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Camilo Membreño Sevilla, poeta social

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Arte – Desde Nicaragua

Rafael Quintana

Camilo Membreño Sevilla ha participado en talleres de poesía y narrativa del Centro Nicaragüense de Escritores (CNE, 2013). Participó en el Primer Diplomado Vida y Obra de Rubén Darío, impartido por el Dr. Julio Valle Castillo (UAM, 2017), y en el Festival de Poesía Emergente “Cantos de Vida y Esperanza” (TNRD, 2017). Su trabajo se encuentra disperso en libros, sitios web y algunas revistas, y continúa escribiendo periódicamente para un blog personal.

Conversamos con él sobre su vocación.

¿Qué recuerdo asociado a su obra le es particularmente memorable?

Uno de los primeros poemas que escribí –que de hecho se encuentra en mi poemario “El ojo detrás del Sol” – es de hace unos doce años. En el año 2012 se había anunciado, ya no recuerdo bien, si un concurso o un recital en un centro comercial. Lo que sí me resulta memorable es que anunciaron que iba a estar presente el poeta Ernesto Cardenal.

Yo quería escribir un poema, dedicárselo al poeta y leerlo en público, a ver qué le parecería a Cardenal, como un fanático de su obra de cierta manera.

El poema que escribí lleva por nombre “Poema para ser leído en un centro comercial” y cuando lo lean verán que no resultó ningún homenaje: es más bien un ataque a Cardenal. De ser una figura revolucionaria, por así decirlo, abandonó todo eso para pasarse al lado del capitalismo. Así interpreto ponerse en tan penosa situación como asistir a un recital de centro comercial donde qué poesía puede haber.

El caso es que el poema era una dura crítica tanto a Cardenal como al capitalismo por lo que decidí abstenerme de leerlo. Eventualmente lo conocí, años después, y pude estrechar su mano sin decirle mayor cosa. El poeta murió y, bueno, el poema está ahí en el libro. Creo que es bueno que Cardenal nunca lo haya leído.

¿Cómo surgió su deseo por escribir poesía?

Los primeros versos que escribí fueron los que me dejaron asignados en clases en la secundaria. En ese momento no le tomaba mucha importancia.

Realmente yo comencé escribiendo relatos, cuentos. De hecho, la primera vez que publiqué fue en una antología de la nueva narrativa nicaragüense que en ese momento promovió el fondo editorial Soma. 

A medida que fui leyendo y conociendo más autores, a más poetas y sus vidas, fue que me interesó hacer versos.

Ya estando en la universidad comencé a escribir poemas. Al principio con las formas tradicionales, sonetos, versos alejandrinos, no muy buenos, por cierto; luego verso libre, que es la forma poética que más uso.

¿Los ha publicado?

Tengo un poemario, “El ojo detrás del sol”, que se publicó cuando gané un certamen del Instituto Nicaragüense de Cultura, ahora Instituto de Culturas de Pueblos y Juventudes, en el año 2022. Está publicado bajo el Fondo Editorial Güegüense, aunque yo poseo todos los derechos patrimoniales, porque era parte de las bases del concurso.

Ese mismo año gané otro concurso, esta vez del Banco Central, con mi obra “Anatemas”, que será publicada próximamente de manera digital.

¿Hay planes de escribir más poesía?

¡Claro! De hecho, me encuentro trabajando en un par de libros actualmente. Lo más probable es que publique al menos uno este año de manera digital, y posteriormente de manera física. Te adelanto el nombre del libro: llevará por título “Cornucopia”, y es una recopilación de poemas que tengo ahí guardados. Solo falta pulirlos un poco y revisarlos para que sean aptos para su publicación. El título “Cornucopia” se refiere al mito griego de la cabra Amaltea que amamantaba al dios Zeus cuando era un niño; Zeus le arranca uno de sus cuernos. De ahí viene el cuerno de la abundancia, presente en muchas simbologías, y lo que quiero transmitir es precisamente eso: abundancia, en este caso abundancia creativa, poética.

¿Admira poetas de México y Nicaragua?

De México admiro en primer lugar al poeta Netzahualcóyotl, que ya nuestro insigne poeta Darío menciona. Luego, a la poeta Sor Juana Inés de la Cruz, que es probablemente de las mejores poetas mexicanas y en general de Latinoamérica.

Al poeta Amado Nervo, muy amigo de Darío, por cierto. Y luego Octavio Paz, José Revueltas, Efraín Huerta.

Otro, tal vez menos conocido pero que llegué a conocer leyendo la obra de Roberto Bolaño, es Mario Santiago Papasquiaro, que es el Ulises Lima de la novela Los Detectives Salvajes. Es de esos poetas que hasta ahora se está conociendo más su obra, sumamente original y rezuma un aliento poético único.

