Félix Guerrero, Batuta de Oro
- Jesús Gómez Cairo (+)
- Kiko Mendive
- Nicolás Guillén, Poeta Nacional de Cuba
- La revolución que quiso ser – IX
- Luna, Boleros y Son – II
- Luna, Boleros y Son
- Elena Burke, La Dama del Feeling
- La revolución que quiso ser – VII
- El Joropo Venezolano
El Canto de la Tierra (VIII)
VIII
Lectura de sombras
Continuación…
III
Los hombres y las cosas amanecieron divididos.
Por las aguas floridas, por los bordes
de la laguna abierta como flor de los juegos
de jóvenes guerreros,
sobre el pecho de jade de los días funestos,
las miradas de aquellos rostros dobles.
¡Otra vez asesinan a tu pueblo, Oh Dador de
la vida!
Ahí sobre la danza de piedra en Tlatelolco,
En Chichén, en Maní, en Uxmal, en Palenque.
Ellos enseñaron el miedo
vinieron a marchitar las flores,
para que su flor viviese
dañaron y sorbieron la flor de nosotros.
Escribiste, poeta, clamaste:
¡Castrar al sol!
Eso vinieron a hacer aquí los dzules.
Y entonces los dioses fueron abatidos.
¡Ah, los gordos caciques, los señores del poder
que bebieron el espíritu brusco de las bestias!
¡Ese ruido que asoma por encima
de nuestras cabezas no nos deja dormir!
Ya no se reúne la sabiduría
allá, en Teotihuacán.
Raúl Cáceres Carenzo
Continuará la próxima semana…
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