Editorial: ¿CAMBIAR PARA SEGUIR IGUAL?

By on junio 12, 2015

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Los recientes movimientos electorales han venido a poner de manifiesto que los partidos políticos, y nuestra sociedad misma, aun no hallan los medios para superar nuestros problemas acumulados en lo económico, lo técnico, lo financiero y lo programático. La mentalidad de “quítate tú para ponerme yo” persiste, sin que en la raíz de nuestra convivencia cotidiana se vislumbren soluciones viables a los problemas acumulados desde hace decenas de años.

Con esto queremos decir que hay notables carencias de planeación estratégica, lo que conlleva a que el trabajo de los gobiernos se oriente más al  trayecto que al proyecto. ¿Cuál es el sustento del gobierno local para impulsar a fondo la economía? ¿Existe algún plan de corto, mediano o largo plazo? Y en Mérida, cuando la población avanza hacia los dos millones de habitantes, ¿se cuenta con planes y proyectos para corregir históricamente la separación física y social entre el norte urbano privilegiado y el sur profundo olvidado?

Los gobiernos estatal y municipales aducen problemas de recursos económicos, pero ambos engordan la burocracia necesaria o innecesariamente. Porque si bien es cierto que el personal médico y/o educativo nos es imprescindible, el que se aposenta en oficinas debe ser limitado, especialmente si sus tareas pueden eficientarse, facilitando el servicio y los trámites en gestiones para atender mejor a los ciudadanos.

Si en 1984 se introdujeron Leyes de Ingresos Municipales para fortalecer a los ayuntamientos, que por esa época aún operaban con Aranceles de Arbitrios, se ha permitido que con este nuevo esquema fiscal, sin más estudios o análisis complementarios, se acuda al aumento periódico del valor de predios para captar recursos adicionales. Esto ocurre cuando todavía hay numerosos renglones aun desgravados que pueden incorporarse.

Pero no existen departamentos de estudios hacendarios, ni en los ayuntamientos, ni en el gobierno estatal, ni en el Congreso del Estado. Por ello se opta por inventar cobros que los causantes, comprensivamente, tratan de evadir con argumentos o maniobras en las que los asesores son duchos.

En tanto, como hace siglos, se continúan barriendo las calles con escobas, limpiando los pozos colectores de manera manual, y medio manejando los residuos como Dios da a entender a cada quien. Los que viajan al extranjero ya conocen cómo otros pueblos y naciones resuelven estos problemas.

Si hace cincuenta años o más el cuerpo de Rescate y Bomberos era un organismo de participación mixta del gobierno municipal y los organismos de iniciativa privada, ahora es de rango policiaco y oficial. Con los avances que puedan reconocérsele, el equipo en uso data de esos tiempos pasados, cuando el vehículo más completo se recibió como donativo de Glendora, California, dentro del Programa de Ciudades Hermanas. Hace cincuenta años.

Crisis en parques, en vialidad, en seguridad, van creciendo. Los mercados públicos se ven rebasados por las decenas de tianguis en colonias. Los estacionamientos en el centro de Mérida destruyen edificios. Y esto se da cuando venimos a descubrir, después de una discutida y no bien agradecida restauración del centro histórico, que ha aumentado el turismo y que los visitantes gustan de recorrer y admirar lo que nosotros no valoramos de nuestro pasado.

Las elecciones deben ser tiempos de reflexión, análisis y soluciones. Entre nosotros son otra cosa y se centran en discusiones, ofertas, regalos y promociones personales.

¿No sería mejor que estos tiempos fueran destinados a la reflexión, y a la búsqueda de propuestas y soluciones a las situaciones y problemas que nos son comunes?

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