De Nicaragua, en primer lugar, Rubén Darío, luego Carlos Martínez Rivas, Ernesto Cardenal, varios de la generación de la vanguardia, en especial Joaquín Pasos. Hay varios poemas que me gustan de Pablo Antonio Cuadra.

Luego los poetas de la revolución: Leonel Rugama, Tomás Borge, David Mcfield, Rosario Murillo, Ana Ilce Gómez.

¿A quién va dirigida su poesía?

Mi poesía está dirigida a todos los sectores. Esa es una pregunta problemática. Si me preguntas qué me gustaría, yo preferiría que me leyeran los jóvenes. Lo que pasa es que los jóvenes no leen, mucho menos leen poesía. Al final, los que me leen más son las personas mayores, que tienen tiempo para leer, son más cultos y disfrutan de la poesía.

Pero mi público es y serán siempre los jóvenes que tienen el corazón dispuesto para la poesía.

¿Bajo qué género ubicaría su poesía: romántica, social, reflexiva?

He escrito muy poca poesía romántica, tal vez nula, ni siquiera erótica.

Me he dejado llevar por aquello que dice Rilke en “Cartas a un joven poeta”: que se debe evitar la poesía romántica, al menos al comienzo.

Yo diría que mi poesía es más de corte social, política. Incluso mi primer libro, “El ojo detrás del Sol”, tiene poemas de corte social o político. Está en su mayoría compuesto por poemas de orden metafísico, espiritual o hasta religioso, presentados en un estilo más surrealista, inconexo, de manera aleatoria y caótica.

¿Cuál es su aporte a Nicaragua?  

Mi aporte al país considero que no es muy grande. Hago lo que puedo con las herramientas y dones que me fueron dados. Si es la poesía, pues es la poesía para cantar y expresar aquello que es muy difícil de expresar, lo que está ahí en el más profundo pozo del alma.

La poesía puede ser un medio para enaltecer la Patria, para hacer memoria de los acontecimientos históricos. Es en ese tipo de poesía más política y social que se puede aportar más al país.

¿Qué opina de la poesía en Nicaragua?

Creo que la poesía está teniendo un nuevo auge en Nicaragua. Tal vez no de la manera que quisiéramos, porque la gente no lee poesía como antes en un libro. Si alguna vez se topan con poesía es a través de redes sociales.

Entonces surge este fenómeno que yo llamo “Poesía de Instagram”, es decir, poemas breves que pueden ser incluso de grandes autores, pero que te son presentados en un formato de publicación de Instagram, fácil de leer, con cierta estética. Esto apela más a los jóvenes y al público en general. Creo que tampoco hay que despreciar esto, sino más bien apreciar ese auge, aunque sea en un formato diferente al que estamos acostumbrados.

¿Qué opina de los nuevos talentos de Nicaragua?     

Nicaragua es, como dijo Pablo Antonio Cuadra, república de pájaros, es decir, un país donde todos cantan, donde todos son poetas –como dice el dicho– hasta que se demuestre lo contrario.

En los jóvenes hay muchas buenas promesas. Algunos han publicado y otros todavía no. Por ejemplo, tenemos a Ana Fuentes con su libro “Ave sin retorno”, publicado por la Fundación Poetas en Órbita, que tuve el honor de presentar.

También contemos a Ciro Benavides, un amigo mío que recientemente ganó el certamen de poesía joven del Banco Central con su obra “El oro de tu sombra”.

Estoy trabajando en el prólogo del poemario de otro compañero, Junior Pérez, que escribió un poemario absolutamente necesario que se titula justamente “Poesía de la urgencia”.

Otro compañero que merece nombrarse es Yustian García, que ya tiene un par de poemarios publicados, el último es “Conticinio”, también es de muy alta calidad.

Marvin Calero es otro poeta que también ha incursionado en la narrativa y merece una mención.

Y así podría nombrar varios jóvenes que están comenzando en las letras y que tienen mucho potencial: Julio Santamaría, Emilio Pérez Mairena, Maykelin Saavedra, Egla Hernández, Raúl Zambrana, Noel Bravo, Erasmo Zavala, Nahima Dolmus, y muchos otros, que faltan por descubrir y leer.

Varios de ellos han sido publicados en un blog que tengo justamente con Ciro Benavides y Edgard Flores: revistaliterariacentro.com. Aprovecho invitar a que nos envíen sus poesías para que las publiquemos en este blog.

¿Cuál es su mensaje para los jóvenes que aman la poesía?          

Hay que leer, no solo escribir.

Para poder escribir poesía, hay que leer poesía, y creo que ese es un problema: muchos se autonombran poetas, pero no leen nada, no leen a los clásicos, mucho menos la poesía moderna; peor aún, desprecian a sus contemporáneos.

A los jóvenes les diría que, antes de ponerse a escribir, lean, y lean en serio. Entregarse a la lectura de manera terrible. Solo así se puede comprender verdaderamente lo que es la poesía.

rafa3007quinta@gmail.com

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