DISEÑOS TRADICIONALES DE PUEBLOS INDIOS CONVERTIDOS EN MODA FASHION
edgar rodríguez cimé
“No han respetado nuestro idioma ni nuestra palabra como mujeres indígenas.
Nuestros diseños son hechos a mano, pero no se reconocen ni se valoran.
Queremos nos compren nuestros productos y lo difundan,
y no que las empresas los utilicen para sus intereses y sus negocios”.
ARTESANA (DISEÑADORA) DE OCOSINGO, CHIAPAS, MÉJICO
Del mismo modo que sucedió hace 500 años, cuando los europeos se encontraron con América iniciándose el saqueo de sus recursos naturales: oro, plata, diamantes, y la esclavización de la población, hoy, en pleno siglo XXI casas de alta costura como la de la venezolana Carolina Herrera han sido pilladas in fraganti con diseños originales de pueblos mejicanos convertidos en alta costura, con lo cual se demuestra el robo cultural por parte de reconocidas casas de modas.
Cualquiera que sepa un poco de artes indígenas mejicanas habría detectado el auténtico origen de los diseños mejicanos plagiados, como aclara la ministra de cultura de Méjico, Alejandra Frausto: “Bordados provenientes de Tenango de Doria, en Hidalgo, lo mismo que del istmo de Tehuantepec o de Saltillo” en vestidos de última moda.
Ante la queja internacional interpuesta por la Secretaría de Cultura del gobierno de López Obrador, la casa de alta costura reaccionó ipso facto comentando: “La colección rinde homenaje a la riqueza de la cultura mejicana al inspirarse en su estética policromática y creaciones artesanales.” Ante la apropiación cultural comprobada, el director creativo de Carolina Herrera, West Gordon declaró: “La presencia de México es indiscutible en esta colección.”
Aunque una cosa es inspirarse en un diseño original para deconstruirlo y desarrollarlo en otra dimensión, tal cual hizo Picasso basándose en diseños africanos para crear el “arte cubista”, otra es tomar el diseño per se, ensartarlo en otra tela más fashion y lucrar con el diseño original, vendiendo cada obra en muchos miles de euros o dólares a las admiradoras de la alta costura que caerán rendidas ante la “imaginación” de los modistos de las casas de modas.
Ante el robo cultural de diseños propios de pueblos indios de Méjico, el colonialismo cultural iniciado con el encuentro asimétrico entre dos mundos hace 500 años ha dado como resultado que, de 2012 hasta 2019, 23 marcas de ropa, nacionales e internacionales, se han apropiado de diseños de comunidades de Oajaca, Chiapas e Hidalgo, de acuerdo con el análisis realizado por la organización Impacto, que acumula hasta hoy 39 casos de plagio registrados.
La lista negra de empresas que se han apropiado diseños indígenas para sus colecciones van desde marcas mejicanas como Pineda Covalin, pasando por “monstruos” de la Alta Costura como la venezolana Carolina Herrera, las francesas Louis Vuitton, Isabel Marant, Dior y Nestlé, la estadounidense Madewell o las españolas Mango, Desigual, Intropia y Zara, ésta última con el récord de plagios culturales (hasta 4 veces bordados de flores de Aguacatenango, según Katia Loyzaga Dávila Madrid, directora de comunicación de Impacto).
Consultado sobre este espinoso asunto, Carlos Arturo Martínez Negrete, especialista en derechos autorales y productor de música quien ha investigado sobre patrimonio cultural, subraya que la queja expuesta por la Secretaría de Cultura de Méjico ante el último plagio de Carolina Herrera “demuestra la falta de voluntad política para hacer leyes sobre los derechos autorales de los pueblos indígenas.”
“Este es un tema que involucra a la Secretaría de Cultura, de Economía, y de Relaciones Exteriores, como una política de Estado, porque no solo depende de un área, sino que la cultura (y el arte) deben enfocarse como desarrollo económico, pues mientras esto no se considere como una política de Estado, estamos mal,” concluyó.
edgarrodriguezcime@yahoo.com.mx
colectivo cultural “Felipa Poot Tzuc”
Mexicanos no mejicanos