Discos de Rock Esenciales – VI

By on mayo 7, 2020

Hemos superado los 50 días de encierro en esta obligada cuarentena que ha puesto en jaque la vida de todos, obligándonos a reflexionar sobre las cosas que son realmente importantes. No descubro ningún secreto al afirmar que nada volverá a ser igual y que el resultado de los análisis personales deberá verse reflejado cuando termine el ‘reseteo mundial’ ordenado por las élites.

Una de las terapias que en lo personal me han ayudado a sobrellevar la rutina diaria es la música; definitivamente sería un calvario estar sin ella en estos momentos difíciles.

He insistido mucho a lo largo de los años que muchos de los discos que terminan impactando en nuestras vidas pueden hacer lo mismo en jóvenes que andan en busca de propuestas, sobre todo en un entorno en el que la basura ha predominado como nunca.

Por ello, más allá de lo grato que resulta compartir remembranzas personales sobre tal o cual obra, sobre el efecto que causaron en nosotros, está la responsabilidad de destacar lo importante de ellas, además haciéndolo de una manera sencilla e incluso práctica. La idea es que si algún lector, por el motivo que sea, no ha escuchado tal o cual trabajo, se sienta atraído hacia ellos y se tome el tiempo de disfrutarlos.

Así que, en esta sexta entrega de esta serie, vamos a paladear tres grupos que están comprendidos dentro del rock progresivo, dos británicos y uno norteamericano; los primeros forman parte de las bandas pioneras del género que desde finales de los sesentas comenzaron a diseñar sus propuestas artísticas, y el último es un digno heredero de esas influencias y terminó desarrollando su propia propuesta, añadiendo sonidos más heavy en ella. Espero que lo disfruten.

Que el Rock sea con ustedes.

YES ‘CLOSE TO THE EDGE’ – Apenas puedo creer que este trabajo fuera lanzado en 1972, es decir, hace 48 años, pues recientemente volví a sumergirme en sus aguas musicales y el viaje es toda una pasada. Lo entendí ahora y me atrevo a ponerlo por encima de ‘Fragile’ como influyente en mi vida. Es importante destacar que los 5 músicos que intervinieron en este cuarto álbum de estudio de la célebre banda inglesa eran verdaderos maestros en sus respectivas áreas: Jon Anderson, Steve Howe, Chris Squire, Rick Wakeman y Bill Bruford realizaron un trabajo monumental con este disco. La suite de casi 19 minutos (dividida en 4 partes) que da título a la placa de estudio es increíble, pues despliega el cúmulo de ideas de músicos tan talentosos que supieron canalizarlas de manera exitosa.

Asombra la manera en que todos aportaron y, supongo, cedieron su ego para que el paquete final fuera tan atinado e influyente, no solo en el desarrollo de lo que después sería conocido como Rock Progresivo junto a otros pioneros, sino también por la manera en que impacta en la vida de cada escucha. Siempre fui fan de Jon Anderson, me encanta su privilegiada voz, sus proyectos con Vangelis; Steve Howe, un guitarrista tan talentoso que se atrevía a incursionar tanto con la acústica; por supuesto, Rick Wakeman, a quien he seguido con sus trabajos como solista, sin olvidar su colaboración en el ‘Sabbath Bloody Sabbath’ de los Príncipes de la Oscuridad. Pero igual Bruford es un fuera de serie, como Chris Squire era un bajista tan peculiar.

And You and I”, la segunda suite dividida en 4 partes, con casi 10 minutos de duración, y “Siberian Khatru”, de 8 minutos con 56 segundos, cierran un álbum de solo tres tracks, todos excelentes y memorables. Creo que quien nunca se haya atrevido a oírlo debe darse esa oportunidad. Eso sí, considero que el vino es el mejor acompañante para disfrutarlo, sobre todo si viene acompañado de una linda mujer. Rock on!!

PINK FLOYD ‘DARK SIDE OF THE MOON’ – Creo que nadie estaba preparado para recibir tanta calidad en un solo álbum. El tour que Roger Waters, David Gilmour, Richard Wright y Nick Mason nos entregaron alineaba perfectamente las piezas creativas y musicales que llevaban desarrollando disco a disco desde su psicodélico debut de 1968. La denominación de rock progresivo queda como anillo al dedo con esta producción grabada de junio de 1972 a enero de 1973, porque cada tema es parte de una unidad musical que se va desarrollando de exquisita manera progresiva, escalando o escarbando (dependiendo del enfoque de cada uno) profundamente en nuestro interior. Es tan increíble que cada canción por separado es lo suficientemente merecedora de considerarse clásica; unidas, sin que necesariamente sea un disco conceptual, forman una pirámide sonora excepcional. Hay mucho que decir de este discazo, pero sería muy retórico, ya que todo roquero de cepa sabe prácticamente todo sobre su realización, por lo que me limitaré a comentar que esas sesiones en los Abbey Road Studios de Londres surgió magia pura que se niega a morir.

El único “pero” que le pongo a este colosal trabajo es que Roger Waters solamente canta en dos temas. Hay toda una historia sobre el porqué, pero creo que la mayoría la conoce, así que concluyamos que esta obra, lanzada el 1 de marzo de 1973, merece cualquier cantidad de calificativos positivos por su innegable trascendencia.

DREAM THEATER ‘METROPOLIS PT. 2: SCENES FROM A MEMORY’ – Como a casi todos los fans de esta banda norteamericana, el flechazo llegó con su segundo álbum de estudio “Images and Words” de 1992, el primero con James LaBrie. Resultó muy interesante en su momento que la banda fuera evolucionando discos a disco, manteniendo su esencia, pero dotando a cada uno de texturas interesantes. Al llegar a esta placa discográfica, grabada en sesiones que iniciaron a mediados de 1999 en los en los Studios Bear Tracks en Suffern, Nueva York, alcanzaron la cúspide.

Debo reconocer que cuando me enteré que John Petrucci, Mike Portnoy, John Myung y James LaBrie corrieron a Derek Sherinian me sentí decepcionado. Recuerdo haber pensado: ‘Qué huevos de estos cabrones: echar a un músico tan talentoso’, el que más aportaba la parte heavy… La única referencia que tenía de Jordan Rudes era su participación en un álbum de Vinnie Moore, fuera de ahí nada, y ¡WOW! cuando finalmente escuché ‘Metropolis Pt. 2: Scenes from a Memory‘ descubrí por qué aquellos bastardos se atrevieron a realizar el cambio… Este doble álbum, lanzado el 26 de octubre de 1999, llegó a obsesionarme. No recuerdo la cantidad de veces que lo escuché una y otra vez, descubriendo en cada ocasión cosas nuevas, elementos que allá están, pero que uno no logra captar a la primera.

Para no alargarme innecesariamente, concluyo atreviéndome a decir que dieron vida a su mejor obra, algo que se veía venir, pues era sumamente complicado que superaran lo logrado. Me duele reconocer que, pese a que la banda continuó creando muy buena música, ninguno de sus posteriores esfuerzos se acercó a la grandeza de este majestuoso trabajo que nos sigue dejando sin aliento en cada escucha.

RICARDO PAT

riczeppelin@gmail.com

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