Comencemos poniendo algo en claro sobre el director de esta película: es lo más cercano a un verdadero “patriota” americano y, por lo tanto, siempre buscará temas que ensalcen la figura y la cultura americana. Gran Torino, Jersey Boys, Million Dollar Baby, Space Cowboys son ejemplos de lo anterior.
Con Francotirador (American Sniper), Eastwood vuelve a tomar el tema de la guerra (el cual abordó anteriormente tanto como actor como en su rol de director en películas como Cartas de Iwo Jima, The Flags of Our Fathers, Donde las Águilas se Atreven, Kelly’s Heroes) y nos ofrece la historia de quien es considerado por las fuerzas armadas norteamericanas como el francotirador más letal en su historia, el tejano Chris Kyle, a quien se le atribuyen 160 muertes confirmadas – de un total de 225 que reportó – durante su participación en el conflicto con Irak.
Basada en la autobiografía de Kyle, la película nos muestra la vida de los marines y de las fuerzas especiales de Estados Unidos al tratar de “pacificar” ciudades como Fallujah, y la atmósfera que rodeaba esas misiones, en las cuales la resistencia local trataba de repeler a los invasores de su país de la manera que pudieran, incluyendo en sus acciones a las mujeres y a los niños. Famoso por haber matado a un agresor iraquí que iba a atacar con un mortero con un disparo efectuado a casi dos kilómetros de distancia, Kyle fue llamado por los iraquíes como el demonio de Ramadi, y se le puso precio a su cabeza.
Bradley Cooper – a quien conocimos primeramente por ¿Qué Pasó Ayer? y que co-produce el filme – interpreta a Kyle, mostrándonos al típico americano, tejano, aficionado a las armas y con un alto sentido patriótico que, ante la tragedia del 9 de septiembre del 2001 en Nueva York, decide que “es mejor enfrentar al mal en el lugar del cual proviene que dejar que llegue a amenazar la vida en los Estados Unidos”. Aunado a lo anterior, la educación paterna de “cuidar a la familia”, que así es como considera a los marines, es el motivo por el cual no duda cuando hay que apretar el gatillo desde su posición como francotirador, independientemente de que se trate de niños, mujeres o combatientes. Sobre su actuación, hay que reconocer todos sus esfuerzos por interpretar a Kyle – subió casi 20 kilos, entrenó con un francotirador, se reunió con la familia y amigos de Kyle para meterse en el personaje e incluso usó sus zapatos durante la filmación – pero, a mi juicio, no alcancé a ver qué fue aquello que hizo que fuera considerado al Oscar como Mejor Actor, pues no demuestra mucha emoción y, más bien, se le nota en el mismo nivel la mayor parte del tiempo.
Siena Miller – actriz a quien veremos con bastante frecuencia en el futuro próximo pues está en boga entre los directores – interpreta a Taya, la esposa de Kyle, el compás interno que lo hace flaquear en su afán de “proteger a los muchachos”, los marines, para que se reintegre con su familia.
La película de Eastwood recibió 8 nominaciones al Oscar – Mejor Película, Mejor Actor, Mejor Guón Adaptado, siendo los renglones más importantes –, y ganó uno en una categoría menor: Mejor Edición de Sonido durante la pasada entrega de Premios de la Academia.
Como correctamente apuntaba mi hijo mayor cuando salimos de la función, Eastwood no presenta en ningún momento los motivos por los que se encontraban en Irak los soldados americanos, centrando su película en los motivos de Kyle, y en manera de ver la vida. Este es al menos uno de los motivos por los cuales ha recibido severas críticas; por otro lado, Michael Moore – un cineasta desmitificador de la cultura americana de las armas – avivó la controversia con comentarios que, según dijo, su padre hizo a su regreso de la segunda guerra mundial: “los francotiradores son cobardes que ni siquiera dan la cara en la batalla; uno de ellos mató a mi hermano”.
Como fuera, es una buena película durante sus poco más de dos horas de duración, con una muy agradable tensión y manejo del tiempo y de los escenarios por parte del director. Así como hemos hablado de lo cruda que resultó Corazones de Acero, esta película tampoco cierra los ojos a las atrocidades de un conflicto tal vez de menores dimensiones, pero de similar impacto en la vida de todos los que participaron en ella.
Véala confiado en que aprenderá de primera mano cómo es un conflicto de ese tipo.
Gerardo Saviola
gerardo.saviola@gmail.com
La película también pudo subtitularse, «De los círculos de fuego de la guerra y del infierno nadie sale vivo». Quizá Kyle, al trabajar con ex combatientes ayudándoles a superar sus problemas emocionales y psicológicos además de escribir su autobiografía se libró del estrés con que regresan todos los combatientes de una guerra, pero un demonio vino por su alma purificada. Lo que me pone a considerar, solo es una hipótesis sin fundamento real, si no es una de las razones, los excombatientes con psicopatías, por la que circulan con cierta permisividad las drogas en el país del norte. Por supuesto además de ser la plaza comercial mas grande y con mas recursos del mundo.