Divorcio Mortal

By on marzo 30, 2017

Perspectiva

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Divorcio Mortal

“Lluvia roja cae sobre mí, lluvia roja cae a raudales sobre mí…”

Red Rain, Peter Gabriel

Un divorcio nunca es una tarea fácil, ni siquiera los que han sido denominados “voluntarios”, en los que la pareja acude sin aparentes problemas a los Juzgados para disolver ante la Ley su vínculo matrimonial: no solo los trámites son engorrosos y cansados, sino que siempre habrá alguien que no esté al 100% conforme con disolver el vínculo, generalmente aquella persona a la que se le notificó la decisión de hacerlo. Si los divorcios “voluntarios” son problemáticos, aquellos divorcios en los que se invoca a la disolución bajo cualquiera de las causales que existen para solicitarla son un verdadero calvario para ambas partes: tanto para la pareja como para los hijos se convierte en un viacrucis con no pocas consecuencias emocionales para todos los involucrados.

Al escribir estas líneas han transcurrido apenas unas horas de que una madre que luchó con todo el corazón por recuperar la custodia de sus hijos menores ha sido enterrada, después de haber sido asesinada por dos sicarios. Con el cúmulo de información que existe sobre su batalla por la custodia de sus hijos menores, de su encarcelamiento acusada de robo de un vehículo por su ex marido – del cual fue exonerada – y por medio del cual le quitaron originalmente la custodia, del encarcelamiento de su madre por argumentos que también fueron originados por el ex marido – de los cuales también fue exonerada –, parece que recuperar a sus hijos a pesar de tantos artilugios y trampas mezquinas que sorteó fue algo que su ex cónyuge simplemente no toleró. Ahora ella ha muerto, y una nueva batalla legal se avecina en el horizonte por la custodia de sus hijos, una que deberá librar su madre y sus familiares contra el posible autor intelectual de su muerte.

La justicia, si de verdad investiga adecuadamente y no se deja corromper – algo que hemos visto que ha sucedido demasiado frecuentemente en estos días en los casos del amparo concedido a uno de los Porkys, en el amparo concedido a otro acusado de abusos sexuales también en Veracruz, en el amparo concedido a narcotraficantes como el hijo del “Azul” y la “Gallina”, y con el amparo concedido a un ex funcionario de Chihuahua que se refugió en la (Re)Cámara de Diputados para eludir una orden de aprehensión por malos manejos –, posiblemente confirme la hipótesis que formulé en el párrafo anterior.

Causa indignación enterarse de que la señora Emma solicitó infinidad de veces protección policiaca al gobierno del estado de Yucatán, lo que le fue negado en todas las ocasiones, a pesar de que había evidencias que permitían inferir que algo como lo que finalmente le sucedió iba a pasar.

Causa indignación que aquellas funcionarias que debían salvaguardar la integridad de la familia que intentaba recomponer junto a sus hijos, sobre todo por el historial que se relató brevemente líneas arriba, no lo hicieron porque simplemente no sabían cómo, ni les interesaba, pues los puestos que recibieron no fueron debido a sus competencias, sino tan solo a arreglos cupulares entre políticos valemadristas.

Causa indignación observar y sentir que la inseguridad en nuestro estado va en aumento, y que el carísimo Escudo Yucatán que se implantó está siendo utilizado para detener a choferes de Uber, y no para prevenir, investigar y castigar a los que están cometiendo estos crímenes. Una funesta sombra se ha depositado sobre nuestro estado, y los feminicidios, suicidios, y otros hechos de sangre se convierten inexorablemente en algo cotidiano.

Causa indignación contemplar la ineptitud de tantos personajes dedicados a la política, y su inacabable deseo de hacerse de dinero, sin que les importe por un segundo el futuro que están construyendo con su pillaje, un futuro de violencia y crimen, cuando debieran abonar para brindarnos mejores expectativas, que para eso ocupan los puestos que tienen.

Al mismo tiempo, esta actitud que están asumiendo estos perversos personajes no vaticina nada bueno: están calentando ánimos, y cuando el pueblo decida tomar la justicia por sus manos, ni ellos se salvarán.

Desde esta perspectiva, largo va a ser el período de espera para retirarlos, y luego perseguirlos con todo el peso de la ley, como se merecen.

Por su bien, y el de todos nosotros, más les vale entender las señales del divorcio que les hemos exigido, uno que implica para ellos dejarse de sinvergüenzadas, y que lo conviertan en uno “voluntario” y de mutuo acuerdo, so pena de sufrir en carne propia las consecuencias de su vergonzoso proceder.

Que se haga justicia para la señora Emma, para sus hijos, y para sus familiares, y que sea pronta.

Caiga todo el peso de la ley sobre los culpables.

Y que las autoridades aprendan a ser transparentes y honestas con sus gobernados.

Que así sea…

Gerardo Saviola

gerardo.saviola@gmail.com

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