Eco de Espejos – XIV

By on julio 8, 2021

XIV

Oración del 18 de septiembre*

(Fábula de estos días)

 

Si la poesía no sirve para hacer mejor al hombre

no sirve para nada.

                     LEÓN FELIPE

 

 

I

 

León Felipe:

Ahora que te haces presente

en tu palabra y su acción,

que tus lámparas terrestres han crecido:

ahora, cuando te has multiplicado

 

en panes de tu carne

en peces de tu sangre;

ahora que podemos tocarte

con sólo mirar una hoja de tus libros;

hoy que ya eres

«una llama sin tregua»,

hemos venido a entregarte una canción.

 

Esta canción la ha publicado el viento:

aquel incesante trajinero

entre este sordo valle de crímenes

y la patria sonora de la luz:

canción hecha de barro.

que es lágrima cuajada en estrella común.

 

«La gran poesía como la gran historia

las seguirá cantando eternamente el viento».

Estás en tus palabras.

Nos dejaste palabras como espadas.

Nos heredaste llamas.

Dijiste que el poema es una crónica

y la crónica un cuento… «La historia

una serpiente que se muerde la fábula

y el poeta doméstico, un cronista

del rey y el arzobispo».

 

Nos entregaste fuego entre palabras.

 

 

lI

 

La poesía, aquella ventana que tú abriste,

ya no la sellará la policía.

La canción que traemos la entonan los muchachos.

Escúchala: es tu antigua, es tu misma canción:

tus salmos y tus versos oscilantes

entre la blasfemia y la oración.

¿De quién es ahora la canción?

¿De dónde viene y hacia dónde va?

¿Es el grito, el clamor de la tierra?

¿Suenan así las voces de la tierra?

¿Son las marchas clarísimas del Cid o del Quijote?

¿Son himnos de ceniza

que brotaron en los campos de Auschwitz?

¿Es el llanto dulcísimo

de los poemas nahuas?

¿O son las elegías españolas

sacudiendo el árbol del canto de los pueblos?

 

Lo sabremos mañana

cuando en la voz del viento

puedan hablar tus ojos.

 

 

III

 

Lo que cuenta el poeta a los pueblos

está lleno de orgullo.

Lo que cuenta a los pájaros de música.

Lo que cuenta a los hombres de lágrimas

y lo que cuenta el poeta a los mares

-en soledad inmensa-

está lleno de eternidad… y viento.

 

Poeta: eres ya tus palabras:

esas piedras

con las que levantamos el camino.

 

Tú eres el verbo genésico del viento.

Y eres el viento, el viento, el viento…

Y también las canciones

que día con día oímos y cantamos.

 

Tu vida es ahora tu canción.

 

 

IV

 

Tu biografía es pues esta canción.

La que nació entre el dolor de tus ojos.

La que entregaste al hombre

para comprar la luz.

Cuando el poeta habla

se calla el general

se calla el presidente.

La canción del poeta

es la que dicen todos…

 

Por la gracia de tu voz, León Felipe,

serán nuestros los frutos de la tierra.

 

Sólo vine a decirte:

los cristianos que heredamos tu fuego

la flama que nos trajiste de tan lejos:

del Origen, del Agua, de la Luz, y del Aire…

Seguiremos cambiando señales en la noche:

un relevo de antorchas, un sistema

de alertas y llamadas.

 

Algún día tendremos

los secretos poderes de la luz

que viniste a enseñarnos.

Y los nuevos poetas nos darán

con las manos del pueblo

los panes y los peces verdaderos.

 

 

 

__________________________

*Este poema dedicado a la memoria del poeta León Felipe, fallecido el 18 de septiembre de 1968, fue leído por su autor en Galerías de la Ciudad de México días antes de la masacre -2 de octubre- del gobierno de Díaz Ordaz cometido contra los estudiantes y el pueblo. No publicado en libro, lo incluimos en éste a manera de rescate de una página de poesía testimonial. [Nota del autor]

Raúl Cáceres Carenzo

Continuará la próxima semana…

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