¿De TLC a TBC?

By on agosto 30, 2018

Editorial

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Con ambos gobernantes, el de México y el de los Estados Unidos, enclaustrados en sus búnkeres de poder –la Casa Blanca y los Pinos– se ha definido jocosamente por vía telefónica, y también anunciado por todos los medios de difusión, que se ha llegado a plenos acuerdos para regular los tratados comerciales mixtos entre ambos países. Desde luego, se invita a Canadá a sumarse, aunque este país soberano aún defiende los intereses de sus ciudadanos y continuará negociando en lo que considere son aspectos críticos para la estabilidad y progreso de su país.

Aunque en el anuncio triunfal en la Casa Blanca hecho por Mr. Trump se anuncian términos binacionales, es de entenderse que la premura de un gobierno mexicano saliente y otro en riesgo por sus próximas elecciones no aseguran una vigencia plena inmediata, dado que la puerta abierta a Canadá espera la decisión de su gobierno. El único beneficio inmediato es el periodo de vigencia anunciado, que será de 16 años.

Canadá ha comunicado su decisión de continuar analizando pros y contras, tanto de los convenios USA–MEXICO, como de los puntos de vista de su gobierno; que reitera su buena intención de mantener la unidad, pero da prevalencia al bienestar de sus industrias y de los trabajadores que de ellas dependen. Respetuosamente, felicita los avances, pero puntualiza sus prioridades.

Ahora bien… ¿Por qué tanta urgencia de México?

El criticado y censurado gobierno actual, que cavó la tumba histórica de su partido y sistema, pudo haber aguardado la intervención en ese asunto del nuevo gobierno, a un corto tiempo de la asunción del poder popular.

Treinta millones de votos en su contra, exhibidas las corruptelas, la violencia, la injusticia social, las alianzas contra los intereses populares y el enriquecimiento impúdico y voraz de grupos inmersos en un sistema de exacción de recursos, violencia indetenible, desapariciones forzadas, cementerios clandestinos y corrupción, todo continúa sin perturbar al inquilino de Los Pinos que ansía salirse de la casa oficial para llegar a su propia Casa Blanca, ¿o casi blanca?

¿Pasamos en fast track de un Libre Comercio a un Tratado Bilateral de Comercio, a secas? O sea, de un TLC amplio a un TBC acotado.

Está en el aire una respuesta que aún no se ha dado al pueblo mexicano referente al análisis de lo que ocurrirá en las inminentes elecciones en los Estados Unidos, donde también no ven ya con agrado los dichos y hechos de su broncudo presidente Trump, por lo que ya se vislumbra el ocaso de los republicanos bajo el peso del voto de los demócratas.

Poco tendremos que esperar.

Esperemos el juicio de la historia y de los electores norteamericanos, así como la declarada participación, en sus términos, del gobierno canadiense.

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